El Mismo Cielo (Yoonmin)

Escápate conmigo

Escápate conmigo

La llegada del padre de Jimin había causado una gran impresión. Hubo una sincera emoción en los rostros de la abuela y de Jimin. Los abrazos y las palabras emotivas no tardaron en inundar la casa. Pasaron mucho tiempo hablando y festejando.

Suga se dirigió a la habitación de Jimin cuando por la tarde llegó rápidamente, recogiendo sus cosas y su chaqueta para poder irse de la casa. Pero entonces, Jimin vino detrás de él y sorpresivamente, antes de decir algo, se lanzó a él y lo abrazó efusivamente, escondiendo su rostro en su cuello, como un niño buscando consuelo.

Entre el silencio de la habitación y la luz del atardecer alumbrando por la ventana, la mirada de Suga se llenó de calidez. —¿Qué sucede?—preguntó suavemente, correspondiendo el abrazo.

—Gracias por estar aquí hoy—murmuró Jimin en voz baja.

Suga buscó el rostro de Jimin y ligeramente hizo que lo mirará, sus ojos cristalinos brillaban. —¿Por qué tus ojos parecen que están a punto de llorar? ¿Estás triste?

Jimin negó con la cabeza. —Estoy feliz—aclaró.

—¿Es por la llegada de tu padre?

Jimin asintió. Y luego, volvió a murmurar—Y también es por tí—confesó valientemente, tan valiente que sus mejillas se ruborizan fuerte.

Suga torció una sonrisa satisfecha, pellizcando la punta de la nariz de Jimin. —¿Acaso quieres parecer más lindo de lo que ya eres, Dolyminipark?

Jimin apretó los labios, mirando a Suga persistentemente, reconociendo aquel honorifico. Tenía tantas cosas que quería decir. —Hyung

—¿Mnh?

—Ayer tu...

No pudo terminar de hablar cuando de pronto alguien acercándose los interrumpió. Jungkook entró a la habitación, haciendo que Jimin se alejara de Suga inmediatamente. Otra vez la misma escena extraña, donde Suga y Jimin parecían demasiado cercanos cuando los encontraba, JungKook estaba dudando cada vez más. Con una sensación agria, frunciendo la frente dijo: —Ya es tarde.

La habitación se había mantenido en silencio.

Suga respondió. —Sí, ya me iba—, al mismo tiempo que miraba a Jimin, quien no dijo nada frente a la intromisión de JungKook. Tal vez esperaba que Jimin interviniera o defendiera algo, pero no sucedió nada. Quizás se sintió un poco decepcionado, pero nunca lo reflejó en su mirada.

Cuando bajaron a la sala, la abuela y el señor Park se despidieron de Suga amablemente. Suga observó cómo la sonrisa sincera de la abuela iluminaba su rostro arrugado mientras el señor Park le estrechaba la mano con gratitud. Nunca esperó que la llegada de este señor produjera tanta felicidad en la pequeña familia Park.

Mientras observaba la escena, recordó sus propias dudas sobre si ayudar o no al señor Park y pagar su deuda. La voz de Jack resonaba en su mente, asegurándole que el señor Park no era un hombre peligroso. Finalmente, decidió asumir la responsabilidad de pagar la deuda, pero el hombre nunca lo reconocería, Jack había hecho todo el trabajo por él.

En la salida, justo antes de marcharse, Suga se detuvo un momento para mirar a Jimin por última vez. La luz del atardecer acariciaba sutilmente su figura mientras permanecía de pie. En la mirada de Jimin se percibía una mezcla de expectación y anhelo, como si ya lo extrañara desde ese mismo instante. Suga, sintiendo lo mismo, deseó poder abrazarlo en ese momento. Sin embargo, con JungKook vigilando de cerca, no pudo hacer nada al respecto.

Este intercambio de miradas fue la última interacción entre ellos al final del día. Con un susurro suave de "Adiós" en los labios, Suga se alejó lentamente. Jimin, por su parte, contuvo el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse en ese momento. Cada latido de su corazón resonaba con la sensación de pérdida y anhelo mientras observaba cómo Suga se alejaba. Sin embargo, se obligó a contener esas emociones.

***

Al día siguiente, como de costumbre, Jimin bajó del autobús junto a JungKook. Sin embargo, a diferencia de otras veces, su rostro no reflejaba alegría y emoción como se esperaba. A pesar de las razones para estar feliz, como el hecho de que su familia por fin estuviera completa y que su padre ya no tuviera deudas que lo obligaran a huir, así como la increíble conexión que había desarrollado con Suga, por alguna razón se sentía vacío y melancólico por dentro.

