Cap. 27- Sentimientos encontrados.

449 34 2
                                    

Orgullosa portaba su anillo de compromiso. La sonrisa bobalicona no podía abandonar sus labios y menos dejar de irradiar esa felicidad que tal y como se veía, la desbordaba por cada poro de su ser.

Se aferró a la correa de su bolso y abrazó sus libros contra su pecho, sintiendo el vértigo en su vientre y los nervios en su estómago. Se mordió los labios, nerviosa por lo que dirían sus amigos apenas vieran su mano. Aún no había tenido oportunidad de contárselo a Sophie, pero esperaba hacerlo pronto.

Haberse comprometido con Patrick, le hacía mucha ilusión y no le fue difícil imaginarse un futuro junto a él. Viviendo juntos —aunque había muchas noches en la que la pasaba más en su departamento que en la residencia de la universidad—, compartiendo los momentos buenos y malos, como habitualmente lo hacían desde que estaban juntos, pero con la única diferencia de que ahora sería su esposa y estaba feliz por eso.

Atravesó los pasillos hasta llegar hasta el salón de clases en dónde Fabrice, daba las primeras dos horas de la materia. Su profesor. Emily, ya no podía seguir viéndolo como tal, Fabrice, ahora mantenía una relación estrecha con su novio, eran más bien amigos. Aunque aún no podía negar que no sentía esa extraña sensación dentro de su pecho al verlo o escucharlo. No se conocían de nada, no habían coincidido jamás en ningún lugar y aún así sentía que lo conocía de algo, pero, ¿de dónde? Esperaba pronto averiguarlo.

—¡Emily! —saludó Giovanna, su compañera de piso al verla, antes de entrar al salón de clases.

Giovanna, al igual que ella, solía pasar más días durmiendo fuera de la residencia que dentro de ella. Sabía que ella tenía una relación hace algunos meses con alguien, a quién supo se llamaba Mikhail, más no su apellido. Fue lo que había logrado escuchar una vez que la encontró hablando por celular. Esperaba que su amiga se lo presentara en algún momento.

—¡Gia! ¿Qué tal? —saludó feliz, porque le era imposible disimular sus emociones.

—Un poco estresada por los últimos exámenes —comentó, algo que todos los estudiantes sufrían en el último año— ¡Oye! Tú no pasaste la noche en la residencia y por alguna razón que desconozco, no estás igual que el resto de nosotros. —acusó divertida, mientras caminaban hacia los pupitres.

—No, y me sorprende que notaras mi ausencia, ya qué tú tampoco pasas algunas noches ahí. —contraatacó en un gesto altanero y divertido.

—¡Touche! —dijo divertida y ambas rieron— ¿Estabas con tu novio?

—¿En dónde más si no? —dijo Emily, y le brillaron los ojos al recordar la propuesta de hace unas cuantas horas de Patrick, en la cama.

—¿Algo interesante por compartir, Emily?

Giovanna, la miró suspicaz ante la dicha de su amiga. Todavía ni siquiera notaba el anillo en su dedo.

—¿Cómo qué? —se hizo la inocente y seguido fingió una tos, llevando su mano a su boca para cubrirse y exponer de esa manera la noticia.

—¡No puede ser! ¡Aaaahh! ¡Felicidades, amiga! —el grito de Giovanna, retumbó por todo el salón de clases, llamando la atención de algunos de los estudiantes que habían desde temprano.

—¡Gracias! Eres la primera en saber. —le hizo ver, un poco sonrojada.

—Que honor —reconoció—. Estoy feliz por ti. No conozco mucho a tu novio, mejor dicho, prometido —remarcó la última palabra y Emily, no negó que le gustaba cómo sonaba—, pero las veces que lo vi, se notaba el amor que te tiene. Eres muy afortunada.

—Si, lo soy —suspiró—. Puedo decir con certeza que Patrick, es el amor de mi vida. —afirmó con vehemencia.

—Como lo es mi Mikhail, para mí —confesó sin intención y sonrojada por delatarse, se cubrió la boca y Emily, la miró atenta—. Ya lo dije.

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now