"Mariposas" CAMREN-G!P (Segunda parte de "Ambición").

Cap 42: Cumpleaños feliz

Narra Camila

—!Aurora! —grité desde la escalera. 

Hoy era el cumpleaños numero seis de mi hija. Solo quedaban un par de horas para que comenzaran a llegar los invitados y Aurora aun no estaba ni siquiera bañada.

—!Aurora Jauregui, baja ahora mismo!

—!Ya voy! —se asomó desde arriba dejándome ver su pequeño cuerpo.

—!No me grites!

—!Tu gritaste primero! —agudizó la voz abriendo las manos en defensa.

—Me vas a sacar canas, niña —negué viéndola bajar con cuidado las escaleras—. Te dije hace una hora que dejaras de jugar ese jueguito, tus invitados ya están por llegar y aún no estas lista, y yo aún tengo que ir arreglarme...

—Es mi cumpleaños, si quiero no me baño —pasó por mi lado en dirección a la cocina.

Estuve a punto de responderle cuando Lauren salió de la cocina con una sonrisa. Toda esta situación le divertía porque ella era igual cuando pequeña, Clara me lo había advertido hace años.

—¿A dónde va la cumpleañera? —la detuvo por los hombres, frente a ella.

—No me quiero bañar.

—No es una opción —negó inclinándose hacia ella. Aurora la miraba con el ceño fruncido, un puchero y los brazos cruzados sobre su pecho....habia sacado las expresiones de Lauren cada vez que se enojaba—. Te propongo algo. Yo te baño, te pones guapa para los invitados y después de abrir los regalos puedes jugar nuevamente.

Aurora la miró pensativa, evaluando la propuesta de su otra Madre y luego de unos minutos aceptó asintiendo. 

—Ve arriba —revolvió su cabello mientras se iba nuevamente a su habitación. 

Una vez que estuvimos solas su mirada se clavó en mí. Aún no me acostumbraba a tener su mirada tan intensa puesta en mí, me seguía intimidando como cuando éramos mas pequeñas. Su cuerpo se situó frente a mí y como dos imanes sus brazos rodearon mi cintura y los míos su cuello.

—Si quieres mientras te arreglas —susurró dejando un pequeño beso en mi cuello.

Sonreí dejando escapar un suspiro.

—Me alegra que esté aquí —murmuré escondiendo mi cara en su cuello. 

Tener a Lauren junto a mí me hacían sentir tranquila y apoyada. Tantos años criando a Aurora sola y ahora tenerla a mi lado me habían echo darme cuenta de todo el cansancio que había acumulado. Ahora éramos ambas en esto y lo agradecía.

—Te amo —tomó mi rostro dejando un delicado beso en mis labios.

—Yo también te amo —le sonreí viendo sus ojos brillar ante mis palabras—. Será mejor que subas a bañarla y yo a arreglarme...se nos hace tarde —le recordé separándome, con esfuerzo, de ella.

En silencio subimos las escaleras, ella directo a la habitación de Aurora para arreglarla y yo a mi habitación que ya se había vuelto nuestra desde hace ya un tiempo. Al principio no dejaba que se quedara a dormir para no confundir a Aurora pero con el paso de los meses habíamos llegado a la conclusión de que no había nada de malo en aquello, al contrario. Todas las mañanas, después de que ella se quedara a dormir, preparábamos el desayuno entre las tres teniendo un ambiente cálido y seguro. Aurora se veía muy feliz cada vez que veía que Lauren estaba en casa junto a nosotras. Éramos una familia y eso jamás estaría mal.