Capitulo 44

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—¿Dónde esta?—pregunto al borde del colapso.

Los nervios van a matarme si no lo veo ya mismo.

—Esta encerrado en su oficina, no ha salido de allí toda la mañana—me responde Ofelina con vos nerviosa porque literalmente me ha colado en la casa de los Caruso aunque bueno, Emilio y Bruno ya saben que estoy aquí.

—Joder no estoy segura de hacer esto—digo sosteniendo mi estomago—, ¿Qué voy hacer si el me rechaza? no voy a poder soportarlo.

Ofelina rueda los ojos.

—El jamás te rechazaría tonta, estoy segura que se pondrá feliz de verte—se que trata de tranquilizarme pero ninguna de sus palabras lo hará—, el señor ha estado tranquilo estos días.

Solo espero no joder su paz.

—Bien, soy una mujer fuerte y voy hacerlo—digo animada.

—¡Esa es mi chica! ahora adelante—me da un brusco empujón hacia las escaleras, la miro mal antes de comenzar a subirlas—, ¡suerte!

Las piernas me tiemblan y las manos me sudan horrible pero no puedo evitarlo, no lo he visto en meses y se que debo de ser fuerte porque verlo va a noquearme por completo.

Al subir las escaleras camino por los pasillos que conozco a la perfección hasta llegar a la puerta que da acceso a la oficina de Marcello.

Doy una respiración profunda arreglándome el cabello y alisando mi vestido, debo verme bien y calmada, lista para hablar y no crear conflictos.

Si el se quiere desahogar voy a dejar que lo haga de una buena manera, no insultándome.

¡Joder esto será difícil!

Abro la puerta de golpe porque no lo soporto mas y al entrar me quedo paralizada al verlo.

La oficina esta tal y como antes, el escritorio se encuentran en el centro de la habitación justo al lado de una enorme ventana por donde entre una fresca brisa entra removiendo algunas paginas de documentos abiertos y libros.

El se encuentra allí.

Sentado detrás de su escritorio.

Y luce jodidamente como un ángel, el ángel mas bello que he podido contemplar.

Hoy lleva puesto una de esas camisas de cuello de tortuga blanca que se apega perfecta a su torso y trabajos brazos dándole ese toque de ejecutivo sensual, su cabello negro esta mas largo de lo normal tanto que algunos mechones chocan con sus pestañas rizadas y me pregunto si no le molesta sentirlo.

Su piel esta un poco pálida pero sigue teniendo ese mismo brillo característico de Marcello Caruso.

Parece atento a lo que sea que escribe en unos documentos pero se que ha escuchado que alguien ha entrado.

—Ya te he dicho Ofelina que toques antes de...—finalmente su rostro se levanta permitiéndome admirar el azul de ensueño de sus ojos.

¿Dejar de amar a este hombre? imposible.

Por un momento siento que todo a nuestro alrededor se paraliza y que solo quedamos el y yo, nuestras miradas fijas pendientes del otro, no paso desapercibido la confusión y la sorpresa en sus pozos azules.

—Hola Marcello—saludo con voz temblorosa, el se pone de pie y rodea el escritorio para acercarse a mi y jamás dejara de sorprenderme su magnifica estatura, es tan alto que siempre debo elevar la mirada para observar su rostro.

Mi corazon parece correr un maratón cuando el finalmente se acerca y queda frente a mi.

Su respiración es agitada tanto como la mía y su mirada perdida, el rostro le permanece serio y lleno de confusión y comienzo a temer por su reacción.

Corazón OscuroWhere stories live. Discover now