A escondidas

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A escondidas

—¡Nada!— contestó Jimin, tropezando apresuradamente mientras recogía los repollos para llevarlos adentro. Hizo todo rápidamente, deseando escapar de la mirada penetrante de Jungkook.

JungKook miró a Suga después de que Jimin cruzara la puerta y entrara a la casa. —¿Qué estaban haciendo antes de que yo llegara?— cuestionó, con expresión dura y los ojos entrecerrados.

—Nada que te importe—respondió Suga.

—Si le hiciste algo...— comenzó a advertir JungKook.

—Mira, no estoy de humor para pelear contigo. El día está increíble, ¿por qué sigues gruñendo? Pareces como si estuvieras ventilando humo por las orejas, ¡como un ogro!— bromeó Suga antes de entrar a la casa con una sonrisa feliz y radiante.

¿ogro? JungKook resopló sin gracia, sintiéndose impotente.

Dentro de la casa, la abuela exclamó: —¡Jiminie, cariño, ¿puedes lavar los repollos por mi?!

—¡Si, abuela!

Jimin acomodó los repollos en el lavadero. De pronto Suga se colocó a su lado. —¿Te ayudo?

Jimin miró hacia atrás y vio a Jungkook acercándose hacia ellos. Este se puso en la misma posición en la que había estado cortando los rábanos sobre la mesa y desde allí los siguió vigilando con atención. Asintió con la cabeza y dejó que Suga le ayudara.

Sin embargo, la tensión era palpable en el aire.

Jimin, con la ayuda de Suga, comenzó a lavar las hojas de los repollos en el lavadero. El depósito estaba repleto de agua, y entre el sonido del agua y el murmullo de la cocina, de repente, Jimin sintió una presión familiar en su mano sumergida en el agua, una sensación inesperada que lo hizo sobresaltarse ligeramente.

Jimin, al darse cuenta de que era la mano de Suga la que lo sostenía dentro del agua, levantó la mirada con sorpresa. Suga le acarició suavemente la mano, provocando un estremecimiento repentino en él. Con el rostro ligeramente sonrojado, Jimin se quedó inmóvil por un momento, dejándose llevar por el coqueteo juguetón de sus manos que se encontraban en el agua.

—¿Jiminie, hijo, ya está el repollo?

—¡Si, ya voy!—exclamó Jimin, liberando con desánimo las manos de Suga, que era notablemente más grande que la suya.

El último paso para hacer el Kimchi estaba en proceso. La abuela, con su habilidad profesional, comenzó a combinar todos los ingredientes y a revolver todo. Jimin estaba ayudando, mientras que Suga y JungKook se entretuvieron mirando.

La abuela tomó un pequeño pedazo de kimchi y lo ofreció a la boca de JungKook, quien lo recibió con una sonrisa feliz.

—¿Sabe bien? —preguntó la abuela.

—Sí —asintió JungKook con una sonrisa brillante.

En ese momento, JungKook imitó los movimientos de la abuela y le ofreció un trozo de kimchi a Jimin. Sorprendido, Jimin primero miró la mano extendida de JungKook y luego sus ojos se encontraron con los de Suga. La expresión de Suga se volvió rígida al ver la mano de JungKook ofreciendo comida a Jimin, pero no pudo hacer nada al respecto ya que hace un momento había hecho una promesa, además la abuela estaba justo enfrente. Por lo tanto, solo bajó la mirada cuando Jimin aceptó el trozo de kimchi de JungKook, frunciendo el ceño.

—Hyung— escuchó la suave voz de Jimin llamándolo. Suga levantó los ojos y se encontró con la mirada tímida de Jimin, ofreciéndole un trozo de kimchi con la mano. Después de un breve momento, finalmente Suga aceptó la oferta y se comió lo que Jimin le dio, sintiéndose orgullosamente satisfecho en su interior.

JungKook frunció los ojos al ver esto, pero al igual que Suga hace un momento no pudo actuar inapropiadamente frente a los ojos de la abuela.

Además del Kimchi, la abuela había preparado otros platos que creyó que le gustarían a Suga. Después de un largo tiempo de preparación, la mesa estaba lista y servida, la comida despedía vapor y lucía deliciosa. Tras expresar un breve agradecimiento, todos empezaron a comer.

Pero, repentinamente, los palillos de Suga y de Jungkook chocaron cuando quisieron tomar algo de kimchi sobre la mesa.

—Tu primero—dijo Suga, dejando que Jungkook tomará algo de kimchi primero. Pero Jungkook se negó, aún así dijo con falsa actitud:

—Hazlo tú primero.

—Bueno...—Suga encogió los hombros, cogió algo de kimchi y se lo sirvió a su plato.

Y cuando JungKook quiso recoger algo de carne asada, Suga le arrebató el pedazo que estaba a punto de sostener con sus palillos.

—Era mi turno.

—No lo mencionaste.

—¿Por qué iba a mencionarlo?

—Ahí tienes más carne.

—Quiera la que me quitaste

Suga resopló, y luego Jungkook se dirigió a su plato y hábilmente le robó el pedazo de carne que estaba ahí. Suga lo observó haciendo una ligera mueca de incredulidad, sin embargo él no se quedó atrás, extendió la mano y recuperó su presa, devolviéndola a su plato. Como si fuera un juego de competencia, comenzaron a quitarse la comida el uno al otro.

—Hyung, kook, ya basta—exclamó Jimin, viendo el terrible desastre que están ocasionado, como dos infantiles que no sabían comportarse en la mesa. — Parecen unos niños.

—¡él comenzó!—gritaron al unísono Suga y JungKook, levantando la mirada al mismo tiempo.

La abuela soltó una fuerte carcajada, entretenida por este comportamiento de los chicos. La abuela cogió sus propios palillos y les sirvió a cada uno para que no pelearan más.

Suga y JungKook no tuvieron otra pelea hasta que de repente a mitad del almuerzo alguien llamó a la puerta. Algo desconcertados, Jimin se levantó primero y fue a abrir, no obstante el rostro que se apareció de repente frente a él era el rostro de su padre.

—¿Papa?—La incredulidad de Jimin se reflejó en sus ojos que se quedaron en shock

—Jimin, hijo, por fin estoy en casa. — El hombre parado en la puerta dibujó una sonrisa amplia, con una felicidad palpable en todo su rostro. 

El Mismo Cielo (Yoonmin)Where stories live. Discover now