Capitulo 13

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—¿Y tu que demonios haces aquí?—pregunta Marcello a un hombre que jamás había visto en mi vida.

—Escuche por allí que la familia se va de paseo a la casa del lago y no perdí mi oportunidad para incluirme al plan— el moreno de ojos oscuros se acerca a nosotros con una enorme sonrisa.

—Ni de coña, tu no vas—niega Marcello mientras le ayudo a guardar las maletas en la camioneta.

—Lo hable con mamá Greta y ella esta encantada de que los acompañe—se encoje de hombros con desdén, su mirada finalmente se centra a mi quien me analiza de pies a cabeza sonriente—, ¿Y esta bella mujer es?

—Lorenzo—la voz de Marcello suena amenazadora pero al mencionado le importa poco.

—Mi chiamo Lorenzo ed è un piacere conoscerti, mia bellissima giovane donna (mi nombre es Lorenzo y es un placer conocerte mi bella joven)—el con confianza toma mi cintura y me hala a su cuerpo para dejar un suave beso en mi mejilla, me sonrojo bajo su picaresca mirada—, ¿Cuál es tu bellísimo nombre?

Nerviosa respondo.

—Irisha Ivanov—respondo tímida, noto como sus manos me sueltan tras echar una mirada tras de mi, Marcello lo observa con una mirada que si pudiera asesinarlo lo hubiera hecho hace mucho—, encantada.

—Si vas a ir con nosotros procura mantener tus manos quietas y no incomodes a Irisha—le dice serio.

—Prometido mi bello hombre—le guiña un ojo antes de meterse dentro de la casa con toda la calma del mundo.

Miro a Marcello.

—Es un poco intenso—eso lo hace reír un poco.

—Es divertido a su modo—ya lo creo que si.

...

El viaje al lago fue bastante divertido, yo viajaba con Marcello y con Lorenzo mientras que Chiara no quería despegarse de su abuela así que estas van en otro auto con ambos guardaespaldas.

El viaje consistió en anécdotas que Lorenzo me contaba haciendo que la mayoría del tiempo me carcajeara poniendo un poco molesto a Marcello, me conto que son mejores amigos desde hace tiempo y que se aman como hermanos a lo que eso me pareció sumamente tierno, aunque discutan a cada nada es notable el cariño que se tienen.

Al llegar a la casa quede muy impresionada por lo enorme que es y el bello paisaje frente a esta, la cabaña en su estructura es mas madera que cualquier otro material dándole ese aroma hogareño y natural al lugar, varias habitación tan elegantes como las de la casa, es casi como estar en la casa de los Caruso en la ciudad, claro con la única diferencia de que aquí tiene un enorme y precioso lago a tu alcance.

—Es precioso—digo embobada con el paisaje. El enorme lago parece tan tranquilo y lleno de paz que me hace sentir feliz de estar aquí, muchos arboles y flores lo rodean dándole esa viveza y colorimetría.

A paso lento subo a un pequeño muelle, se mueve un poco y me pongo nerviosa.

—Tranquila todo esta bien—la voz de Marcello me tranquiliza pero no lo veo, me encuentro perdida en la vista—, ¿te gusta?

Asiento.

—Es un lugar lleno de vida—digo sonriente—, ojala Ovidio pudiera estar aquí.

—Tal vez la próxima vez pueda acompañarnos—eso si me hace verlo sonrojada, tomo su mano y la apretó.

—Gracias—susurro y ambos nos quedamos observándonos.

...

—¡Agua! ¡agua!—me pide el angelito que hoy se ve preciosa en ese traje de baño de una pieza y un bonito sombrero playero.

Corazón OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora