Parte 25

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Jimin miraba atento y con las manos en puños sobre sus muslos a Sana mientras curaba la herida del alfa. No le gustaba que otra omega se acercara a Jungkook, pero era necesario. El no era bueno en ello, las heridas lo ponían nervioso, aún así se armó de valor para mirar porque no pensaba dejar solo a Jungkook con la mujer.

-¿Te duele?—preguntó mirando alfa que lo miraba de vuelta con una media sonrisa.

—No, no tienes que ver si es demasiado para ti.

—Estoy bien.—musitó sonriendo.

—Listo, esto se ve muy bien.—dijo la enfermera.-¿Has estado tomando tus antibióticos?

—Hoy no lo he hecho, están ahí.—señaló a la mesilla.

Sana tomó la medicina y relleno un vaso con agua para acercarlas al alfa pero Jimin le arrebató ambas cosas antes de que se acercara de nuevo.
Afortunadamente no mostró sus colmillos esta vez.

—Yo puedo hacerlo.—le entregó al alfa un par de pastillas y luego el agua. Jungkook sonrió, amaba al Jimin territorial que tenía a su lado. Era algo nuevo pero agradable.

—Vendré más tarde, entonces.—se despidió la pelirroja.

Jimin se acurrucó al lado del alfa nuevamente.

-¿La conoces hace mucho?—preguntó delineando con la yema de sus dedos las cicatrices en el estómago del alfa.

—Si, ha sido nuestra enfermera por algún tiempo.

—Se llevan bien.—afirmó.

—Generas un poco de confianza después que permites que te vean en situaciones vulnerables.

—Mmm, entiendo.

-¿Te molesta?—Jungkook levantó su rostro para mirarlo.—Pregunta lo que necesites...

El omega se mordió el labio inferior.-¿Tú y ella...?

-¿Follamos?
Jimin asintió.

—No.

—Oh.—dijo el omega sintiendo la pesadez de su pecho aligerarse.

Jungkook quería preguntarle si todo el miedo y rechazo que había sentido hacia él se había ido. Pero no pudo, se sintió caminando en terreno sensible, no quería joder las cosas. Disfrutaba de la cercanía de Jimin, de su olor, de la forma que se aferraba a él como un pequeño koala y de lo territorial que había estado los últimos días.

Durante el resto del día su teléfono no dejó de sonar con llamadas y tuvo que trabajar con su laptop desde la cama , había demasiado que hacer, Jungkook coordinaba las negociaciones en algunas zonas de la ciudad.

Jimin se recostó en la cama y leyó un libro mientras veía como el alfa parloteaba de negocios.

No entendía nada y prefería no saber, todavía le asustaba saber que Jungkook era un mafioso, pero él no mandaba en su tonto corazón y sentía que no podía estar lejos del alfa. Jamás había sido territorial, se consideraba un omega bastante tranquilo y en control de su lado salvaje. Esta vez, su lobo no parecía entenderlo y estaba incontrolable haciéndolo hacer cosas que jamás había hecho, como enseñarle  los colmillos a los que querían alejarlo del alfa o cuando algún omega se acercaba de más.

Mío. Su lobito gruñía enojado.

Amaba enterrar su rostro en el cuello del alfa, siempre había sentido ese impulso, antes lo había resistido para no parecer empalagoso, ahora ya no le importaba. Le gustaba aspirar el aroma a seguridad que le daba Jungkook.

Aquella tarde no fue distinto, Jungkook parecía más recuperado después de cinco días y Jimin quería aprovechar al alfa al máximo. Apenas Jungkook colgó la llamada y cerró su laptop, Jimin se acurrucó a su lado y hundió el rostro en su cuello ronroneando como un gatito mimado.

Jungkook se jactaba de su autocontrol, había estado lidiando con su lobo mucho mejor cuando Jimin estaba cerca, pero cuando él omega comenzó a succionar la piel de su cuello su lobo enloqueció y su polla comenzó a despertar.

