Parte 4

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-Somos amigos.-recalcó Jimin a Taehyung mientras le daba un mordisco a su sandwich durante el almuerzo.

-No son amigos. Te besa, no besas a tus amigos.-chilló Taehyung frustrado.

Jimin se encogió de hombros, todavía con sus mejillas abultadas con comida.

-¿Te gusta mucho? Vas a dejar que te siga besando y no dirás nada por miedo a que se aleje de nuevo ¿verdad?.-preguntó Tae.

Si, Taehyung conocía a Jimin. No ayudaba que Jimin fuera tan transparente.

-Me gusta Jungkook, puedo ser su amigo.

-No estás respondiendo Mimi.-Tae levantó una ceja.

-Me gusta su aroma y...sus besos.-puchereó.

-¡Bien! Haz lo que quieras, eres un necio.-Sentenció Tae mordiendo su sándwich.-No sabes nada de él y te dejas besar como si nada.

Por supuesto que los melosos mensajes de Jimin volvieron y a Jungkook le gustaba. Se sorprendía sonriendo como un tonto cada vez que leía uno.

Así que ahí estaban, comiéndose la boca casi a diario dentro del auto de Jungkook.

A Jimin le encantaba aquella emoción nueva que Jungkook lo hacía sentir. Jimin había salido con un par de alfas antes pero ninguno como este. Jungkook era adictivo, lo hacía querer complacerlo de formas en las que el mismo Jimin a veces se sorprendía.

Y por más que su mejor amigo Tae le dijera que no estaba bien dejarse hacer por un alfa como Jungkook, Jimin no podía parar.

El aroma de Jungkook lo envolvía y lo hacía querer hundirse entre sus brazos. A veces entre cada sesión de besos, Jimin hablaba de su día con Jungkook mientras acariciaba su brazo lleno de tatuajes. Le gustaba repasar con la yema de sus dedos cada figura allí.

Jungkook lo escuchaba atento siempre, por muy aburrido que pareciera. Todo en ese omega le parecía interesante. Sobre todo besar sus bonitos labios y disfrutar de su dulce aroma omega.

-Te quiero follar-murmuró Jungkook esa noche mientras mordisqueaba los labios de Jimin que parecía estar sobre estimulado con las feromónas del alfa. Se había estado restregando en su regazo inconscientemente y Jungkook estaba duro como una roca.

Jimin se quedó quietecito y Jungkook se detuvo.

-Jungkook.-musitó el omega.-¿So-somos amigos...?-miró a Jungkook por debajo de sus pestañas sonrojado.

El alfa negó.-No lo somos Jimin. Yo te quiero follar y los amigos no follan.

-Entonces...

-No lo sé Jimin, no sé qué somos.-Jungkook acarició los hinchados labios con la yema de su pulgar.-Solo sé que me gusta besarte, me gusta tu aroma y en este momento quiero follarte muy mal.

Jimin boqueó sorprendido haciendo que la bruma de la excitación de Jungkook se disipará un poco. No estaba pensando con la cabeza correcta.

-Jimin, escucha. No haré nada que tu no quieras...

-Y-yo quiero, si quiero hacerlo.-interrumpió mordiéndose el labio inferior.

La polla de Jungkook se retorció en respuesta. Era increíble lo excitado que se podía sentir con ese omega. Jungkook no era un niño, no tenía edad para excitarse solo por unos besos y llevaba semanas solo besando a este bonito omega de piel suave y labios abultados.
Estaba consciente de que tenía que ser cauteloso al respecto pero apenas percibía el aroma dulce del omega, su lobo gruñía excitado y arañaba por tocarlo y devorarlo.

No ayudaba lo maleable y dócil que Jimin se volvía. Casi a diario, el alfa  esperaba fuera de la cafetería a Jimin que lo recibía con una enorme sonrisa y daba saltitos emocionado diciendo "viniste" . Se besaban por horas, iban a cenar cualquier cosa y luego dejaba a Jimin afuera del viejo edificio donde estaba su departamento.

Jimin intentaba pagar la cena y Jungkook se negaba a aceptarlo.

-Tengo dinero, no dejaré que pagues.-gruñía y él omega  puchereaba en respuesta.

Jimin no parecía notar lo rico que era el alfa, ni por su ropa, ni por su auto o por la tarjeta de crédito negra que usaba para pagar sus cenas. Aunque Jimin siempre optaba por comer cosas demasiado baratas y Jungkook estaba bien con ello. No quería asustarlo. Jimin no era un omega al que pudiera impresionar con dinero,no parecía tener otro interés más que el alfa.

Lo había notado después de semanas de esperar a que Jimin hiciera algún comentario acerca de su status económico. En cambio, el omega  parecía emocionado por solo ver al alfa.

Jungkook estaba acostumbrado a tener lo que quisiera. Había sufrido para lograrlo y no le importaba ser un hijo de puta por ello. No era amable y le importaba una mierda lo que pensarán de él.

Por eso ahora todo el asunto de Jimin lo tenía confundido. Jimin era dulce, tierno y amable.

El alfa en lo único en lo que pensaba era en devorarlo, follarlo como un animal y hacerle cosas. Cosas que claramente no estaban asustando a Jimin, porque parecía drogado cada vez que el alfa lo tocaba.

Incluso pensó que debajo de esa horrible ropa holgada y desgastada tal vez el cuerpo de Jimin no fuera tan excitante. ¡Error! Había estado manoseando el culo del omega y se había percatado de lo suave y redondito que era.

Si, quería hacerle muchas cosas malas. Follarlo, morderlo y azotarlo para su propio placer. Y estaba seguro que él omega  se dejaría hacer.

¡Tómalo! ¡Hazle lo que quieras! Le gritaba su lobo mientras mordisqueaba el cuello de Jimin en el auto.

Una follada no le haría daño a nadie. Tal vez después de rascar esa comezón, se olvidaría de su obsesión con Jimin y se largaría.

¿Qué importa si le rompes el corazón? No es tu problema. Pensó.

Jungkook se dijo que al menos lo follaría en un lugar decente, no dentro de ese incómodo coche.

Monster in love Where stories live. Discover now