Capítulo 12

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Taehyung

¿Qué coño acaba de pasar?

Voy con Jungkook cogido del brazo, de camino al restaurante del hotel. Puedo sentir su interior y está tan confundido como yo. Por un lado, se siente arrepentido porque se ha dejado llevar, por otro, sabe que tampoco podemos hacer mucho más. Se escuda es que es nuestro deber. Lo que más le descoloca es que ha disfrutado y eso se escapa a su capacidad de comprensión.

Como a mí.

Mientras caminamos fingiendo una serenidad que no tenemos, puedo leer el pensamiento de todas las personas con las que nos cruzamos. Nos miran sorprendidos de que dos hombres como nosotros seamos tan obvios, yendo juntos. También puedo sentir su envidia. Miro a mi marido. Jungkook es simplemente un monumento. Lleva un pantalón de pinzas y un polo. Ambas prendas se ajustan a su perfecto cuerpo y trago porque no puedo negarlo, él es muy mi estilo. Decido bloquear mi mente de todo este ruido que llega a mi mente. No son lo que estoy buscando.

Cuando llegamos al comedor, un hombre joven nos pide el nombre y nos acompaña a una pequeña mesita que hay en la terraza desde la cual se pueden oír romperse las olas del mar. Cierro los ojos, aspire el intenso olor a mar y me vacío. Tengo que centrarme en el Sr. Lee. Respirando lentamente, bajo mi frecuencia cardíaca. Aún estoy con los ojos cerrados, cuando siento que Jungkook acaricia una de mis manos, que tengo apoyadas sobre el precioso mantel de lino, color hueso. Doy un respingo al ver genuina preocupación en sus ojos. Asiento despacio, sonriendo con cansancio. Me mira curioso y puedo sentir lo mucho que le cuesta creer en mi don.

Pero lo intenta.

Enseguida, el camarero nos pide la comanda. Los dos decidimos cenar langosta. Está deliciosa. El sommelier nos recomienda maridarla con un vino blanco que está realmente fresco. Durante la cena, Jungkook y yo hacemos planes para los siguientes días: snorkel, quads, senderismo... Ambos muy cuidadosos en no preguntarnos cosas que suenen raras en un matrimonio. Charlamos mientras entrelazamos nuestras manos sobre la mesa y ante los ojos de cualquiera somos una pareja más, en su viaje de novios.

Después de cenar, Jungkook me propone ir a la discoteca del resort. Nos sentamos en uno de los preciosos sofás de piel que hay y pedimos dos gin-tonics. Hay un DJ pinchando música. La melodiosa voz de Sam Smith me tienta. Me muero por salir a la pista a bailar, pero no me atrevo a proponérselo a mi marido. Le miro de reojo y entonces es cuando veo que tiene la mirada clavada en las dos Barbies. Las mira con deseo, pero puedo sentir que no le agradan. Sonrío internamente y me pregunto si él será 100% gay.

- Voy a pedir un par de copas más, ¿te parece? - me dice sin mirarme a la cara.

Tengo que reconocer que lo hace bien. Se levanta y le veo ir hacia ellas, que están en la barra, tonteando con el camarero. Jungkook tiene un magnetismo que hace que todo el mundo que le mira, gravite a su alrededor sin darse cuenta. Su espalda, ancha, se marca perfectamente con ese polo que lleva. Y sus muslos... si volvemos a tener que hacer algo indecoroso, me voy a dar el lujo de acariciar esos fuertes muslos.

Cuando llega hasta ellas, las dos le saludan toqueteándole el pecho. Resoplo porque odio a la gente así. Las dos me miran sin disimilo alguno y me pregunto qué le habrá contado Jungkook sobre mí.

El DJ pincha una canción de Lady Gaga y las dos hienas arrastran a Jungkook a la pista de baile. Yo les miro y pongo un puchero en los labios por si alguien está observándome. Jungkook baila con ambas mujeres y evita mirarme. Está haciendo muy buen papel porque se ha olvidado completamente de mí.

Cuando termino mi copa, me levanto y estoy dispuesto a marcharme sin mirar atrás, fingiendo enfado y decepción.

- ¿Ya se marcha? - me pregunta alguien.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Where stories live. Discover now