—Bonito ¿Qué haces?—se removió incómodo pero al omega no pareció importarle, se aferró más dejando besos y chupones húmedos mientras restregaba su cuerpo en el del alfa y ronroneaba.

!Jodido infierno! Jungkook estaba más duro que una roca en cuestión de segundos y su lobo hambriento por devorar al bonito omega.

—No creo que sea buena idea que hagas eso nene.—Jimin se detuvo y levantó su rostro para mirar al alfa.
Sus labios estaban hinchados y húmedos, su rostro sonrojado y su mirada desbordaba deseo.

Jimin boqueó hacia el alfa con los párpados caídos y para Jungkook fue como un enorme imán que lo atrajo a su boca. Paso su lengua delineando los bonitos labios del omega, y después la hundió en un beso húmedo.

Jimin ronroneó en su boca y dejó que el alfa chupara y mordisqueara sus rechonchos labios.

Después de unos cortos minutos, Jungkook rompió el beso con un chasquido húmedo.—No es buena idea.—murmuró señalando con la mirada la erección que sobresalía de sus pantalones de chándal.

Jimin pasó la lengua por sus labios, se incorporó y empujó los pantalones del alfa hacia abajo.

—Bonito.—gruñó Jungkook cuando él omega pasó su lengua recorriendo toda la humedad de la punta.

Jimin se liberó de sus pantalones y trepó a horcajadas del alfa tomando entre sus pequeñas manos la enorme polla dura.

Lucia obscena en su pequeña mano, con trabajos y sonidos frustrados levantó sus caderas para alinearla en su agujero húmedo.

—No creo que...¡joder!—siseo Jungkook cuando Jimin se dejó caer de golpe en su polla gimiendo aliviado y tomándolo todo.

—Mmgh—gimió el rubio disfrutando de sentirse completamente lleno finalmente.

Comenzó a impulsarse con todas sus fuerzas para follarse mientras veía con la mirada cristalina la expresión de placer del alfa debajo de él.

-¿Lo estoy haciendo bien?—gimió saltando sobre Jungkook.-¿lo estoy tomando bien?

-¡Joder, si! Eres perfecto bonito. Me tomas tan bien.—gruñó apretando las caderas del omega y ayudándolo a impulsarse con el brazo sano.—No pares, por favor no pares.

Jungkook quería arremeter pero aún estaba convaleciente apretó la mandíbula y se contuvo, dejó que Jimin se follara a libertad y disfrutó del apretado calor de su omega.

Su omega.

Por fin, había pasado semanas necesitándolo, resistiendo las ganas de tomarlo salvajemente y llenarlo con su polla. No quería asustarlo y no se sentía seguro de la reacción de Jimin si cruzaba esa línea pero ahora todo era perfecto.

Jimin sentía sus piernas ardiendo pero no redujo el ritmo de sus caderas para darles placer hasta que supo que no aguantaría mucho más. Sus piernas hormigueaban con un entumecimiento amenazante.

—Y-yo me voy a correr—chilló Jimin cuando sintió acumularse el placer en sus pelotas y sus piernas fallar.—Mis piernitas.—se quejó.

—Solo un poco más bonito.—siseo Jungkook.—Estoy cerca.

Jimin lo intentó, resistió el impulso de correrse pero no logró durar mucho, su polla se retorció y liberó largas tiras de semen en el estómago del alfa mientras gritaba su nombre y reducía el ritmo de sus caderas.

¡Al demonio! Jungkook empujó sus caderas hacia arriba para seguir follando al omega y alcanzar su liberación. Se corrió no mucho tiempo después, afortunadamente.

—Lo siento.—dijo el omega casi sin aliento y dejándose caer el pecho del alfa.—Lo intenté.

—Shshs, lo hiciste bien bonito. Fue increíble.—musitó el alfa acariciando su cabello y apretándolo a su pecho.

Monster in love Where stories live. Discover now