Parte 3

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Cuando los mensajes de Jimin cesaron, Jungkook esperó. Esperó a que ese malestar se fuera. Él no había alentado el enamoramiento de Jimin. No iba a negar que al principio tuvo la intención de follar a ese bonito omega, pero cuanto más pasó el tiempo, más se dio cuenta que sería una terrible idea.

Jimin no era cualquier omega, era demasiado inocente, sensible y auténtico. De alguna forma también adictivo.

Así que tenía que dejarlo ir ¿verdad? Mantener incluso una relación de amistad ponía en riesgo demasiadas cosas y Jungkook no daba una mierda por nadie que no fuera de su familia.

Así era su vida y estaba bien con ello.

Tres meses después, ya se había olvidado por completo de aquel bonito omega y todo marchaba igual de "tranquilo" que antes...

Esa mañana, Jungkook se revolvió entre las sábanas de la habitación de hotel y miró la cabellera castaña de la omega con la que había pasado la noche.

Tiempo después, salió de la ducha y la castaña ya había despertado.

-Buenos días.-sonrió la omega un poco adormilada.

-¡Joder! Necesito un café.-Gruñó Jungkook mientras se vestía.

-El café de aquí es malísimo.-dijo la omega. -Si me dejas en la estación, puedo llevarte al mejor café de Seúl.

-Vamos.-dijo tomando las llaves del auto.

Jungkook nunca mantenía pláticas extensas con los omegas que follaba, así que compraría ese café y después dejaría en alguna estación de metro a la castaña.

Cuando entraron a la pequeña cafetería, Jungkook revisaba distraído las notificaciones en su celular mientras esperaba su turno en la fila.

-Buenos días. Bienvenido a Molino café, mi nombre es Jimin. ¿Qué le-qué le gustaría ordenar?-una voz familiar lo hizo levantar la vista.

Jimin estaba ahí  y boqueó sorprendido al reconocer a Jungkook.

-¡Mierda!.-murmuró casi inaudible Jungkook. De las cientos de cafeterías de Seúl, tenían que entrar a esta.

Jimin miró de Jungkook a la omega. Su lobito triste con la conclusión...

Jungkook tenía una omega, una muy bonita.

-Yo un Latte vainilla, por favor.-dijo la omega jugando con un mechón de su largo y cuidado cabello.

-Por supuesto.-Jimin sonrió.-¿Alguna leche en especial?

-Deslactosada por favor.-contestó la omega.

-¿Y para usted caballero?-Jimin miró a Jungkook con su mejor sonrisa de atención a cliente.

¿Caballero? ¿Qué mierda? ¿Por qué Jimin estaba fingiendo no conocerlo? Eso no debió molestarle, pero lo hizo.

-Un americano.-murmuró Jungkook entregando su tarjeta y tratando de ignorar lo adorable que se veía Jimin con su uniforme de gorrito beige atendiendo muy sonriente.

-Le entregaré un ticket y en unos minutos su orden estará lista.-sonrió nuevamente Jimin.-¿Su orden será para llevar?

-No.-respondió Jungkook. La omega castaña lo miró confundida.

-Ve a sentarte por ahí, yo esperaré.-le dijo Jungkook.
La omega se alejó.

-Jimin.-murmuró el alfa cuando puso el americano frente a él.

-Si, caballero.

-¿Qué mierda? Si estás enojado sólo dilo, deja de actuar de esa forma, es lamentable.-mordió.

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