Capítulo ocho

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Aurora

 

Mañana sería mi fiesta de compromiso, padre había preparado todo para este día. Las personas más importantes del mundo estarían ahí, además de la prensa. Padre le gustaba dar espectáculos y que su nombre estuviese por todo lo alto en los periódicos y un encabezado de que su hija se casaría le daría orgullo.

Lo bueno, allí estaría Noelia y Magda, ella con su esposo pero estaría ahí.

Cuándo las nueve de la noche llegaron y ya había cenado bajé para beber agua y en el camino ver entrar a un muy ebrio Thony.

—Hermanita— me sonrío y me llegó a abrazar, el olor a nicotina y alcohol me llegó a la nariz y lo inhale.

—Apestas.

Thony sonríe divertido y observo sus ojos azulados como los de mi madre, en cambio yo los heredé de mi padre un color verdoso. Se inclina y huele su axila.

—No huelo malo, soy un hombre exitoso y los hombres exitosos no olemos mal.

Se mete la mano en sus bolsillos y saca varias fichas de juego.

—Hoy fue un gran día, toma— me da el puñado de fichas— son tuyas.

Aunque significaban dinero no quería recibirlo, desde los dieciséis mi madre nos dejó un fondo a ambos el cuál he guardado y he usado muy poco ya que casi siempre uso el dinero de mi padre, ese dinero es en caso de emergencias.

—No lo quiero, te llevaré a tu habitación para que descanses.

—Espera— me retiene y me suelta del agarre dejándome de pie mientras lo veo sacar una bolsa transparente y con su uña levantar un poco de cocaína, la lleva a su nariz y la inhala.

—Deja de hacer eso— le pido— no es sano.

—Cierra la boca— dice grosero.

—Te llevaré a tu habitación — me acerco a él pero me empuja tan fuerte que caigo de culo, el golpe me saca de sí y me quedó mirándolo. Siempre es lo mismo, actúa tan violento cuándo quiere pero es mi hermano.

Me levanto nuevamente y con nervios me acerco a él.

—Vamos, necesitas dormir.

Padre no está, sólo somos nosotros y los centinelas que nos cuidan fuera de la casa. Las amas de llave ya han terminado su turno.

Lo tomó del brazo pero Thony me empuja y me mantengo en pie.

—Te dije que me dejaras en paz ¡Maldita sea!.

—Entonces te dejo con tu maldito problema— cabreada me giro para irme a la cocina por mi agua pero un tirón de mi cabello me hace regresarme y mi espalda duele por el movimiento brusco, Thony me acerca a él con su mano enredada en mi cabello apretando fuertemente de él. Lloriqueo pero me mantengo a raya.

—Acaso no se te ha enseñado a ser respetuosa con los hombres— me tira contra el suelo y meto las manos protegiéndome— voy a enseñarte como en los viejos tiempos.

Está fuera de sí, puedo verlo en su mirada y estúpidamente me congelo viéndolo quitarse la correa del pantalón para unir las dos puntas en su mano y alzarla para golpearme, pero el impacto no llega debido a Daemon que le da un fuerte golpe en el rostro. Thony cae al suelo y Daemon va sobre él, alzando su puño nuevamente sin esperar y lo golpea nuevamente, la nariz de Thony brota sangre con el tercer impacto y salgo de mi estupefacción.

—Lo vas a matar— tomo el brazo de Daemon pero está cegado.

Mierda.

¿Acaso nadie escucha?

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