Acto 30

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Los días siguieron su curso, llegó el marchitar del otoño y la apertura del invierno, se acercaban las pruebas de antes de fin de año, un pequeño pero significativo test dónde los estudiantes de tercer año de preparatoria hacían una prueba de sus habilidades adquiridas, antes de los exámenes finales a mediados de febrero.
Muchas cosas habían cambiando en ese poco pero significativo tiempo; sin embargo primero hablemos de las cosas que aún se mantenían sin cambio alguno.

Hanako seguía siendo cuidada con aguda ferocidad por sus padres, llevándola a todo lado que ella quisiera, incluyendo en compañía de sus amigos, los cuales iban muy seguido a su casa y hasta se quedaban a dormir, siendo los únicos momentos a solas de ellos cuando llegaba Xeng a visitarla, con información nueva de su caso.

Esa mañana del segundo sábado de octubre llegaba aquel abogado con ramo en mano, además de una pequeña caja, pequeña entre comillas, era de un tamaño aproximado de cuarenta centímetros, Hanako no entendía nada, salía al jardín en compañía de ese hombre, bebían una taza de café mientras él, comenzaba a contarle el comportamiento inusual de su visita.

—Tengo dos noticias para tí. Una no te va a gustar tanto como la otra —dijo sonriente.

—Escupelo —respondió sin más.

—Ganamos —la miró fijamente—, logré quitarle cada centavo a la familia de ese infeliz. Lo conseguí, lo hice para que todo eso se fuera a tus fondos universitarios, lo hice pensando en tu futuro.

—Lo aprecio, en verdad, aunque no se note una especial alegría… —sonríe—. ¿Y qué no me va a gustar?

—La madre me pidió verte en persona, y poderte expresar sus disculpas de forma apropiada.

—¿Es necesario para qué obtenga mi compensación?

—No, la verdad que no, es una petición por parte de ella, también me extrañó sí te soy sincero, pero creo que realmente le remuerde la conciencia. ¿Qué piensas?

—Hmm, es complejo Xeng, no estoy segura de querer aceptar.

—No debes preocuparte por nada, yo no te dejaré sola en ningún momento, además sí decides aceptar, madre estará presente también.

—¿Por qué estaría Ying Fa?

—Ja ja ja, esto va más ligado a este paquete que te manda madre.

—¿Qué es?

—Son una serie de papeles que debes tener siempre contigo, en los cuales deberás firmar en cuanto cumplas la mayoría de edad, te exhorto como tu abogado que hasta entonces lo hagas, o me será más complicado apelar cualquier legalidad.

—Me estás asustando, ¿Qué son? —Abre la caja y comienza a hojear las hojas.

—Es una constancia, en ella está redactada que la familia Li se deslinda de cualquier asociación comercial con los Yukawa por daños y perjuicios a uno de sus miembros, en este caso tú, también, hay otro documento en el cual se añade que eres miembro del consejo Li de forma activa, esto quiere decir que tienes un cierto porcentaje de la empresa, dicho más fácil, una parte es tuya, está estipulado, además en la hoja final madre te quiere obsequiar una beca completa en la universidad de tu elección.

—Es demasiado, yo, yo no estoy pidiendo nada de esto, no quiero una parte proporcional de su empresa familiar, ¡Es demasiado! Ni siquiera me importaba demandar a la familia de Yukawa, accedí por tí, porque era lo qué tú quieras, pero todo lo demás, los papeles, la empresa, la beca, es simplemente excesivo. Mierda Xeng. —Aprieta su tabique nasal.

—Me recuerdas tanto a Xiang —añadió con nostalgia.

—¿Por qué no hablas con tu hermano? Después de todo, son hermanos, familia, tienen vínculos.

Di mi nombreWhere stories live. Discover now