¿A quien buscas?

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¿A quien buscas?

A la mañana siguiente, la faena plegada a la misma rutina cotidiana, desde levantarse de la cama hasta llegar a la escuela, Jimin finalmente se encontraba frente a la puerta de su clase, no había llegado tarde, pero no se atrevía a ingresar pese a que hace cinco minutos el timbre de la sirena, exclamando el inicio de clases, ya había sonado.

Estando de pie, su mirada parecía hipnotizada. A través del vidrio transparente diseñado sobre la puerta del salón, él estaba observando al chico que estaba durmiendo sobre su carpeta al fondo del salón. Aquel sitio que siempre había estado vacío ahora tenía dueño. Y ver a esta persona desde aquella distancia aún le ponía los pelos de punta, aún no podía creer que el chico que conoció en el tren, quién enfrentó a Hangil sin problemas, terminó sentándose junto a él. Tanto la impresión como los nervios en él aun no cesaban desde ayer, le sudaban las manos, y Jimin no podía hacer nada para evitarlo.

Sus pensamientos rondaban en las ocasiones en donde el pelinegro simplemente había evitado dos de sus tragedias, ya sea consciente o inconscientemente. Y él no podía sentirse de otra manera más que agradecido y preocupado por esta persona.

—¿Qué tanto miras?

Jimin pegó un respingo en su sitio, entonces pudo darse cuenta que era el profesor de artes de la escuela quien estaba a su lado. Al principio se asustó, pero luego, se sintió sumamente avergonzado por haber sido descubierto en su ensoñación. Rápidamente se hizo a un lado, cumpliendo una reverencia. Este hombre era demasiado joven para considerarlo un profesor, Jimin hasta podría confundirlo como un compañero, pero el portafolio que traía y el traje formal que vestía lo distinguían de uno.

—Oh, me enteré que llegó un alumno nuevo a la escuela, debe ser él ¿No es así? —El profesor se fijó en Jimin con una sonrisa después de mirar a través de la ventana. Su alumno se quedó paralizado por un momento, y luego un ligero rubor pintó sus mejillas. El profesor estaba sorprendido por lo inusual de esta expresión, él dijo: — Bueno, no está mal, se ve bien, pero no está mejor que yo, supongo que mi belleza sigue siendo insuperable —no pudo evitar bromear para tratar de animarlo, resaltando su propio rostro vanidosamente.

—¿Qué? —balbució Jimin, mirando al profesor Kim Seok-Jin sorprendido. 

—Si, ya ví que también es muy guapo, pero no más que yo. O...¿Acaso piensas lo contrario? Vamos Jimin, tú eres mi admirador favorito ¿Crees que él es más apuesto que yo?

Jimin estaba perdido con cada palabra que el profesor SeokJin había dicho. No sabía porque el profesor le estaba diciendo aquello, pero sin poder reprimirlo se le vino a la mente la palabra ¿Apuesto? ciertamente el chico nuevo lo era, su rostro era agraciado, su apariencia era serena y compuesta, lucía como un personaje bien cuidado, además, nunca había estado interesado en la apariencia de otro chico además él, era la primera vez que creía que un chico como el pelinegro podía lucir muy bien.

—Ah, si...muy...guapo—vaciló Jimin, pensando, sin dejarse explicar a quien realmente se refería. 

El profesor Seokjin soltó una sonrisa viendo como la mirada de su estudiante tomaba un brillo inusual, pensó que después de todo podía ser una buena señal. Tuvo el impulso de revolver su cabello, así que lo hizo. —Park Jimin, tan lindo como siempre —expuso cariñosamente, mientras Jimin volvía a la realidad, dejándose acariciar la cabeza un poco avergonzado. — Vamos, entremos a clases.

El profesor Seokjin abrió la puerta e ingresó junto a una gran exclamación. —¡Silencio! ¡Todos a sus sitios!

La gritería se transformó en un ordenado saludo en conjunto. Jimin entró en el proceso, dirigiéndose a su asiento. Se sentó, y el chico a su lado abrió los ojos, despertando, y mirando hacia adelante sin fijarse en él.

