Capítulo 9

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Jungkook

- Alfil Negro - dice Nam en la reunión matutina. - Ese es el nombre en clave de esta misión. - Un nombre muy acertado dado que el Doctor Lee se mueve de manera diagonal por el tablero de juego, avanzando y retrocediendo a su antojo.

Alguien toca la puerta y Nam va a abrir. Entra un joven vestido con uniforme azul marino. Puedo distinguir el logotipo de la Gendarmerie De Martinica en su pechera. Es joven y guapo. Estrecha la mano de Nam con fuerza.

- Capitán, gracias por venir - le agradece nuestro Capitán. - Equipo, os presento al Capitán de la Gendarmerie de Martinica, Charles Leclerc. Su unidad ha sido nuestros ojos aquí. Han estudiado al Sr. Lee y su personal. Sospechan que tienen un laboratorio en alguna otra isla, pero aún no saben dónde - explica. - Aquí os donde esperamos que puedas hacer tu magia, Taehyung - mira a su hermano.

El Capitán Leclerc se fija entonces en Taehyung. Me sorprende no ver atisbo de duda en sus ojos. Le hace una leve referencia en señal de agradecimiento, que Tae le devuelve.

- Durante estos días, el Capitán Leclerc nos brindará toda la información que han recopilado durante meses. A cambio, nosotros compartiremos la nuestra con él.

El Capitán nos cuenta que sospechan que el laboratorio del Dr. Lee está en alguna otra isla porque pasa largas temporadas en Barbados, pero también se ausenta por varios días y no hay movimientos en su pasaporte, por lo que tiene que moverse en barco.

El servicio secreto inglés tiene un agente infiltrado, fingiendo querer comprar el fármaco, en nombre de la República del Congo. Tras mucho insistir, y previo pago de una elevada suma de dinero, el Dr. Lee accedió ha enviarle una muestra de la versión experimental, de ahí que tengamos la composición.

El plan es que Tae pueda entablar relación con el Dr. Lee y que se pueda acercar lo suficiente como para poder intuir la información que nos falta. Leclerc nos informa que Lee es un romántico empedernido. Tae y yo deberemos interpretar a un matrimonio donde yo soy un vividor infiel y Tae está enamorado de mi hasta las putas trancas. Si todo va bien, Lee se apiadará de Tae y así entablarán amistad.

Cada día, repasamos el plan, perfilamos nuestras personalidades, creamos recuerdos falsos, memorizamos datos de nuestras familias... trabajamos sin descanso, pues ha quedado muy claro que nos jugamos mucho.

La víspera a nuestro viaje, Nam nos llama a Tae y a mí, y nos lleva a su despacho.

- Bueno chicos, mañana empieza el show. Habéis hecho un trabajo increíble y estoy orgulloso - nos sonríe, pero hay algo que quiero deciros. - Sospechamos que el hotel estará plagado de cámaras y micrófonos. No podéis saliros del papel en ningún momento.

- Lo sabemos, Capitán - le digo para que se tranquilice.

- Me refiero a que... - de pronto aparta la mirada y se pone colorado.

Tae, a mi lado, resopla molesto. Empiezo a creer que realmente pueden comunicarse o algo así. Nam se mueve incómodo y baila la mirada entre nosotros dos. Aprieta los puños y no sé qué demonios le pasa.

- Capitán, ¿hay algún problema? - intento entender porque está tan incómodo.

- Teniente, tendréis que ser una pareja las 24 horas del día - me insiste.

- Lo hemos entendido - le replico.

- Lo que Nam está queriendo decirnos, sin mucho éxito, es que tendremos que intimar - suelta Tae de pronto. - Si somos una pareja, se presupone que nos tenemos que acostar juntos.

Me quedo helado. ¿Nam espera que su hermano y yo tengamos relaciones sexuales? He tenido que hacer muchas cosas estando de misión, pero nunca nada como esto. Miro a Tae que está sentado a mi lado, con gesto serio.

- Os daremos un equipo que os ayudará a descubrir cámaras y micros, pero lo mejor es que estéis preparados para... - Nam traga duro - ... todo.

