Capítulo dieciocho

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Aurora

Cinco días después despierto y no hay ninguna señal de Daemon. Me preocupa el hecho de que cada vez me deja de molestar estar aquí.

La puerta se abre de golpe y un mini Daemon corre saltando sobre la cama y hace que tenga mi primera sonrisa de la mañana.

-¡Es mi cumpleaños!- grita y comienza a saltar en la cama como si fuese un trampolín.

-Feliz cumpleaños- lo agarro y tiro de él a mis brazos dándole un cálido abrazo y un beso sobre su cabeza.

Nunca me había sentido tan bien con un niño a mi alrededor y es que durante estas semanas el pequeño se ha ganado una parte de mi corazón y la otra la tiene su padre.

-Hoy tendremos un gran día - le digo- ve a darte una ducha y te alcanzo al rato.

-Bien, nueva mami - dice y mi corazón da un vuelco en mi pecho. Me llamo su mami.

Sale corriendo de la habitación y me levanto para asearme y después de varios minutos voy bajando las escaleras cuando una voz me hace detenerme.

-Haz lo que tengas que hacer- la voz de Artemy es amenazante pero me paralizo al ver cómo tiene acorralada contra la pared a la niñera de León- lárgate de mi vista, Kiara.

Kiara, así se llama. El hermano menor de Daemon se concentra en mi y me regala una sonrisa torcida que me intimida pero no le hago ver qué me afecta. La cicatriz de su rostro se nota más este día.

No pregunto que sucedía entre él y Kiara. No es mi asunto pero me intriga mucho el hecho de la amenaza tácita que escuché.

-Buenos días - me dice en un saludo. Escanea mi cuerpo sin pudor y eso me hace sentir ligeramente incómoda.

-Buenos días- respondo.

-¿Buscas a Daemon?- deduce- está en estos momentos en una reunión con el Phakan, no demorará pero mientras podemos hacernos compañía.

-No, gracias.

-Entiendo por qué estás metida en la cabeza de mi hermano, eres hermosa- camina dando cortos pasos hacia mí y retrocedo, Artemy es ese tipo de hombre del cuál te intimidarías, retrocederías por el bien propio- tienes unos ojos de infarto y que dios me ayude.

-¿Sucede algo?- la voz de Klaus llega a mis oídos y tragó saliva alejándome de Artemy quién llegó a casi medio metro de mi distancia.

-Te buscaba - le digo.

-Que imprudente, sombra- le dice Artemy a Klaus y se acomoda la camisa y pasando su mano por su cabello.

Klaus entre cierra los ojos hacia él sin responderle nada.

Artemy me da una última mirada y se va sin decir nada más. Me doy cuenta que no puedo estar más sola a su alrededor, Artemy es un depredador que busca la forma de atacar en silencio y eso me da miedo.

-¿Me necesitaba?.

-Si, hoy es el cumpleaños de León. Quiero hacerle algo.

-Tendría que hablar con el Boss para que de la autorización.

Saca su celular y marca un número para pegarlo a su oreja y acto seguido comenzar a hablar en ruso.

Entiendo cada palabra que le dice hasta que cuelga.

-Llamará a una agencia de festejos, la mujer llegará aquí en media hora y tú darás las órdenes de lo que quieras.

-Gracias.

-León nunca ha tenido una fiesta de cumpleaños, no desde que su madre murió- me dice- no debí haber hecho eso- finaliza y se va.

Pienso en la madre del pequeño. La infancia de un niño es vital si está con sus padres, yo aún extraño mucho a mi madre y no puedo imaginarme lo que sentirá el pequeño León.

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