Tan cerca y tan lejos

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Tan cerca y tan lejos de ti

Al otro día, sin ser muy diferente al anterior, Jimin había terminado todas las tareas que el entrenador de física le había ordenado. Después de mucho tiempo, terminó de recoger las pelotas, de limpiar y dejar todo impecablemente ordenado. Y cuando quiso dejar el campo deportivo de basquetbol, de repente, una pelota cayó sobre su cabeza de manera violenta, haciendo que sus lentes se torcieron en su cara.

—¡Touchdown! —exclamó un chico quien lanzó el balón, sonriendo hacia Jimin maliciosamente.

—¡Vaya, genial, bien hecho! —. Apareció otro muchacho, tirándose animosamente encima del otro. Ambos jóvenes rieron juntos como dos buenos amigos molestándose.

Al otro lado, Jimin se arregló sus gafas en silencio, aguantándose el dolor causado por el golpe en su cabeza. Quiso adelantarse para salir, pero otra vez fue detenido: —¡Hey, tú, cuatro ojos! —vociferó el chico que lanzó la pelota anteriormente. Jimin giró el rostro ligeramente asustado. —Aún no hemos terminado contigo.

Minho y Jongin eran sus compañeros desde el preescolar. Jongin era más conocido como "Kai", y Minho era su fiel amigo que siempre iba con el otro a todas partes. Entre los dos raras veces se dedicaban a molestarlo, pero hoy no sería una de esas excepciones.

—¡Kai! —Por suerte el grito de otro estudiante, ajeno a todos, llegó hasta ellos ganándose su atención. Exclamó —¡El entrenador te llama! ¡Date prisa!

Kai y Minho se miraron al mismo tiempo, y como si el otro asunto fuese más importante que molestar a Jimin, se fueron. Entonces el castaño, con un gran suspiro de alivio, no perdió la oportunidad de irse de la cancha deportiva lo más pronto posible.

Jimin rodeó las esquinas pasando por todos los pasillos de la escuela, muchos estudiantes bebían, comían, y se divertían entre ellos. Mientras iba caminando distraídamente, de pronto sus ojos captaron a cierto pelinegro de pie frente a una máquina expendedora de bebidas. Jimin se detuvo y se escondió rápidamente.

A cierta distancia vio al pelinegro fruncir el ceño, mientras volvía a apretar con su dedo varias veces el botón de la máquina. Dicha caja no funcionaba, y al parecer su disfuncionalidad parecía exasperar al cliente. Jimin lo observó resoplar antes de ceder e irse sin lograr ninguna bebida en las manos.

Cuando Jimin lo vio lo suficientemente lejos, se acercó frente aquella máquina que conocía a la perfección, era una que carecía de total atención por su ineficiencia. Solo tragaba monedas mas no otorgaba ninguna bebida, por tal motivo, casi nadie rondaba cerca de ella, y eso era magnífico para él, pues tenía la suerte de no toparse con casi nadie por esa zona

Era de suponerse que el chico nuevo no sabía sobre ella. Con una mirada gentil, sonrió cálidamente.

—Vamos, tú puedes, no me falles. —Jimin pegó su cachete sobre la superficie fría del vidrio. Y poniendo sus manos en ambos lados de la máquina, lo sujetó firmemente y empujó hacia un lado con precisión, golpeando con su pie en cierto punto, uno exacto, que solo él conocía. Entonces escuchó el triunfo de la bebida cayendo hacia abajo.

Sonriendo brillantemente, sacó una botella de agua en sus manos. Tontamente e inmensamente feliz, Jimin corrió tras el pelinegro para entregárselo personalmente, ya que esto significaba una oportunidad para poder hablarle, objetivo que penosamente no había logrado desde hace días.

Jimin lo buscó por todos lados pero no lo encontró por ningún lugar. Después de mucho tiempo, finalmente resignado, decidió volver al salón y esperarlo ahí. 

Pero de pronto, cuando iba subiendo las escaleras Jimin logró ver al pelinegro por la ventana desde arriba. Este iba caminando de forma elegante y erguida hacia adelante. No pudo evitar quedarse mirando. El uniforme escolar le lucía muy bien, el pelinegro parecía una estrella sobre una pasarela. Jimin de repente se sintió un poco avergonzado por parecerle un chico atractivo, esto hizo que se sintiera extraño por dentro.

Jimin notó que el peligro ingresó a la cafetería de la escuela. Rápidamente fue a la misma dirección. Corriendo y bajando las escaleras, también entró a la cafetería.

Ni bien ingresó, en medio de toda aquella multitud de alumnos, halló al pelinegro en una mesa al fondo del comedor. Se le ocurrió una idea, cogió una bandeja y se sirvió el almuerzo también. Cuando tuvo la comida servida se preocupó en lucir lo suficientemente normal, se arregló la ropa y acomodó la bebida que había traído con él en su bandeja, entonces finalmente, llenándose de valor, se dirigió a la mesa del chico nuevo.

Un paso tras otro, mientras más se acercaba más nervioso se sentía, su inseguridad no tardó en hacer efecto en él, haciéndole pensar que la idea era tonta y que debía retroceder. Sus pies se detuvieron.

Jimin vio al pelinegro comiendo en solitaria compañía en aquella mesa. Y por una brevedad de tiempo se observó así mismo en aquella soledad. Malinterpretando la desdicha, Jimin finalmente tomó las fuerzas suficientes para encontrarse con su objetivo, "podría hacerse su amigo", pensó, y la idea lo maravilló, por alguna razón su corazón deseaba que esa idea se hiciera realidad.

Esta vez con la mente más segura decidió que llegaría a esa mesa, no importaba lo que sucediera después, iba hacerlo. Pero algo inesperadamente congeló sus piernas.

De repente, otra persona se colocó al lado del pelinegro sentándose junto a él. A lo lejos, los vio hablar y reír como si fueran amigos. Y ver aquella escena rompió lentamente la ilusión que se había hecho, mientras se quedaba mirando paralizado.

La tristeza se reflejó en su mirada, Jimin se sintió como un idiota, ¿Cómo pudo volar tan alto? ¿Cómo pudo haberse comparado con el pelinegro, que siendo un estudiante nuevo ya tenía amigos? Él era el único quien nunca podría hacer amigos. Recordó que le decían que nadie quería estar con él por ser tan patético, entonces ¿Por qué un chico como el pelinegro quería juntarse con una persona tan patética como él?

Dio un paso atrás, dispuesto a desaparecer con el corazón devastado. Sin embargo, para su mala suerte, fue demasiado tarde cuando sintió un fuerte golpe chocar contra sus hombros. Sus pies tropezaron y su cuerpo cayó directamente al suelo.

—¡¡UPS!! ¡¿Te lastimaste?!

Se rio una voz burlona.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Where stories live. Discover now