Un obsequio

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Un obsequio

El fuerte frío golpeó el rostro de Jimin cuando salió corriendo hacia afuera buscando a Suga por todos lados. Felizmente, sus ojos habían logrado localizar al pelinegro. En la deriva de la noche, su corazón había podido sentirse aliviado, pero ese sentimiento se había desvanecido una vez se había topado con un cuadro completamente inesperado.

Suga y Suran yacían cerca uno contra el otro, mientras parecía que mantenían una conversación agradable. Ellos se fijaron en él una vez había hecho acto de presencia. Su aparición había generado un profundo silencio entre los tres.

—Oh, Jimin, ¿Vienes a despedirte? Justamente, estaba pidiéndole a Suga un favor—dijo Suran, mirándolo.

Jimin notó como Suran se inclinó un poco hacia Suga y le entregó su celular. Él sabía perfectamente lo que esto significaba, Suran estaba pidiéndole su número a Suga. No obstante, lo que hizo que se quedara congelado y aún más sorprendido era que Suga había aceptado el celular de Suran y había escrito su número en este.

Después de que el pelinegro le devolviera el celular a la chica, ella se despidió de Suga, diciéndole:

—Fue entretenido hablar contigo, espero que volvamos a vernos otra vez. Bueno, adios— delicadamente acomodo su cabello detrás de su oreja e hizo una bonita sonrisa antes de irse.

Cuando Suran volvió por el mismo camino se cruzó con Jimin, quien se había quedado estático observando todos los movimientos coquetos que había hecho Suran. La chica pasó por él con una sonrisa arrogantemente feliz.

Jimin se refugió en el silencio durante mucho tiempo hasta que finalmente ella desapareció por la puerta. Jimin trató de calmarse y suprimir ese agrio sentimiento que se acumuló en su interior. Estaba extrañamente molesto ¿Acaso a Suga realmente le gustaba Suran?

Jimin se encontró con los ojos de Suga, pero estos se hallaban sin expresión. Vio a Suga darse la vuelta en silencio, y sin que dijera ni una palabra, se empezó a alejar.

—¡Espera! —gritó él, logrando detenerlo y hacer que diera media vuelta. Suga se giró y ambos volvieron a encontrarse con la mirada. —Solo...espera un momento—dijo él, antes de echarse para atrás y correr con prisa hacia dentro de la casa.

No obstante, su ausencia duró más de lo previsto.

Jimin regresó desalentado, con el pecho subiendo y bajando con rapidez, su cabello estaba desordenado por el viento. Había hecho un gran esfuerzo para no demorarse, pero lamentablemente cuando regresó no encontró a Suga donde lo había dejado.

Suga realmente se había ido, y Jimin se sintió devastado al darse cuenta de esto. Su corazón se comprimió con tristeza.

—Tres minutos y treinta segundos, espero que sea realmente importante.

Esta voz había hecho que Jimin diera un salto sobre su sitio. Jimin se dio la vuelta y a su atrás vio a Suga recargado sobre una pared esperandole. En ese momento, Jimin solo pudo sentir cómo su corazón volvía a palpitar rápidamente.

—¿Y bien?

Sin embargo, por alguna razón Jimin se había quedado estático sin poder decir una palabra. Con una expresión ligeramente tranquila, Suga empezó a acercarse hacia él lentamente, y cuando estuvo a un paso del castaño, Suga hizo que Jimin se quedara hipnotizado con su mirada.

—Hace...hace mucho frío...—logró Jimin murmurar torpemente, perdido en los ojos oscuros del pelinegro. Jimin se estremeció por esta conexión tan inesperada e inexplicable. Suga de pronto estaba haciendo una expresión muy profunda como la primera vez.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Where stories live. Discover now