Cap. 9- Contigo.

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El sol ya había comenzado a despuntar en el horizonte y no pasó mucho para que, Patrick, despertara. Había dormido lo necesario y su cerebro se lo hacía saber despertándolo sin necesidad de alguna alarma. 

Percibió la claridad en su habitación y también el cuerpo tibio a su lado que lo abrazaba. Sonrió como un completo enamorado y es que así se sentía en ese instante. 

La observó dormir tan tranquila y relajada, con tanta confianza a su lado, que le pareció surreal. 

Recordó entonces aquella primera noche que habían pasado juntos. Ella había caído profundamente dormida y él, se había abrazado a su cuerpo, y al despertar se encontró completamente solo.  

Ni siquiera se negó a sí mismo, el vacío que sintió en el pecho, cuando comprendió qué esa rubia, se había ido sin darle ni una explicación siquiera. Tal vez para evitar un momento incómodo entre ambos y pensar quizás una mejor excusa para darse. 

Tal vez era eso y seguramente otras cosas más. 

Era momento de dejar que las cosas entre ambos fluyera de la mejor forma y para que eso sucediera era necesario que ambos así lo desearan.  

Cuando percibió más claridad en su habitación, supo que ya era tiempo de despertarla, si es que aún quería aprovechar el tiempo para ir a dónde había propuesto hace unas horas atrás. Aunque si por él fuera, quedaría encerrado en esa habitación con ella, haciéndole el amor hasta el cansancio. Sonrió por ese pensamiento. 

—Emm, despierta, nena. —susurró con suavidad, apartando unos mechones rubios de su rostro. 

—¿Mhm? —se quejó en respuesta, abrazándose aún más a él, y sonrió por ese reflejo suyo— No quiero. Un ratito más. 

—Vamos, amor, despierta. —dijo con naturalidad, sin darse cuenta de lo que aquella palabra significaba para Emily. 

—¿Amor? ¿Dijiste amor? —preguntó Emily, espabilando por completo y alzó su rostro para mirarlo a la cara y saber si estaba bromeando o no con eso. 

—¿Lo dije? —cuestionó él, en respuesta, haciéndose el desentendido; pero muy bien sabía lo que había dicho. 

—Sí, yo lo escuché. —afirmó, mientras un leve rubor teñía sus pálidas mejillas. 

—Bueno… —suspiró, Patrick, al tiempo que sus manos le acariciaban la espalda, sus cabellos y luego su mejilla— ¿Está mal que quiera llamarte mi amor? ¿Mhm? —los ojos de Emily brillaron en respuesta— Siendo honesto, no he usado esa palabra en años. 

—No está mal y me gusta como suena viniendo de ti —sonrió con complicidad—. ¿A dónde quieres llevarme hoy? 

—Un lugar especial. Así qué debes ir por ropa cómoda, que iremos en motocicleta. —anunció. 

—¡Yujuu! ¡Viaje en motocicleta! ¡Sí! —celebró como una niña, recordando aquellos paseos y Patrick, río por su actitud— Me gusta tu risa —confesó con simpleza y Patrick, la observó con intensidad—. Iré a cambiarme. —anunció. 

Intentó, Emily, levantarse de la cama, pero, con rapidez los brazos de, Patrick, la tomaron con fuerza dejándola bajo su cuerpo y sin esperar un segundo más, la besó con ansias, devorando su boca. 

—Ahora sí… buen día. —dijo Patrick, con una sonrisa y fue el turno de, Emily, de reír. 

—Buen día —correspondió, volviendo a besarlo con suavidad—. Ahora sí, iré a cambiarme. 

—Ve. Porque estoy a nada de no dejarte salir de mí cama. —susurró con diversión, pero, con cierta verdad en ellas. 

La mirada de Emily, se mostró cómplice antes sus palabras.

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now