La amistad de Hoseok

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La amistad de Hoseok

"Suga Cha" Jimin hizo una expresión espontánea al recordar este nombre. Sus mejillas se elevaron suavemente y sus labios dibujaron una bonita sonrisa estética.

Jimin sostenía en sus manos un ligero pañuelo color negro, mientras se dedicaba a observarlo con mucho cariño. Era una tela especial que, por su increíble tersura, podía calificarse como una de las sedas más finas. 

Pero esto no era lo más importante para él, sino su valor intencional, porque representaba "La amabilidad de Suga", Suga había utilizado este pañuelo pensando él, y eso fue el único detalle que en ese momento, de manera genuina, había encantado su corazón.

Jimin acarició este pañuelo dedicándole mucho tiempo. Los hilos dorados bordados sobre esta brillaron con las iniciales de un nombre. "M.Y"

Un poco confundido, Jimin ladeó un poco la cabeza, debido a que no hallaba significado para ellas. No eran las primeras letras que le correspondía al nombre de su dueño, únicamente como aquellos pañuelos personales suelen tener. Sin embargo tampoco se detuvo a pensar mucho en ello.

En cambio su mente estaba llena de los recuerdos de ayer, habían sucedido tantas cosas, pero ninguna le sorprendió tanto como el gesto suave que tuvo Suga con él, y es que originalmente el semblante del pelinegro daba la impresión de ser muy intimidante y peligroso.

No obstante, desde el principio Jimin nunca percibió ningún peligro a su lado, en absoluto. No era como cuando veía a Hangil y a su grupito, peor aún si era Zico o la pandilla de los hombres que iban tras de él por la deuda de su padre, toparse con ellos hacia que él se sintiera atosigado, su respiración perdía estabilidad y el miedo lo traspasaba.

Suga era muy diferente, porque en ningún momento lo vio buscar a una víctima con intenciones de violencia para su propio ego, hasta donde había observado, este solo se había molestado en aquellas ocasiones donde al parecer habían perturbado sus rutinas de sueño.

¿Acaso aquello no sonaba como una locura? Claro que sí, Jimin se había dado cuenta y nunca antes había conocido a una persona que estimaba tanto el placer del sueño como el pelinegro, tanto que hasta podría extinguir a cualquiera que se atreviera a privarla de ella. Sonaba absurdo y exagerado, pero también sorprendente.

—¡Jimin, hijo! ¿Estás listo? ¡Date prisa! —la voz sonó un poco espesa y desgastada, era la abuela de Jimin.

El castaño salió de su habitación cogiendo la mochila con prisa, y al ver a su abuela en el primer piso, le regaló una feliz sonrisa y dejó un pequeño beso en su mejilla.

—Cariño, hoy tu sonrisa brilla como las estrellas—dijo dulcemente. Ella estaba muy sorprendida y feliz, desde ayer en la tarde la actitud de su nieto estaba siendo muy inusual. — ¿Se puede saber a qué se debe?

—Nada, solo creo que el día es muy hermoso—contestó Jimin muy contento.

De esa manera se despidió, antes de poder cerrar la puerta y dejar a su abuela muy intrigada. No obstante, el día no fue muy emocionante como pensó Jimin que sería. Durante la clase el profesor preguntó:

—¿Y el señor Cha?

WooHae, el alumno como el presidente responsable, se puso de pie de inmediato e informó en voz alta: —El compañero Cha, el día de hoy no asistió a la escuela, profesor.

El hombre observó y preguntó otra vez con curiosidad:—¿Se encuentra enfermo?

—No, profesor, en realidad no sabemos las razones de su falta—contestó el alumno.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Where stories live. Discover now