Capítulo 16: Shyness

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El viaje de regreso a casa había sido más o menos extraño entre ellos. Perdió la cuenta de cuántas veces trató de distraerse de la sensación de los labios de Jongin contra los suyos no hace mucho.

La promesa de no arruinar su cabello había salido por la ventana tan pronto como entraron al auto. Sus dedos tocaron sus ligeramente hinchados labios, preguntándose si estaban más rosados de lo usual. Sentía que la corbata le apretaba más con cada segundo. Rápidamente la aflojó y se hundió en su sitio mientras contaba los postes en la calle.

Jongin no se sentía mejor.

Sus manos apretaron el volante como si buscara soporte. Como si al soltarlo, no podría contenerse más y besaría al menor a mitad del tráfico.

La anticipación de tener a Kyungsoo para él solo, y que su relación estaba por dar un paso más, hacía que sintiera nervios y ansias al mismo tiempo.

Enfocándose en el camino, Jongin se regañó cuando sus ojos fueron hacia el silencioso chico en su auto. Sus dedos apretaron una vez más el volante.

Él había estado casado una década con una mujer a la que nunca tocó desde que Taeoh fue concebido. Ceder a sus necesidades sexuales con otras mujeres, fuera del matrimonio, había sido algo que había hecho durante años. Él y Krystal habían llegado al acuerdo de que sería lo mejor si tenían una relación abierta. La relación nunca había funcionado para ellos y abstenerse solo los lastimaría a ambos en cada aspecto. Aun así decir que se sentía algo tímido con sus habilidades románticas era un eufemismo.

La luz cambió a rojo y los autos se detuvieron agonizantemente lento. Unos cuantos segundos parecieron una eternidad para alguien que no podía esperar hacer algo así de drástico en su vida.

El silencio en el auto se había hecho tan palpable, que incluso el respirar se podía escuchar en el lugar.

Jongin se sorprendió cuando hubo un súbito peso en su mano, la que estaba en la palanca de cambio. Alzó la mirada y encontró a Kyungsoo mirándolo pensativamente. Una sonrisa surcó su rostro cuando soltó la palanca de cambio y sostuvo la mano del menor.

Echando una breve mirada al semáforo, Jongin preguntó con duda. "¿Puedo besarte?"

Kyungsoo estalló en risas pero rápidamente la escondió tras su mano. "¿Hablas en serio?"

"Estoy tratando de hacer esto lo menos incómodo para ti."

"Bueno, lo estás preguntando algo tarde, ¿no lo crees?" rio un poco más cuando Jongin fácilmente lo jaló más cerca y lo besó rápidamente en los labios. Sus ojos lentamente se cerraron y se permitió hundirse en la calidez de los labios del mayor.

Kyungsoo se alejó de Jongin cuando las bocinas de los autos tras ellos, resonaron, haciendo que ambos rieran antes de que el mayor pisara el acelerador.

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La casa lucía ridículamente grande y vacía cuando llegaron. Las luces del pasillo se encendieron y ambos caminaron, uno con familiaridad y el otro con una súbita sensación de cautela.

No pasó mucho antes de que Jongin notara las evidencias de lo tenso que estaba Kyungsoo.

"Tengo ganas de devorarte ahora mismo." Jongin retiró su corbata y blazer, dejándolos en el sofá, silenciosamente mirando al pelinegro, quien lo miró ante lo que dijo.

Kyungsoo viró los ojos, "Vaya comentario." rio.

"Eres un caso especial." Sentenció antes de fijarlo a la pared en cosa de segundos, besándolo y dejándolo sin aliento.

Kyungsoo se dejó hacer contra la pared. El beso empezó suave hasta que el abogado ladeó la cabeza, devorando por completo la boca de Kyungsoo.

Sus latidos retumbaban con fuerza, incluso podía escucharlos en sus oídos.

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