- Capitán... - estoy a punto de replicar cuando Nam me interrumpe.

- Teniente, sé que os estamos pidiendo demasiado. Que yo os estoy pidiendo demasiado - se apunta con el dedo índice. - Pero por eso os hemos dado también estas personalidades. Con la excusa de tus escarceos y los celos de Tae, pues no será raro que lo pongas en cuarentena - le dice a su hermano y tiene los santísimos cojones de reírse.

- ¿Tú estás de acuerdo con esto? - le pregunto a Tae.

- Claro que no - me gruñe. - Pero hemos llegado hasta aquí. Esta misión se ha podido llevar a cabo gracias a la colaboración con distintos países y gracias al arduo trabajo de muchas personas. Seamos profesionales y hagamos nuestro maldito trabajo - está enfurecido.

Salimos del despacho de Nam y Tae me agarra del brazo. Aún puedo ver lo enfadado que está por lo que prefiero no decir nada. Al llegar a mi camarote, entra dentro conmigo y cierra la puerta.

- Si haces bien tu trabajo, no tendremos que acostarnos juntos - dice entre dientes.

- ¿A qué te refieres?

- Cuando lleguemos al hotel, tontea con quien quieras. Me dará una excusa para fingir que me estás haciendo daño y ponerte en cuarentena - dice más calmado.

- Pero Nam...

- Pero Nam, nada - me corta. - Haremos una interpretación de Oscar. Tú hazme caso. Es un presentimiento - se agarra la camiseta a la altura del pecho.

Durante unos segundos dudo. Un superior acaba de darme una orden. Pero empiezo a creer en su sexto sentido. Veremos como se dan las cosas.

[...]

Al día siguiente, antes de dejar el submarino, Nam nos entrega dos teléfonos móviles y nos informa que estaremos completamente localizables y monitorizados, gracias a una tecnología de última generación. No por algo, somos coreanos.

Un taxi nos lleva al muelle, que está realmente cerca de la base naval y embarcamos en un velero alucinante. Es un navío lujoso fletado para que parezca que estamos navegando a todo trapo, para celebrar nuestra luna de miel. Una vez llegamos a tierra, nos espera un impresionante Ferrari Testarossa, rojo, obviamente, y descapotable. Es un coche histórico pero que me sigue pareciendo el más bonito que podrá diseñar el ser humano. Sonrío porque Nam lo ha preparado todo con esmero y porque acaba de hacerme el hombre más feliz del mundo.

Un chico nos está esperando para entregarnos las llaves y el contrato de alquiler.

- Bienvenidos Sres. Wang. Aquí está el coche que han alquilado. Si necesitan cualquier cosa, mi teléfono está en la documentación que les entrego. No duden en llamarme - no explica mientras me lo da todo.

Me ayuda a cargar nuestro equipaje y le doy una buena propina. Para cuando voy a montarme en el coche, Tae está sentado en el asiento del conductor.

- Venga cariño, no me hagas esto - pongo un puchero.

Despacio, se quita las gafas de sol y me mira con cara de pillo. Se muerde el labio y me repasa de arriba a abajo.

- Te prometo compensártelo, pero déjame conducir esta preciosidad, bebé. Por favor - hago un mohín.

- Está bien - me dice bajándose y le abro la puerta del copiloto para que pueda sentarse. - Pero va a costarte caro - me sonríe.

- Gracias - tomo su mano con delicadeza y la beso.

Bajo la capota y arranco esta preciosidad. Conduzco en silencio. El GPS me indica el camino hacia el hotel. En cuanto veo el resort, The Sandpiper, agarro la mano de Tae y la coloco en mi rodilla.

Un aparcacoches y un botones nos dan la bienvenida.

El hotel es simplemente un paraíso. Tiene una preciosa piscina que da a una playa de arena blanca y aguas cristalinas.

Una de las recepcionistas nos acompaña a nuestra suite. Es maravillosa, con un enorme ventanal que da a la playa. En cuanto cerramos la puerta, me abalanzo sobre Tae y le devoro la boca.

Que empiece el baile.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Onde as histórias ganham vida. Descobre agora