Capítulo veinticinco

94 14 8
                                    


Cuando haga el top momentos más tensos de mi vida que alguien me recuerde incluir este, por favor, porque sin duda estaba teniendo lo suyo.

Intenté evitar a mis cuñados, pero eran ellos los que no querían evitarme a mí, sus ojos buscaban a cada poco tiempo los míos y esto resultaba incómodo. Christian no parecía notarlo y si lo hacía lo disimulaba tan bien que hasta parecía no importarle. En verdad no sabía cual de las dos opciones era peor.

—Va siendo hora de regresar a casa —anunció su madre (¿mi suegra?) mientras se despedía de mi madre—. Chicos, agradezcan.

Los tres, bien guiados, pusieron su mejor sonrisa (unos mejor que otro) y agradecieron con toda la amabilidad del mundo. Me atrevería a decir que no eran los mismos de hace minutos atrás y eso me chocaba, el simple hecho de que sus personalidades pudieran llegar a ser tan cambiantes cuando estaban conmigo y cuando estaban con alguien más.

Tal vez, después de todo, el problema en todo esto era yo. Yo y mis jodidos pensamientos. Yo, que no era capaz de estarme quieta y conformarme con lo que sabía, pues siempre necesito saber un poco más. Yo que decía que si, que me tiraba a la piscina sin saber nadar aun sabiendo que había riesgo de ahogarme. Maldita sea yo y mi complejo de lectora, ¡Dios! Que me pienso que estoy en un libro de fantasía y solo estoy metida en un lío triple, nunca mejor dicho.

—Hasta mañana, Cyra —murmuró uno de ellos, si no hubiera estado sumida en mis pensamientos habría sabido quien hablaba, pero por tonta me quedé con la duda.

—Pero mañana no hay clase —dije con obviedad.

Christopher soltó una risa que pronto fue sustituida por un adolorido quejido cuando su hermano lo pateó, el golpe no había sido grande ni mucho menos, pero no nos olvidemos del detalle de que había entrado cojeando. ¿Qué diablos le había pasado?

Mis ojos bajaron hasta allí y los suyos no tardaron en seguir mi mirada, incómodo.

—Mañana hay fiesta, me imagino que no querrás perdértela —dijo el mismo, queriendo desviar mi atención de su pierna—. He escuchado a tu amiga Patricia decir que iría así que supuse que tú también.

¿Y él por que motivo sabía que Patricia y yo éramos amigas? Si mal no recuerdo era el único de los trillizos que no nos había visto juntas, ¿no?

—No lo sabía... O quizá si y se me había olvidado —admití.

—¿Una fiesta? —preguntó mi madre—. ¡Claro que irás! Tienes que aprovechar ahora que eres joven, estos momentos no vuelven, cuando menos te lo esperes ya habrán pasado veinte años y tendrás una hija...

El suspiro que soltó casi me hizo sentir ofendida, disimular no era su especialidad.

—¡Perfecto! Entonces nos veremos allí, rubia —me guiñó un ojo antes de despedirse.

Christian sonrió, no había despegado su mirada de mí en ningún momento, se le veía... ilusionado.

—Vamos hablando entonces, recuerda abrigarte que por la noche siempre hace frío —dejó un beso en mi mejilla al tiempo que las suyas se calentaban. Tierno. Adorable. Apachuchable.

Christen miró la acción casi con desprecio y se limitó a despedirse con un gesto de cabeza.

Siempre tan amable, mi vida.

Mamá me miró con una sonrisa divertida en cuanto se cerró la puerta y supe que mi fin había llegado. Implicaba fiesta, chicos... Y bueno, un trillizo que acababa de darme un beso en la mejilla. Me escabullí pronto poniendo de excusa que tenía que descansar hoy porque mañana no dormiría nada, en el fondo no era mentira y me servía para no tener que hablarle a mi madre del lío en el que me había metido.

¿Por qué había dicho que si?

La vida me odiaba y yo odiaba a la vida, pero por desgracia la vida iba a uno y yo a cero en esta estúpida competencia.

Como de costumbre intenté no darle vueltas, pero también como de costumbre me costó dormir porque mi cabeza no dejaba de repasar uno a uno los escenarios vividos ese día.

Desperté cerca del mediodía e invité a Patricia a casa con la excusa de pasar la tarde juntas y arreglarnos para ir a la fiesta, mientras tanto nos poníamos al día de todo lo que no había podido contarle.

—¿Que has hecho qué? —preguntó, llevándose las manos a la boca. Inmediatamente la obligué a callarse porque no quería que mi madre se enterase de más chismes—. Dios mío, Cyra, creo que tú no eres consciente de lo que has hecho.

—Suelo hacer las cosas sin pensar —admití, soltando un suspiro—. ¿Crees que hice bien?

—No —torció sus labios—, pero eso ya lo sabes tú también. Has dicho que si por pena, porque no sabes decir que no y porque Christian es nuestro amigo y no quieres partirle el corazón. Las dos sabemos que a ti se te caen las bragas por otro.

—Mentira.

—Cyra, que no te has puesto la ropa que trajiste de su casa solo porque huele a su detergente —se mofó.

Mierda. Eso no era del todo cierto...

—No pasa nada, muchas estarían en tu misma situación pero nadie ha llegado tan lejos con los tres a la vez además, que campeona.

—¡Deja de burlarte que es un tema serio!

—Oh, vamos... —se cruzó de brazos—. Tienes que ser sincera contigo misma y con Christian, de lo contrario vas a hacerle daño a él y a ti también.

—Lo nuestro puede funcionar —aseguré—. Nos llevamos bien y nos atraemos.

—Pero no conectais que es lo fundamental, llevarse bien con alguien es señal de ser amigos, no novios... Puede funcionar, si, no digo que no, pero funcionaría porque tú estarías forzándolo y cuando algo es real no se fuerza, fluye.

Me estaba dando una lección de vida importante, pero yo no estaba lista para todo aquello. Necesitaba aclararme, necesitaba respirar un poco, necesitaba...

—No vamos a ir a esa fiesta —aclaré—. La última fue... Puf, ya sabes como fue.

—Precisamente por eso hay que ir —rebatió—. No vas a tener otra oportunidad como esta en tu vida, Cyra, échale ovarios.

Fiesta.

Trillizos separados.

Cada uno en su ambiente.

¿Era algo seguro para mí?

No, por supuesto que no. ¿Pero desde cuando a mi me gustaba lo seguro? Yo era más de correr peligro. Había tres depredadores con los dientes afilados y el estómago vacío, iban a comerme de un solo bocado como se lo propusieran...

Tripliciter Where stories live. Discover now