La noche anterior había sido tormentosa para él. La imagen de Suga desapareciendo lentamente de su vista había puesto a su corazón muy ansioso y afligido, y aunque intentó encontrar consuelo en el sueño, sus pensamientos continuaron girando en torno a ese momento de despedida. ¿Por qué?

Jimin sintió una poderosa necesidad de volver a ver a Suga. En ese momento, se encontraba unos cuantos pasos detrás de JungKook, quien ingresaba por la puerta principal de la escuela. Quiso adelantarse rápidamente, pero apenas dio dos pasos cuando alguien lo detuvo del brazo por detrás. Sobresaltado, Jimin giró la mirada, pero al reconocer a Suga, su corazón cobró vida de nuevo, y sus latidos se aceleraron con emoción.

—Hyung...—quiso hablar, pero Suga lo detuvo con un dedo en los labios, silenciándolo. Solo su voz resonó diciendo:

—"Escapate conmigo"

Jimin quedó completamente sorprendido, paralizado por un instante.— ¿Qué?

—Jimin, ven conmigo —volvió a decir Suga, y esta vez Jimin pudo comprender la petición.

Al otro lado, JungKook se dio cuenta de la ausencia de Jimin. Cuando se volvió, la sorpresa se reflejó en su rostro al ver a Suga tomado de la mano de Jimin. —¡Jimin! —exclamó.

A pesar de escuchar el fuerte grito de JungKook desde el otro extremo, en ese instante, la opinión de su amigo ya no tenía peso para Jimin. Su único deseo era estar con Suga; para él, escapar con el pelinegro era la mejor decisión que podía tomar. Jimin asintió con determinación, aceptando la invitación de Suga. Una sonrisa orgullosa se esbozó en el rostro de Suga mientras exclamaba:

—¡Corre!

Sin pensarlo dos veces, Jimin se lanzó a correr junto a Suga, aferrando su mano a la del pelinegro, así entrelazados. Mientras lo hacían, podían escuchar la voz de JungKook, exclamando desesperadamente: —¡Jimin, vuelve!

En el camino, alguien se interpuso en la persecución de JungKook. TaeHyung se apareció de repente frente a JungKook, bailando con él mientras el otro intentaba pasar.

—¿A dónde vas, dientes de conejito?—Se rió Taehyung al detener a JungKook.

—¡Hazte a un lado, Kim, o no respondo! —exclamó JungKook molesto.

—¿Así? ¿Por fin tendrás las agallas de pelear conmigo?

JungKook estaba tan apresurado que apenas tuvo tiempo para tratar con Taehyung. Con una expresión sombría, lo apartó y siguió corriendo tras Suga y Jimin. Taehyung lo observó con diversión. No importaba lo que Suga estuviera haciendo, no había explicación para que se hubiera llevado a Jimin de esa manera, como si fueran una pareja escapando. La escena parecía sacada de una película romántica, y Taehyung se preguntaba si acaso Suga había perdido completamente la cabeza.

En ese momento, cuando volvió Hoseok por primera vez lo estaba esperando al otro lado con una sonrisa brillante y atractiva. —Hola, ¿Entramos juntos?

Suga y Jimin corrieron sin detenerse, bajando a la estación de trenes mientras se mezclaban entre la multitud. JungKook los alcanzó rápidamente. El tren estaba a punto de partir, con sus vagones tan llenos que parecía improbable que cupiera una sola persona más. Sin embargo, en el último instante, Suga se abrió paso y, con un esfuerzo frenético, logró entrar arrastrando a Jimin consigo. La puerta se cerró justo detrás de ellos. JungKook, llegando tarde, observó impotente a través de la ventana de la puerta el rostro de Suga sonriéndole antes de que el tren arrancara, dejándolo atrás en la estación.

Los vagones del tren estaban tan apretados que cuando Suga tiró de Jimin consigo, no pudo evitar rodearlo con los brazos y cubrirlo en todo el proceso. En medio de la multitud, estar demasiado cerca no parecía fuera de lugar, y reducir aún más la distancia entre ellos no habría marcado mucha diferencia. Por eso, Jimin decidió acercarse más a Suga recargándose sobre su hombro, buscando sentir su calidez y esencia de manera más íntima en medio del bullicio del vagón.