Capitulo 43: Ecos del pasado antiguo parte 3.

27 7 8
                                    

Punto de vista de Atlas.

Mi yo antiguo al escuchar eso se llenó de dudas en su corazón pero sabía que no podía huir al mandato de los dioses aunque no estuviera obligado a seguir su voluntad.

Atlas R: yo... lo haré....-dijo mostrando dolor en sus palabras, quería permanecer al lado de Melinda pero el destino tenía otros planes.

Zelecia R: tal acto aún con tu poder será algo básicamente imposible-dijo seriamente.

Chronos R: para tal tarea necesitaremos 7 apóstoles-dijo mostrándose seria.

Atlas: ¿Apóstoles?-pregunto levantando un poco su mirada.

Minerva R: si, nosostros tambien participaremos pero lo máximo que podremos hacer será poner nuestra escencia divina en cuerpos mortales.

Artemios R: eso les dará una fuerza de elite con la que te podrán ayudar a hacerle frente, sin embargo mientras estamos nuestra escencia permanezca en sus cuerpos quedaremos sellados en ellos hasta que parezcan.

Atlas R: pero si fallo...

Anubis R: las alternativas son reducidas Atlas, si pudiésemos intervenir directamente lo haríamos pero así es como lo dicta la ley divina-suspiro.

Zelecia R: en cuanto a ti te daré esto-dijo dándole una pequeña esfera que en sus manos se convirtió en un hacha negra con detalles dorados-esta es excalibur un arma en la que pusimos parte de nuestra escencia y solo a quien está considere digno puede portar, al ser digno de empuñarla esta tomará la forma mas adecuada para el portador, su existencia fue hecha para ejercer la justicia y la voluntad divina.

Atlas R: agradezco cordialmente tan magnífica posesión-dijo inclinándose para que luego este fuera llevado una vez al mundo mortal dónde no perdí el tiempo en reunir a los 7 dignos devotos que llevarían la escencia de los dioses en si para hacerle frente a Lucifer.

Entre los apóstoles por su mente cruzo el llevar a Melinda, pero luego de pensarlo creyó que su corazón solo nublaba su juicio y al final solo la estaría poniendo en un peligro innecesario, la amaba realmente y quería protegerla a toda costa.

Fue así como los apóstoles de los distintos fieles mortales fueron seleccionados: un draconiano, un elfo, una bestial lobo, un enano, una humana, una druida y un semi humano gato, cada uno se volvió el portador de la escencia de uno de los dioses, dejando sus lugares en el reino divino vacíos con nada más que Zelecia, Kutai y Waito, aunque estos últimos no podían hacer más que ser los vigilantes del tiempo, después de todo aún seguian sin ser arcángeles y su autoridad en el cielo era limitada.

Cada apostol luego de ser bendecido llevo su fuerza al límite.

Con ayuda de los poderes que obtuvieron y con poder de mi excalibur pudimos hacer frente a la guerra desatada por Lucifer por años, muchos murieron, muchas tierras fueron asoladas, este mundo de a poco estaba muriendo y esto era presente con los lamentos de Ygdrassil.

Fue así que luego de 5 años en guerra decidimos ir a por todas en un último ataque, las luchas habían sido tan intensas que de seguirlas prolongando más sabíamos que este mundo pereceria por completo.

Es así como los 7 apóstoles y yo nos reunimos dispuestos a ir por la que sería nuestra última oportunidad....

Puedo recordar claramente la presión que sentía, este mundo dependía de mi y no había cabida a errores.

Con eso en mente me reuní con Melinda la que podría ser nuestra última vez juntos, cualquiera que fuese el resultado lo más probable es que no fuera capaz de volver a verla y esos pensamientos solo se clavaban en mi corazón como agujas.

Es así como una vez más había llegado a ese recuerdo, con la única diferencia es que ahora lo podía ver más claramente y podía sentir más vividamente los sentimientos que me aquejaban.

Una vez más me encontraba en el campo donde ví a tantos de mis compañeros de guerra perecer, tenía puesta mi armadura mientras en mi hombro tenía apoyada mi excalibur, lo único que podía ver así era el campo de guerra lleno de los vestigios de la última batalla.

Cerré mis ojos ahogando mis lamentos por todas las vidas que aquí fueron arrebatadas, me culpaba internamente por eso... si tan solo hubiese sido capaz de amarla... esto era mi culpa y nada más que mi culpa, estaba a punto de regresar y quizá reunirme con Melinda en otro lugar pero al final sería lo mismo y mantuve mis ojos cerrados sin dar paso alguno.

Atlas R: si tan solo hubiese cumplido con lo que debía esto no hubiera pasado....-dijo con un tono lleno de tristeza-mis manos y mi alma están manchadas de sangre... este mundo está muriendo y todo solo por nuestra culpa... aunque intenté razonar ya no queda otra salida...-suspire fijando mi vista una ves más al campo de batalla ignorando hasta la que para el momento era una presencia evidente.

Melinda: entonces te esperaré y haré lo posible por proteger la aldea-dijo con esa voz tranquila y comprensiva que la caracterizaba-aunque este mundo esté en ruinas mi amor siempre estará contigo... Atlas...

Quizá trataba de ignorar su presencia mientras sacaba alguno de mis pensamientos a flote, la verdad no sé porque siguiera deje salir mis pensamientos de mi boca pero... esas palabras me hacían recordar un poco mis razones de pelear.

Atlas R: y el mío siempre prevalecerá contigo... Melinda...-dijo sonriendo y abriendo sus ojos calmando los lamentos de su corazón-usare toda mi fuerza para luchar por este mundo.

Guarde mi hacha en el inventario y poco a poco me acerque hasta estar frente a ella.

Melinda R: no me esconderé, yo también peleare con toda mi fuerza...-dijo llena de determinación.

Atlas R: no tienes que hacer esto conmigo-le dije intentando convencerla de lo contrario, quizá hacer que se resguardará.

Melinda R: ¡¡ pero quiero hacerlo !!-dijo dejándome en claro con su tono que ella no se escondería.

Atlas R: yo sé que si...-puso mi mano su mejilla-pero entiendelo... si pierdo todos moriremos y aún si gano... lo más probable es que no pueda volver a casa contigo-dije con un último intento de hacerle ver cómo me sentía.

Melinda R: se que aunque no estemos juntos nuestros sentimientos siempre nos unirán-dijo abrazándome de tal forma que olvide por completo mis últimas dudas.

Atlas R: Melinda...-dijo apartándose un poco para verla a los ojos.

Es así como mientras el sol se ocultaba a lo lejos ambos poco a poco acercabamos nuestros rostros expresando todo el amor que cultivamos por años con un beso.

Continuará....

Aquí otro capítulo, espero les gustará y si ven algún error no duden en decirme.

Sin más nos leemos en otra ocasión.

Reencarne como un león negro libro 3.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz