Cap. 6- Dolor.

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—¿Coincidencia? —Cuestionó Patrick intrigado. Por alguna razón quería saber el por qué. 

—Si, Pack; resulta qué nos cruzamos en una tienda para bebés —inició a explicar Polette con diversión en la voz y Emily, intentó reprimir una sonrisa—, y nos peleamos por unos globos. 

—¿Ustedes, pelearon por globos? —Cuestionó Sophie, con asombro y diversión.

—No. No entre nosotras —aclaró Polette y Emily se sonrojó por lo que diría—, si no con su amigo. Me peleé con su amigo por estos globos. —Señaló.

«—¿Amigo? ¿Qué clase de amigo, rubia?» —Se cuestionó internamente Patrick, con su ceño ligeramente fruncido y cuando su mirada se cruzó con la de Emily, ésta comprendió sin necesidad de palabras, que estaba malinterpretado todo otra vez.

—Los hubieras visto, Sophie, parecían niños peleando por un dulce.

intentó Emily, ignorar la sensación que la mirada de Patrick, le había generado. Pero le era imposible. El hombre estaba celoso y no sabía cómo sentirse al respecto.

—Créeme, puedo imaginarlo. —Río, Sophie. 

—¿Y cómo se llama tu amigo, Emily? —Preguntó Thomas, con la sola intención de molestar un poco a su hermano. Podía darse cuenta de que estaba celoso.

—Se llama, Ashton Kopelman. Estudia abogacía también, tomamos algunas clases juntos. Él es junto a Dylan y Giovanna, uno de los amigos que hice cuando llegué a la residencia. —Dijo aclarando su garganta un poco nerviosa.

—Interesante. —Dijo Thomas y Sophie, no se perdió ese brillo en la mirada de su hombre.

Sophie, observó a su amiga un poco sonrojada y luego a Patrick, y la seriedad de su mirada, entonces comprendió a qué iba el juego de palabras de Thomas. Intentó ocultar su sonrisa.

—Y al final, ¿Cómo llegaron juntas? ¿Consiguieron tren o compartieron un taxi? —Preguntó nuevamente Thomas, mirando esta vez a su hermana, un tanto perspicaz. Polette, supo leer el mensaje en su mirada.

—Nos trajo su amigo, Ashton —declaró Polette, poniendo a hervir la sangre de Patrick, de puros celos—. Decidió quedarse afuera, diciendo que era un momento familiar y no quiso molestar. Es un buen chico, es agradable. —puntualizó sonriente.

—Agradable. —Refunfuñó Patrick, por lo bajo en un murmullo imperceptible.

—¿Dijiste algo, Pack? —Cuestionó Thomas, con un deje de burla.

—¿Yo? Nada —dijo con seriedad evitando la mirada de Emily y que nadie más notará sus ardientes celos—. Quisiera escuchar otra vez la historia de la bebé del milagro —dijo cambiando rotundamente la conversación sobre aquel agradable muchacho y centrándose en lo más importante que eran las bebés—. ¿Cuál de las dos es nuestro milagro?

Sophie, sonrió comprendiendo el cambio de humor de Patrick.

—Es ella. Michelle.

Señaló Sophie, emocionada, relatándole a todos los presentes, lo vivido dentro de aquella sala de parto, arrancándole un par de lágrimas a las mujeres allí presentes, junto a las suyas propias.

Escuchando cada palabra de Sophie, atentamente; Patrick, deseó también que la vida hubiese sido amable con él, brindándole un milagro aquella tarde negra en la que lo había perdido todo.

Pero no; ni Dios, ni la vida, ni el universo había querido que él fuese feliz aquellos años. No era su destino, había comprendido al fin con amargura.

La cabeza empezó a retumbarle en los oídos y si no salía de esa habitación de inmediato, terminaría perdiendo el control frente a todos.

—Disculpen.

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now