Parte 26

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—Haz hecho esfuerzo y aún no estabas completamente recuperado.—musitó el Dr Choi mirando de Jungkook a Jimin que tenía la mirada gacha jugando nervioso y culpable con sus manitas.—Un par de días más Jungkook, sin actividad física si no quieres que esta herida se abra.

—No es para tanto.—rodó los ojos el alfa.

Jimin había tenido que llamar al doctor cuando vio que la herida de Jungkook sangraba. Estaba asustado y ahora apenado.

—No debimos.—musitó con un puchero triste  cuando el médico abandonó la habitación.—Fue mi culpa.

—No es tu culpa y está exagerando. Ven aquí—respondió estirando su brazo para que él omega se acurrucara.

Jimin enterró su rostro en su lugar favorito.

—Mírame bonito, estoy bien.—susurró el pelinegro.

El omega giró su rostro hacia el alfa.

—Dime que no te arrepientes por favor.—Jungkook acarició su mejilla.—En un par de días estaré bien y no quiero que te alejes de mí.

—No lo hago Jungkook, te quiero.—Una lágrima se deslizó por su mejilla.

—Gracias.—el alfa lo apretó contra su pecho y besó su cabello.

Jimin era suyo y no se estaba yendo a ningún lado.

Se las arreglaron para tener sexo sin tanto esfuerzo los siguientes dos días, Jungkook estaba más que complacido por ello. Amaba la boca del omega y todo lo que podía hacer con ella.

Tres días después el alfa estaba casi recuperado, casi. Aún le faltaban algunos días de placido reposo junto al lindo omega o más bien Jungkook no quería sentirse completamente recuperado, así que permanecieron en la habitación follando como conejos en celo.

El alfa continuó con su trabajo desde casa y Jimin holgazaneaba junto a él mientras eso sucedía. Cuando el alfa terminaba su trabajo se restregaba como un gatito mimado y exigía atención. Jungkook estaba más que feliz de complacerlo. No podía negar que amaba a ese lindo omega meloso. Lo enganchó desde el primer día, dejando salir su lado animal y protector.

Antes de Jimin, su único objetivo en la vida había sido vengar la muerte de su padre y de las familias que había asesinado Do Yun para hacerse de poder. Ahora también era hacer feliz a este bonito omega y su cachorro. Jungkook estaba seguro de que daría su vida por ellos y mataría a cualquier imbécil que intentara lastimarlos.

"No planeas enamorarte de alguien, solo sucede y no puede hacer nada para evitarlo" recordó las palabras de su hermano que se había enamorado de la persona menos indicada. El destino es una comedia cruel y ahora Jungkook estaba viviendo la suya.

Porque Jimin era el menos indicado, no tenía nada que ver con este asqueroso mundo en el que el alfa había nacido. El mundo de Jimin era hermoso y lleno de color, justo como el. El de Jungkook por el contrario, era oscuro y perverso.

Había intentado dejar afuera al omega de su mundo, le había advertido que huyera pero el instinto animal a veces es más fuerte, ambicioso y egoísta.

El sueño del Jimin era conocer Disney y vivir una vida tranquila. Jungkook ni siquiera tenía uno, vivía los días esperando recibir órdenes de su hermano y encontrar la forma de joder a Do Yun. Si algún día se deshacían de él, su vida seguiría igual.

Excepto que ahora fantaseaba con una vida ordinaria, con haber conocido a Jimin siendo otra persona. Seguro lo habría conquistado con flores y citas. Lo habría llevado a Disney y tal vez le hubiera comprado un bonito anillo y pedido matrimonio.

Monster in love Where stories live. Discover now