Capítulo 18

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Taehyung 1/2

Me despierto y me cuesta un poco ubicarme. Estoy muy cansado y me no puedo abrir los ojos. Me doy cuenta de lo mucho que me duelen las caderas, el culo y la nuca. Entonces lo recuerdo todo.

Anoche me acosté con Jungkook.

Parpadeo y poco a poco voy moviendo mis músculos entumecidos. Palpo la cama en busca de Jungkook, pero su lado de la cama está vacío. Tengo la esperanza de que haya ido a por algo de comer porque estoy famélico. Me levanto con toda la pereza del mundo y decido darme un chapuzón en la piscina a ver si consigo desperezarme.

Me encanta bañarme desnudo.

Hago unos cuantos largos para activar mi cuerpo. Sonrío como un imbécil cada vez que algo me duele, porque me recuerda a todo lo que hicimos ayer. El sexo ha sido alucinante y estoy deseando que Jungkook vuelva y repetir. Sigo nadando y es cuando caigo en la cuenta de que está tardando demasiado. Salgo de la piscina y mientras me seco, vuelvo a la habitación. No hay nada suyo y eso me asusta un poco. Voy al coche donde ayer dejó mis cosas. Rebusco en la bolsa, pero su móvil ya no está. Agarro el equipaje, pues mi ropa seguirá mojada. Me visto y una pena y una tristeza inmensas me asolan, cuando caigo en la cuenta de que no va a volver.

Jungkook me ha abandonado.

Recojo todo y me voy. Dudo si llevarme el coche que hay en la villa, pero prefiero llamar a Nam y que él decida. Brevemente me indica que alguien vendrá por mí. A la media hora, aparece un viejo taxi. Yoongi está conduciendo.

- Taehyung - me dice a modo de saludo cuando se baja para meter mi equipaje en el coche.

- Gracias por venir a buscarme, Teniente Min - le estrecho la mano. - ¿Puedo pedirle que me lleve al The Sandpiper? Es que aún me quedan algunas cosas por recoger... - le digo tímidamente porque puedo ver la sorpresa en su cara.

No creo que le hace ninguna gracia, pero no quiero dejar todos los regalos que me ha hecho mi padre, allí abandonados. Viajamos en silencio hasta el hotel.

- Prometo no tardar mucho - le digo antes de salir corriendo.

Aviso en la recepción que voy a recoger mis cosas y hago el check out. Una vez en la habitación, hago el equipaje. El mío y el de Jungkook. Durante todo el proceso, reprimo unas ganas infinitas de llorar. Pero la culpa no es de Jungkook. Es sólo mía. Él nunca me ha prometido nada. La culpa es de esta puta tensión que hay entre nosotros. Rememoro todo lo que me hizo sentir durante el sexo y todo lo que percibí a través de mi don. Me sentí amado y deseado por primera vez, pero debió de ser producto de mi imaginación. Para él ha sido sólo un polvo. Yo podría haber estado bien con eso, pero que se marchara sin decir nada, me hace sentir insignificante y prescindible.

Como toda mi puta vida.

Ni en los orfanatos, ni en las casas de acogida, ni mi propia familia me quisieron jamás. Nunca nadie, a excepción de los Kim, se ha preocupado por mí. Debería estar acostumbrado, pero sigue doliendo como el mismísimo infierno.

Salgo de la habitación dando un portazo, En un intento de dejar atrás todo este dolor. Cuando estoy a punto de abandonar el hotel por el hall, alguien me agarra del hombro.

- ¡Sr. Lee! - saludo sorprendido.

- Querido, acaban de decirme que abandonas el hotel - me dice con un ligero reproche en la voz.

- Discúlpeme, no piense que no quería despedirme de usted - le digo con vergüenza. - Es que...

- ¿Dónde está tu marido? - le veo buscar detrás de mí.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Where stories live. Discover now