Capítulo 27

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Jungkook

Le veo marcharse escaleras arriba, observando el ramo que le he traído. Lleva ropa cómoda, de estar en casa y aún y todo, sigue siendo imponente. Jimin también le está mirando, pero en su caso, claramente se ve lo nervioso que está.

- ¿Qué tal, Jimin? - le saludo.

- Bien, bien - me dice enfocándose en mí.

- ¿Quién es él, papá? - el pequeño me mira curioso.

- Yoonkook, te presento a Jeon Jungkook, Teniente de la marina de Corea del Sur - dice con toda la bomba y boato, cosa que me sorprende, dado que el pequeño no debe de tener más de tres o cuatro años. - Además, es hijo del General Jeon - le dice al oído, como si fuera un gran secreto.

- ¡Oh! - los ojos de enano se iluminan y me saluda llevándose la mano a la cabeza. - ¡A sus órdenes, Teniente! - me dice y automáticamente se me cae la baba.

- Cadete Yoonkook - le devuelvo el saludo. - Encantado de saludarle.

- ¿Puedo ver sus placas? - lanza los brazos hacia mí.

- No molestes al Teniente, pequeño - intenta disuadirle Jimin.

- ¿Puedo? - le pido permiso para cargar a su hijo en brazos.

Jimin accede y me pasa al niño. Me saco las placas que llevo colgadas del cuello y el niño las observa maravillado. Las agarra con sus pequeñas manitas y me resulta muy tierno. Acerco la nariz a su cabecita y me deleito del suave perfume a colonia de bebé. Me quito las placas y se las pongo. Sus ojos se desorbitan. Como si le acabaran de regalar el mayor de los regalos.

- ¡Señor! No puede... - me intenta advertir que lo que estoy haciendo no está bien.

- Sí que puedo. Recuerda que mi padre es el jefazo. Le pido otras nuevas y listo - le digo de manera cómplice.

- ¡Muchas gracias, señor! - me abraza con sus pequeños bracitos.

Se me pone una sonrisa boba en la cara. Cuando levanto la vista para mirar a Jimin, le veo con los brazos cruzados y un gesto de sabelotodo en la cara.

- Vamos a desayunar, batallón - nos cede el paso hacia la cocina.

Dentro, recuerdo el beso que compartí anoche con Tae. Entonces, por inercia, busco a BamBam. Está sentado junto a Yugi. Los dos me miran con ganas de querer asesinarme y no puedo evitar reírme porque en el fondo me encantan que sean sobreprotectores con su padre. Pero está claro que me va a costar ganarme su cariño.

- Pequeño, ven con el tío a desayunar - Nam viene hasta mí a por su sobrino.

- No tío, quiero con Jungkook - niega el niño en mis brazos. - ¿Puedo llamarle Jungkook, señor? - me mira asustado, con miedo a haberme faltado al respeto.

- Puedes llamarme Kook - le acaricio la carita. - Y no es necesario que me hables de usted.

- Tú puedes llamarme Yoko. Yugi y BamBam me llaman así. Al principio no me gustaba, pero ahora sí - me explica muy serio.

Miro a los chicos que siguen escrutándome como si fuera un enemigo número 1. Les sonrío con suficiencia y me concentro en mi nuevo amiguito.

En cuanto Tae llega a la cocina, con Yoongi, su familia vuelve a cantarle el cumpleaños feliz, mientras Jimin le acerca una tarta para que sople las velas. Mientras le cantamos, sus ojos se cristalizan. Cuando me ve con su retoño en brazos, se muerde los labios, nervioso. Sopla con los ojos cerrados y sonríe.

- ¡Papi, papi! ¿Qué deseo has pedido? - le pregunta su hija.

- ¡No, Hana! No se puede decir o no se cumplirá - la amonesta Yoko.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Where stories live. Discover now