Epilogo

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Narrado por Marcello

—Hijo ¿puedes pasar por el pastel de Chiara? tuvimos un contratiempo por acá y no he podido ir por el—escucho la voz de mi mama del otro lado del teléfono.

—No te preocupes que yo voy—digo tirando unos documentos en el asiento del copiloto y encendiendo la camioneta—, en la pastelería de siempre ¿verdad?

—Exacto, aquí te esperamos hijo mio—me tira un beso antes de colgar.

Guardo mi teléfono y voy en busca de ese pastel de cumpleaños.

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo, mi pequeña hija el día de ahora cumple 4 años y es un poco difícil la verdad porque esta dejando de ser mi bebe y se esta convirtiendo en toda una niña inteligente y carismática, verla crecer es lo mas maravilloso que la vida me ha dado, el ser su padre me llena de un gozo inmenso y el que me ame como lo hace me hace sentir el mas afortunado de todos.

Mi hija es todo lo bueno de este mundo y por eso trato de ser mejor para ella cada día. Chiara es la niña mas dulce cuando se lo propone y la mas caprichosa cuando lo desea, a su corta edad ya me saca canas verdes y no quiero imaginarme como será cuando cumpla 18, es algo para lo que no estoy preparado y por dicha faltan muchos años para eso.

Recojo el dichoso pastel que parece una enorme torre y me dirijo a mi casa donde de seguro me espera una algarabía de personas emocionadas por festejar a mi hija.

...

En efecto cuando llego lo primero que veo es la cantidad de carros, no son muchas personas las invitadas pero si importantes para mi hija y eso es mas que suficiente.

—Baja el pastel y llévalo a la cocina—le digo a Emilio cuando se acerca a recibirme.

—Si señor—me da un asentimiento y le sonrió.

Antes de pasar al jardín e incorporarme con los invitados decido ir a la habitación y darme un baño, maldito sean los problemas en el trabajo tanto que tuve que ir a resolverlos en un día tan especial pero se que todo por aquí se encuentra en orden gracias a mi esposa, ella siempre hace las cosas bien.

Me doy una ducha un poco rápida y me coloco ropa cómoda, me encuentro peinándome el cabello cuando una figura femenina atraviesa la puerta de nuestra habitación, me giro y sonrió al ver lo preciosa que se ve.

Esta vez sus rizos han desaparecido dejando su hermoso cabello castaño laceo por completo, tan largo que casi le llega a la cintura, este va atado en una pequeña diadema de flores muy combinadas con su maquillaje sencillo que resalta de maravilla el verde de sus ojos, sus mejillas se tiñen de rojo cuando me acerco para rodear su cintura y besarla con suavidad, ¿para que la prisa? si cuando es lento se disfruta mejor, es difícil permanecer alejado de ella cuando la deseo tanto, mis labios recorren cada centímetro de sus labios y parte de su rostro, mordisqueo su barbilla antes de separarme y mover mis manos sobre su vientre severamente abultado apenas visible.

—Hola hijo—susurro haciéndola sonreír mientras acaricio su vientre que lleva a mi hijo de casi 3 meses.

Irisha esta embarazada, ella va a darme el amor de otro hijo y yo no puedo amarla mas por ello.

Ya pasaron varios meses desde que nos casamos y debo admitir que me encanta ser su esposo, con Irisha las cosas son muy fáciles la mayoría del tiempo, es la mujer que siempre soñé.

Cada día se esfuerza por hacerme feliz como yo también me esfuerzo, todo es mutuo y por ello tenemos un buen matrimonio, común como cualquier otro.

Soy el hombre mas feliz desde que despierta a mi lado cada mañana, desde nuestras conversaciones antes de dormir, soy feliz en cada uno de sus logros y al saber que soy su motivo de seguir, soy feliz al saber que es un excelente ejemplo a seguir para mi hija, soy feliz al tenerla a mi lado.

Corazón OscuroWhere stories live. Discover now