Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞

Capitulo 34

Taehyung

Me despierto por culpa de la luz que se cuela por las cortinas. Tengo un delicioso dolor por todo mi cuerpo que me recuerda todas las cosas que hice anoche con Jungkook. Sonrío al comprobar que somos un amasijo de brazos y piernas. Me estiro y bostezo. Jungkook se mueve ligeramente y murmura algo incomprensible. Su interior está lleno de mí. Me sonrojo porque puedo ver mi propia versión porno a través de sus sucios pensamientos. Puedo ver un futuro, en el que él y yo estamos juntos y eso me da una paz indescriptible.

- Buenos días - me giro sobre mi mismo para poder verle la cara. - ¡Feliz año nuevo, Kook! - exclamo contento antes de besarle los labios.

Podría acostumbrarme a esto.

Me hace gracia ver lo mucho que le está costando despertarse. Aún no ha abierto los ojos y ya luce una preciosa sonrisa con la que está consiguiendo derretir mi duro corazón. Me apiado de él y pienso que puedo ir duchándome y así le dejo descansar un poco más. Pero cuando estoy a punto de saltar de la cama, me agarra con su perfecto brazo tatuado y me obliga a tumbarme junto a él de nuevo. Se coloca pegado a mi espalda y me abraza.

- Feliz año, Tae - me dice en la nuca. - Gracias por no desaparecer - suelta antes de darme un mordisquito en el cuello que me hace cosquillas.

- Gracias a ti por volver a buscarme - lo digo completamente en serio.

- ¿Hoy es el comienzo de nuestra nueva vida? - pregunta abriendo un solo ojos, con cara de pillo.

- No lo sé. De momento tendremos que ir a desayunar con mi desternillante familia. Veremos como te desenvuelves. Tendrás que sufrir el escrutinio de mi padre, las bromas pesadas de mi hermano y seguramente de Yoongi y Jimin también. A Hana, y, sobre todo, a Yoonkook ya te los has ganado, pero buena suerte con BamBam y... con el rancio de Yugy - me río. - Entendería que, esta vez, fueras tú el que huyese - le digo con cierto miedo, ya que yo, en su situación, me lo pensaría dos veces.

- Kim Taehyung, tu hijo 'el malote', no tiene por donde empezar conmigo. Va a acabar adorándome como su precioso y sexy padre - me dice el muy sinvergüenza acariciando mi desnuda cadera. - Además, con un poco de suerte, hoy se levanta de mejor humor... demos gracias a BamBam.

- ¿Qué le dijisteis Yoongi y tú? - pregunto realmente intrigado.

- Pues que aceptara el consejo de os viejos que la cagaron muchas veces, pero que nunca dejaron de amar a sus padres. Que no perdiera el tiempo - suspira. - Tae, mi amor, lo siento mucho. Siento lo mucho que te he hecho sufrir todos estos años. ¿Me podrás perdonar algún día? - y de pronto su voz se entristece.

- Jeon Jungkook - me giro de nuevo para encararle - ¿tú que crees? ¿Piensas que estaría en esta cama, desnudo y cubierto con tu semen si no pudiera perdonarte? - le digo medio en broma porque ahora mismo no quiero que nada ni nadie interfiera en esta felicidad que me embarga al estar a su lado. - Ya tendremos tiempo de poner esta locura de vida en orden, ahora mismo solo pienso en desayunar y en pavonearme dejante de Jimin y Yoongi. ¡A la ducha!

En un tiempo récord, nos aseamos y nos vestimos. Mi padre me llama para informarme que nos están esperando en el comedor. Mientras hablamos le escucho reírse y me imagino que Jungkook y yo debemos de ser la comidilla de todos, pero siendo sincero, me importa una mierda. Estoy tan contento.

Salimos de la habitación de la mano. Me encanta sentir que esta felicidad que siento es la misma que burbujea en el interior de Jungkook y me permito soñar con un final feliz hasta que la veo.

- ¡Lisa! - exclama Jungkook tensándose junto a mí. Me encanta que no me suelte la mano. - ¿Qué demonios haces aquí?

En medio de la recepción esta Lisa. Llama mucho la atención porque, para que engañarnos, es preciosa. Lleva un pantalón negro con un jersey de cuello vuelto del mismo color. Sobre los hombros, un impresionante abrigo de piel. Remata el outfit con un bolso enorme de Louis Vuitton, unos stilettos negros de Louboutin y unas gafas de sol enormes, de Tom Ford.