—WooHae—llamó el profesor SeokJin, y el presidente de la clase rápidamente se puso de pie. —Reparte esto, por favor—le entregó una cantidad de papeles.

Entonces, se oyó una fuerte exclamación.

—¡¿Examen sorpresa? ¡Eso no es justo! —reclamaron todos con bulla.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto? —retó el profesor, disfrutando del clamor de sus estudiantes.

—¡Ni siquiera pudimos estudiar, ¿Cómo íbamos a saber que hoy habría examen?!—gritó un alumno, refunfuñando.

SeokJin hizo una sonrisa. — HanJu, por el amor a dios, no es necesario que grites a los cuatro vientos la capacidad de tu inteligencia. "Examen sorpresa es sorpresa"

La clase bramó de risas y HanJu fulminó a todos con la mirada.

—Ya, silencio, silencio, para la tranquilidad de HanJu y de todos, no es un examen teórico, pero será la razón de su próximo practico.

La clase volvió a exclamar con fuerza.

—Se trata de una melodía muy simple, practicarán en ella, evaluaré el esfuerzo y la habilidad. Ah, y no se olviden presentar su propuesta para el festival de primavera, estaré muy atento a sus sugerencias.

Jimin observó aquel papel que le habían entregado, era una partitura muy compleja a pesar de que el profesor lo consideraba una simple, ¿Cómo aprobaría ahora si los instrumentos no se le daban? Se mordió el labio ligeramente preocupado, pero ya no pensó en eso cuando sintió un pequeño movimiento a su lado, el pelinegro se había vuelto acostar sobre la mesa para dormir, tapándose la cara con la ficha que le había sido repartida. A Jimin se le escapó una pequeña sonrisa genuina.

Mientras el tiempo se dedicó a avanzar, Jimin no pudo evitar fijarse en el pelinegro en muchas ocasiones, pero rehuía su mirada apenas el otro mostraba señales de conciencia.

Entre el receso, después de varias horas de estudio, Jimin vio cómo el pelinegro se puso de pie de repente y salió de la clase. No quería parecer entrometido, sin embargo sus pies ya estaban en movimiento cuando curiosamente decidió ir tras el pelinegro.

El pelinegro había subido las escaleras a la cuarta planta. Jimin frunció el ceño desconcertado, siguiéndolo por detrás. Se detuvo cuando observó que el pelinegro se paró frente a una clase en particular. Palideció al darse cuenta de qué clase se trataba. 8° GRADO -SECCIÓN A

Jimin sintió una oscura sensación en la boca del estómago, y por instinto sus pies se movieron solos escondiéndose tras una pared "¿Por qué precisamente esa clase?" se preguntó lleno de angustia.

—¿Buscas a alguien? —escuchó una voz lejana. Jimin alargó el cuello para poder mirar, apenas asomando un ojo.

El pelinegro estaba frente a otro chico, ambos separados por la línea de la puerta, entre el pabellón y el salón, manteniendo sus miradas por unos segundos en silencio, sin embargo, Jimin vio como el pelinegro se alejó sin decir ni una palabra.

—¿Quién era? —Apareció otro muchacho ajeno viniendo desde adentro del salón, abrazando por la espalda al otro que había sido abandonado en la puerta por el pelinegro.

—El chico nuevo—respondió este aun con los ojos siguiendo al pelinegro.

—Oh, ¿Y qué quería? —preguntó el otro, viendo también en la misma dirección.

—No lo sé—encogió los hombros. —Se fue sin decir nada.

—¿Escucharte lo que hizo?

—¿Bromeas? Mando a Hangil al hospital. Toda la escuela ya sabe quien es él.

Ambos chicos regresaron a su salón, en tanto Jimin perdía de vista al pelinegro. Quería ir tras él, pero su propio cuerpo se resistía a pasar por aquella clase, y resignado se dio la vuelta, volviendo por el mismo camino.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Where stories live. Discover now