cap. 7- Una oportunidad.

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La mirada de aquellos ojos azules, no la abandonaban, como solía sucederle la mayoría de las noches y ésta no era la excepción. 

Los segundos se convirtieron en minutos y los minutos en horas. No sabía con exactitud cuanto había pasado desde que se había despedido de él y en su habitación. 

Miró por la ventana, aún la luna llena resplandecía en el cielo, a punto de ser ocultada por la copa de los árboles que rodeaban la propiedad.

Tal vez eran las tres o cuatro de la madrugada, no estaba segura; lo que si estaba segura era que debía solucionar su problema de insomnio.

Con un suspiro profundo y con una extraña sensación en el pecho, abandonó la cama y así mismo la habitación. Todo el pasillo estaba a oscuras y con un silencio abrumador.

Con pasos firmes y una valentía que no sabía de dónde había salido fue a parar frente a la puerta de Patrick; observó de un lado a otro, temiendo ser descubierta en su osadía y con ese último mencionado, abrió lentamente la puerta y entró.

Para su suerte la puerta no emitió ningún sonido y la falta de luz del pasillo fue su mejor cómplice para la locura que estaba cometiendo.

Con el corazón galopando desbocado en su pecho, logró divisar la cama gracias a la claridad brindada por la luna que se filtraba a través de la ventana; y así mismo, avanzó los pocos pasos que los separaban. 

Con la manta cubriendo hasta su cintura, el pecho desnudo y su brazo derecho cubriendo parte de su rostro; Patrick, dormía plácidamente. 

Emily tuvo que retener un suspiro al ver a semejante hombre dormir de esa manera. Le pareció aún más atractivo que antes. 

El subir y bajar de su pecho, le resultó atrapante, excitante; y no pudo evitar detallarlo por completo. El vello en su pecho haciendo un camino hacia su abdomen bien marcado para luego desaparecer bajo las mantas, la hizo pasar saliva con dificultad. 

Observó sus tatuajes en sus brazos, en parte de su pecho y aquel tatuaje que para ella resultaba especial, desviando automáticamente su mirada hacia su cicatriz que le resultó atrapante y, extendiendo su mano, quiso tocarlo. 

A medio centímetro de su cometido, se detuvo y entonces fue consciente de la locura que estaba por cometer. Pasó saliva con dificultad. 

«—¿Qué estás haciendo, Emily? ¡Es una locura! ¿Qué pretendías con entrar a su habitación como delincuente? Decídete. ¿Qué te pasa con este hombre?»— le reclamó su consciencia. 

—Todo. Me pasa todo. —Susurró apenas perceptible solo para sí. 

Le dio un último vistazo decidida a marcharse de allí, pero cuando intentó darse la vuelta, una fuerza sujetando el borde de su remera, aquella que cubría apenas bajo sus glúteos, la detuvo y así mismo, también se detuvo todo alrededor al sentir el movimiento en la cama. 

Una mano sujetó la suya dándole la vuelta para enfrentarla. Ligeramente tembló ante la inminencia de lo que estaba sucediendo. No podía dar crédito aún de que él, hubiese estado despierto desde que entró, expectante a lo que ella haría. 

Cuándo sus ojos se enfrentaron, aún bajo la penumbra, pudieron contemplar el brillo en sus miradas y algo más que habitaba allí, en ambos. 

El pecho de Emily, comenzó a subir y bajar con rapidez producto de los nervios que la recorrieron por completo. 

Patrick, no estaba diferente a ella.

Tampoco pudo pegar el ojo en toda la noche a causa de la mujer que ahora sujetaba de la mano. Cuándo se había dispuesto a dormir de una buena vez por todas, la puerta de su habitación había sido abierta, a pesar de no emitir ningún ruido pudo sentir la presencia de alguien ahí.

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now