Capítulo seis

1.5K 120 8
                                    

Aurora

El sudor me corría por el rostro debido a las rutinas que llevaba haciendo desde hace una hora en el gimnasio, no pude evitar mover mi vista al hombre que entrenaba a unos cuantos metros de distancia de mí , Daemon llevaba shorts deportivos en color gris oscuro, zapatillas y una franelilla color blanca que se pega a su piel debido al sudor. Miré la forma en la que flexionada su cuerpo ante cada rutina y de cómo sus músculos se contraen con cada movimiento. Jesús, este hombre debería estar en una caja de cristal dónde pueda ser observado.

Sus ojos dieron con los míos y aparte la mirada sonrojándome.

—Más vale que te lo folles, de lo contrario lo haré yo— Magda apareció con dos botellas de agua la cuál me dio una.

—¿Es normal que me sienta tan atraída por él?— pregunté en tono confidencial, estábamos en un lugar muy concurrido por los hombres de mi padre. Este gimnasio le pertenece a Thony por ello soy cuidadosa al hablar.

—Míralo, es todo músculos y un hombre ardiente andante. Es normal— volví a mirarlo y se secaba el sudor con un paño.

—Nos hemos besado, en dos ocasiones.

Magda ahogó un grito de emoción y se sentó a mi lado.

—¿Cómo fue? — su tono bajo tan bajo que apenas la oí. Miré a mi alrededor, cada quién estaba sumido en lo que sea que estuviesen haciendo.

—Caliente, posesivo y…

—¿Y?...

Suspiré.

—Quiero más.

—¿Quieres acostarte con él?— preguntó en el mismo tono.

—Lo deseo— admito— pero…— se me hace un nudo en la garganta— estoy comprometida con Takeshi Sato.

La boca de mi amiga se abrió y se cerró.

Ella está casada desde hace un año, obviamente con un hombre de la mafia, el hijo del consigliere de papá.

Ella toma mis manos.

—Eso me aleja de ti, de nosotras— hablaba en nombre de Noelia— pero, ¿Sabes una cosa? Me hubiese gustado tener la oportunidad de tener un acostón antes de casarme con Frank, mi primera vez fue horrible, a él ni siquiera le importó mi placer o el dolor que sentía. Ellos no nos aman, simplemente somos un trofeo el cuál alardear entre sus amigos, aunque eso solo fue las primeras veces. Me he acostumbrado a su brutalidad y me gusta.

Que ella tuviese que haberse adaptado a una vida sexual salvaje me daba tristeza, somos mujeres pero éramos tratadas como un trapo viejo cuándo ellos quisieran. Miré a Daemon.

—Lo he pillado mirándote en varias ocasiones, no te mira como si lo solo quisiera follarte. Te mira con protección, sólo disfrútalo.

—¿Y mi noche de bodas?— le pregunto — ¿Cómo fingiré?.

—Embriagaremos tanto a tu prometido que ni se dará cuenta.

Miré una última vez a Daemon.




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Beautifull Monster Donde viven las historias. Descúbrelo ahora