Capítulo siete

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Aurora

Mi padre y Thony habían llegado esa misma noche, nos encontrábamos todos en la mesa incluido mi prometido que me dedicada miradas de vez en cuándo, Tekashi es el prototipo de hombre japonés guapo, con ojos oscuros, piel clara y no es tan musculoso en comparación con Daemon.

Corría con la suerte de casarme con un hombre joven unos años mayor que yo a diferencia de tantas mujeres que eran comprometidas con hombres que le doblaban o triplicaban la edad.

-La Bratva está en nuestro territorio, Sarcos ha sido visto rodando la ciudad de Florencia hace unas horas, le seguimos el rastro pero es como si se fuese esfumado.

Sarcos era el hermano menor del Alacrán, el mayor problema de mi padre.

-No podemos entrar a Rusia porque de inmediato sabría dónde estuviésemos, en cambio, su gente está en mi territorio y no puedo hacer nada para dar con ellos.

Mi padre estaba molesto, frustrado de no poder dar con el paradero del hombre que le tenía los pelos de puntas.

-Desde que nos quitó nuestra mercancía hace meses- continúa mi padre- el bastardo que le dio las coordenadas ahora está quemándose en el infierno y el desgraciado nunca dijo nada.

-Era un débil - habla Thony- no duró mucho.

Miré la comida y el apetito se me fue, carraspeo la garganta y todos me miran.

-No tengo apetito- me levanto- con permiso me iré a mi habitación.

Padre hizo una mueca. Al parecer había olvidado que estaba con ellos, muy rara vez hablaban abiertamente de sus negocios frente a mí. Pero ahora que estaré casada con un hombre perteneciente a la mafia este sería mis temas más seguidos a oír.

A la mañana siguiente, Magda y Noelia me acompañaron en el auto hasta la casa de modas famosa entre nuestra gente, ella hablaban de como quisiera que fuese mi vestido y yo simplemente deseaba que el día terminara ya, Daemon conducía en completo silencio y solo se oía el parloteo de mis dos amigas.

-Enzo quiere hijos, ha ordenado a mi médico que me quite la pildora- Magda habló con pesar y toda mi atención se fue a ella- no me siento lista para tener hijos, no ahora, pero a él le importa muy poco mi opinión.

La sangre me hierve- sólo somos trofeos de los cuales ellos presumen en sus reuniones y máquinas para tener a sus hijos herederos, nunca traería hijos en este mundo al que pertenecemos- soné segura - podríamos idear un plan para que finjas haberte quitado la píldora.

-Enzo es demasiado astuto, quiero embarazarme lo más rápido posible.

Niego con la cabeza.

-¿Qué harás cuándo Tekashi te pida hijos?- Noelia preguntó y pensar en eso hizo que el estómago se me revolviera.

-No traeré hijos a este mundo, los condenaría así como mi madre me condenó a mí- fue lo que dije y miré por la ventana, no sin antes sentir la mirada de mi chófer a través del espejo retrovisor.

Al llegar a la casa de modas me animé un poco más al ver todas las opciones de la reservación que podría escoger.

-Su futuro esposo tendrá que estar de acuerdo con lo que está decidiendo- la mujer habló y la miré incrédula.

-Es un hombre de la mafia, no le importará si escojo rosas o claveles.

-Por supuesto- dijo la mujer-¿Quiere los manteles con estampados o sin?.

-Sin.

Ella asintio y su asistente anotó todo, pasamos una y media escogiendo los centro de mesas, el color de los manteles, la decoración y la música que sonaría a mi entrada, después de eso pasamos al área de vestido de novia, los percheros estaban llenos de vestidos color marfil de distintos tamaños y modelos, no sabía por dónde empezar.

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