Parte 31

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Jimin encontró a Namjoon  con expresión impasible y recargado en la silla de piel de su escritorio. Sintió sus piernas temblar y su corazón martillar en el pecho mientras se acercaba al hombre. Le temía pero mucho más a la idea de perder al amor de su vida.

—Sé a lo que vienes.—dijo el alfa antes de que Jimin hablara.

—¿Dónde está Jungkook?—preguntó.

—Puedes sentarte.—murmuró el alfa señalando con la mirada el asiento delante de él.
Jimin tomó asiento frente al escritorio y apretó sus puños ansioso.

—¿Dónde está Jungkook?—volvió a preguntar con la voz temblorosa.

—No lo sé.—resopló Nam.

—¿Solo así?—gimoteó el rubio. Sintiendo su cuerpo llenarse de miedo e impotencia.

—He enviado por ellos. Seguro tendremos noticias pronto.

—¿¡Cómo puedes estar tan tranquilo!?—finalmente Jimin se rompió y chilló desconsolado dejando salir toda la ansiedad.

—Te dije que esto no sería fácil, esta es una vida de mierda. ¿Estas seguro de que seguirás a su lado si vuelve a pesar de todo?—ladeó el rostro.

—Es mi alfa, el padre de mi cachorro.—su voz temblaba y apretaba tanto los puños que sintió las uñas enterrarse en la piel de sus manos.

—No será la primera vez que pases por esto. ¿Es eso lo que quieres? ¿Estar lleno de miedo e incertidumbre cada vez que Jungkook se va? Es esto lo que obtendrás si te quedas.

—No me importa. Yo quiero estar con Jungkook siempre.—dijo hipando, le era ya imposible contener el llanto.—Jungkook tiene que volver, él lo prometió. Tiene que volver porque mi panza está creciendo, prometió que escogeríamos un nombre para el cachorro y que estaría en mi próximo ultrasonido para conocer el sexo del bebé. El tiene que volver y conocer a su cachorro. Tiene que volver porque si algo le pasa moriré de tristeza! ¡Tienes que hacer algo!

—¡Lo sé! ¡Joder, es mi hermano! Yo también quiero que vuelva.—respondió Namjoon frustrado y perdiendo la compostura mientras golpeaba el escritorio.—¡Estamos buscándolo, quiero ir yo mismo ahí y encontrarlo! Me hizo prometer que me quedaría aquí y que cuidaría de ti pase lo que pase.

—Jungkook tiene que volver.—gimoteo Jimin.—No puedo vivir sin él. —¿Qué fue lo que pasó?

—Perdimos contacto con todos hace 4 días. Solo tuvimos contacto con So Hyun, él se llevó a los omegas antes de que perdiéramos contacto con Jungkook. Ha enviado a toda su gente a buscarlos, cuando volvieron al lugar ya no había nada, ni siquiera el maldito tráiler. Es como si no hubiesen estado ahí.

—Tienen que estar bien.

—Eso espero. Si el bastardo de Do Yun los tuviera ya lo sabríamos. No se quedaría tan tranquilo, incluso si les ha hecho algo, querría que lo supiéramos.

—¡No lo digas!—chilló Jimin.—Jungkook tiene que estar bien.

—Tienes que cuidar del cachorro hasta que él vuelva. Me encargaré de encontrarlo, esto está siendo difícil para todos.—Nam se talló el rostro.

—¡Promételo! ¡Promete que lo traerás de vuelta!

—No puedo hacer eso. Confío en que está bien, haré todo lo posible. Si

—Encuéntralo por favor.—rogó Jimin.

—Haré todo lo que pueda para traer a mi hermano y a los demás de vuelta. En eso tienes mi palabra.

—Gracias, le pediré a la Luna que lo traiga de vuelta. No puedo vivir sin él.

—Bien.—cortó Nam. Le resultaba difícil ver al chiquillo roto.—Te informaré todo a partir de ahora, pero tendrás que estar preparado. Tu deber es cuidar al cachorro, es por eso que Jungkook te trajo aquí, para protegerlos. Ahora ve a comer algo, Jin me ha dicho que no has querido comer bien. Te avisaré si sé algo.

Jimin asintió cabizbajo y le dio la espalda al alfa para marcharse tratando con todas sus fuerzas de no volver a romper en llanto.

—Y por favor, deja de mostrarle tus colmillos a todos. No es correcto.

Jimin se encontró con Jin fuera, por la expresión de su rostro había escuchado todo.

—Lo siento Jimin. Estoy seguro de que Jungkook volverá.

Jimin finalmente rompió en llanto nuevamente, ya sospechaba que algo no iba bien pero ahora estaba seguro de ello y el malestar en su pecho empeoró. Se lanzó a Jin y lloró como un niño pequeño.

—Jungkook tiene que volver, yo lo amo, Jin.

—Lo sé, todo estará bien.—Jin acarició la espalda del rubio tratando de calmar su llanto.—No llores más, le hará daño al cachorro.

—Quiero que conozca a su papá. No quiero perderlo.—hipo.

—Estoy seguro que lo hará, Namjoon va a encontrarlos. Tienes que estar tranquilo, estaré a tu lado en esto.

El insomnio de Jimin empeoró, se levantaba agitado con ataques de ansiedad por la madrugada. Las ojeras debajo de sus ojos lo hacían lucir peor. Apenas y podía probar bocado, se obligaba a hacerlo por el cachorro. Antes de dormir le pedía a la Luna para que le devolviera al alfa.

—Jamás volveré a decir que lo odio. Yo lo amo con todas mis fuerzas. Si me lo devuelves prometo ser bueno y nunca más alejarme de él.

Jamás se había sentido tan desesperado y deprimido en su vida. A pesar de que su vida había sigo difícil, el optimismo siempre le ganaba a cualquier dificultad. Trato de pensar de forma positiva pero esta vez no funcionó. Necesitaba a su alfa, abrazarse a su gran cuerpo, respirar su aroma y hundirse en esa agradable calidez que lo hacía sentir protegido. Ahora se sentía en verdad abandonado por primera vez.

Se levantaba temprano y lo primero que hacía era correr a la casa de los Kim y preguntar si había alguna noticia de Jungkook.

Cada vez que Namjoon le respondía que aún no tenía información,  su corazón se destrozaba un poco más. Habían pasado tres días más y aún no sabían nada, todos los días luchaba contra el ataque de pánico que amenazaba con salir durante el día.

Para el octavo día recibió la visita del Dr Choi pero Jimin lo envió de vuelta y se negó a verlo, estaba decidido a esperar a Jungkook. Jin intentó convencerlo de ser revisado pero no tuvo éxito.

—Esperaré a mi alfa, dijo que estaría conmigo en la siguiente revisión. Estoy seguro de que vendrá pronto.—respondió haciéndose un ovillo en la enorme cama que apenas conservaba ya el aroma del alfa.

Habían pasado diez días y Jungkook seguía sin volver...

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