Acto 17

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Shang Li se acercó a esa dulce y pequeña niña, ¡No! Se acercó a su dulce y pequeña niña, tomó con una de sus manos y suma delicadeza su cintura mientras con la otra tomaba su carita, para ser más precisos su suave y tersa mejilla, solo para besarla, besarla como nunca antes lo había hecho aquel castaño de seductora voz y sonrisa. En ese beso Shang dejó el alma misma, acariciando con cuidado sus labios con los suyos, recorriendo su interior con su lengua, sintiéndose los latidos de su estruendoso corazón, al ambos separarse las miradas pasmadas era por mucho lo que menos notaron, realmente ¿Qué había ocurrido?

—¿Qué fue eso sensei? —respondió aún conmocionada.

—No lo sé preciosa, pero quiero más de eso, quiero más de tí. —Le sonrió con gran emoción.

Shang volvió a acercar sus labios con los de esa dulce y pequeña niña dándole un apasionado beso, por llamarlo de cierta forma, la verdad era que ese beso no era solo pasión, era un beso un tanto arrebatado, un tanto esperanzador, un tanto pasional, un tanto cálido, había demasiado de sí mismo en ese beso que le daba a esa jovencita de apenas dieciséis años de edad, al concluir se separó de ella con gran sigilo, quedando pasmado en sus hermosos ojos jade, su respiración era complicada, entrecortada y profusa, Hanako lo miraba bastante absorta ante todo, ¿Qué había pasado en realidad? Sin siquiera poderlo procesar, Shang tomó la mano de esa niña y comenzaron a caminar en dirección a la camioneta que se encontraba estacionada, le abrió gentilmente la puerta de copiloto y la cerró, se dirigió al otro lado casi a la carrera y al subir encendió sin demora el motor en marcha a Tokio.

El trayecto fue sumamente tranquilo, fue sumamente silencioso, Hanako aún estaba confundida por ese beso, nunca antes ese hombre la había besado de esa manera y sin embargo también le emocionó conocer que podía sentir todo aquello con él, empero las cosas tampoco la dejaron bastante tranquila, ¿Qué había cambiado entre ambos para qué Shang Li la besara de esa manera?, ¿Significaba algo más?, eso podría definirse como un enfoque positivo o negativo, lo cierto era que Hanako no encontraría las respuestas que buscaba, pues Shang minimizaría ese hecho, lo había aprendido a conocer muy bien, sabía perfectamente que ese hombre le daría vueltas con respuestas sin sentido, que omiriria ciertos detalles, que haría menos ese pequeño o gran cambio entre ambos con la prórroga de que estaban juntos y era lo único que importaba, qué sí era verdad era lo que más le importaba a esa chica, pero eso mismo no dejaba de conmocionar el pequeño y frágil corazón de esa niña de orbes esmeraldas.

Al llegar a Tokio y dirigirse al restaurante dónde cenarian se llevó una grata sorpresa esa dulce niña, al salir de la camioneta en compañía de ese hombre alto de cabellos castaños la hacía sumamente feliz, sabía que era estúpido, que era incluso infantil, que se sintiera así, pero para ella eso tan insignificante se volvía absolutamente todo; entraron al elegante lugar, el ambiente estaba lleno de una suave música en vivo, se oía algunos murmullos de los comensales, la iluminación delicada lo volvía un entorno realmente acogedor, caminaron hasta la mesa asignada, la cual estaba cerca de la pista de baile, Hanako procedió a tomar asiento y por primera vez desde que salieron de su casa, decidió conversar un poco con aquel caballero de maraña por cabello castaño.

—Hermoso lugar sensei, aunque me queda la duda, ¿Cómo es qué lo conoces? —Sonrió divertida.

—Ja ja ja, te cuento con una condición preciosa.

—¿Y cuál es?

—Que elija por tí la cena.

—Ja ja ja, ¡Qué infantil! —sonríe—, bien, tú ganas lobito, acepto el trato.

—Es de mi madre.

—Espera, dijiste que tu familia era una empresa exportadora de finas telas, ¿Qué tiene qué ver con la industria restaurantera?

Di mi nombreWhere stories live. Discover now