Capitulo 40

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Narrado por Marcello

No se en que momento llegamos a esto.

A este horrible momento de decir adiós de una manera tan dolorosa.

Acepto que soy el único culpable de todo esto y acepto todo este dolor, pero no soporto la idea de que ella se quede sufriendo, ella merece estar fuerte para su padre y yo lo único que hice fue quitarle el brillo de sus ojos, hacer que derramara lagrimas por mi culpa, verla destrozada de esa manera ha sido la sensación mas horrible que he podido sentir.

No la culpo por rendirse, ella merece estar bien y si lo que quiere es que me mantenga alejado voy hacerlo, pero con esto no le estoy dando a entender que renuncio a ella porque jamás podría hacer eso, Irisha Ivanov se ha tatuado hasta en mis huesos y no pienso perderla por un jodido mal entendido.

Amanda tendrá que darme demasiadas explicaciones.

Por un momento llegue a creer que había cambiado, quise confiar en ella no porque siguiera enamorado de ella, confié en ella porque la quería como una amiga, quería que la relación para cuidar a nuestra hija fuera buena y sin discusiones. Enserio creí que había cambiado por Chiara pero veo que sigue teniendo el mismo corazon podrido de siempre.

Ante mis ojos ya dejo de ser la dulce chica que conocí alguna vez, ahora solo la veo como un maldito mounstro que se atrevió alejarme de lo que mas amo.

Y va a pagar por ello.

...

Al llegar a mi casa lo único que me recibe es una inmensa soledad, siento la debilidad en mi corazon al no sentir su presencia, el que Irisha no me este esperando es un golpe directo al alma que no estoy dispuesto a aceptar.

Chiara se encuentra en la casa de mi madre y agradezco eso porque necesito hablar seriamente con su madre y no quiero que mi hija presencie eso.

—Te quedas aquí—le digo a Emilio que me seguía en silencio, dejo de escuchar sus pasos al seguirme y lo agradezco.

Al subir al segundo piso y encaminarme a la habitación de Amanda veo su puerta entreabierta dejándome ver el mal estado en el que se encuentra.

Como pudo llego a la cama dejando sus pies fuera de ella, la veo aferrada a una botella de mi bar y arrugo la nariz con el aroma que destila la habitación, a puro alcohol y cigarrillo.

Esta jodida.

—Amanda despierta—trato de ser amable pero al carajo, por su culpa mi mujer ya no esta—, ¡despierta maldita sea!

Mi grito parece lograr despertarla y sentarse de golpe dejando caer la botella al piso, me siento en uno de los sofás observando su deplorable apariencia, al enfocar su rostro puedo ver en uno de sus pómulos el morado de la bofetada que Irisha le propino, no iba a interponerme si ella quería golpearla.

—Detesto tus gritos Marcello—susurra, vaya al menos sabe reconocerme, mejor.

—Ya mismo vas a explicarme ¿Qué mierdas hacías en mi cama la otra noche?—digo con palabras duras y odio.

Le jure a Irisha que no recordaba nada de esa noche y no miento, por mas que le de vueltas a mi cabeza ni siquiera recuerdo que hice antes de recostarme, apenas y puedo recordar que discutimos con Irisha, de allí todo es un hoyo negro en mi mente.

En mi vida caería tan bajo como ser infiel y mucho menos a mi bonita, prefiero perder todo en este mundo a hacer eso, así que debe haber una explicación.

—No se de que hablas—dice frotándose la frente aumentando mi mal humor.

Vamos por mal camino Amanda.

Corazón OscuroWhere stories live. Discover now