Capítulo 6.

39.9K 1.7K 34
                                    

Capítulo 6| El único que puede ver a través de mi.

Antonella Cavalcante:

Lunes y lo normal en los lunes para la Familia Cavalcante es ir a un club de golf. Nos encontrábamos Nate, Eleanor y Bash en el restaurante del famoso club al que todos los ricachones en Nueva York asistían. Mi padre se había marchado a jugar una partida junto a sus amigos, pidiéndonos que más tarde fuésemos a verlo y así el pudiese fanfarronear.

Siempre que veníamos aquí se ahogaba en la felicidad.

Le pido a la mesera mi desayuno favorito de todos los lunes cada vez que tengo la oportunidad de venir aquí, al igual que lo hace mi hermano y mis amigos.

—Tengo ganas de comenzar una marca de ropa— Eleanor interrumpe a mi hermano, quien se estaba quejando desde que papá se marchó acerca de la nueva vida que estaba llevando. Dejo la taza de café de camino a mi boca y le presto toda mi atención— Ya saben, como mamá.

Claro, la madre de Eleanor; Eloise Castro, una de las mujeres más reconocidas por su marca de ropa. La mayoría de ropa que mi mejor amiga y yo usamos es especialmente hecha para nosotras, a medida y a mano por ella misma.

Era como una madre para mi.

—¿Estas segura de ello, Elle?— le pregunto, para asegurarme que esto no es una de las cosas que empieza y deja a mitad o antes de siquiera empezar.

—Sí, desde hace un tiempo lo he estado planeando.

Su convicción me hace sonreír.

—Sabes que te apoyo en todo.

—De hecho...— vi como los ojos le empezaron a brillar y me agarró de la mano— Quiero que seas mi socia.

Nate empieza a toser.

—¿Como?— se dirige hacia ella— creo que no he escuchado bien.

Pongo los ojos en blanco ante su reacción y le atino un golpe a su pie por debajo de la mesa.

—No me fastidies.

Nate entrecierra sus ojos hacia mi mientras Bash permanece completamente callado.

—Seamos sinceros, Nelly...

—¿Por que reaccionan así, capullos?— me irrito.

Nate toma la palabra.

—Por que tu no sabes ni mantener a un pez vivo por más de tres días— se burló y Bash se unió a sus carcajadas.

–¿Más de tres días? más bien de tres horas.

—Tres minutos...

Me ofendí.

—No sean imbéciles, un pez y una marca de ropa no es lo mismo— me defiendo vagamente pero es otra ventana abierta para que se burlen de mi.

—No, uno es más serio que otro— dijo Bash justo cuando el desayuno de todos llegaba a la mesa.

—Gracias— agradeció Nate, guiñándole el ojo a la mesera, parecía conocerla y mi mejor amiga no perdió aquel detalle.

—¿Es que te acuestas con todas las que te pasan por el frente?— le suelta con el semblante serio.

—No empieces, Ellie— suspiró— ¿Es que me vas a decir que tú no te has acostado con nadie en mi ausencia?— cuando soltó aquella pregunta se tensó por su misma culpa, al pensar en Eleanor con otros— ni me respondas por que soy capaz de explotar.

—Yo soy capaz de hacer explotar el maldito lugar si le vuelves a guiñar un ojo a la mesera, Nathaniel.

Bash y yo, estáticos como momias, nos miramos.

El Mejor Amigo De Mi Padre. ©Where stories live. Discover now