Capitulo 26

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Narrado por Marcello (+18)

—¿Vas a quedarte viendo o vas a venir a mi?—le pregunto al borde de lanzarme sobre ella pero me contengo.

Su pequeño cuerpo se acerca a mi poco a poco y yo no puedo evitar observarla de la manera en la que lo hago.

Es una diosa.

Ver la forma en la que su rostro va sonrojado y sus ojos dilatados es incomparable, sus labios lucen mas gruesos de lo normal que me piden a gritos que los bese. Su larga cabellera cae sobre sus hombros hasta el punto de cubrir sus pequeños pero gloriosos pechos que son mi perdición, puedo ver sus pezones erectos mandando pulsaciones a mi miembro y no solamente eso, también lo hace ese abdomen plano, esa diminuta cintura y anchas caderas que se acoplan perfecto al grosor de sus piernas, el verla así frente a mi solo me hace pensar en lo afortunado que soy al tenerla para mi.

—¿Puedo bañarme contigo?—pregunta tímida.

Eso y lo que quieras, digo en mi mente.

—Ven—digo tomando su mano delicada y halándola hacia la regadera que deja caer el agua en un punto medio, ni tan fría ni tan caliente. Su bonito cuerpo se postra frente al mío e inmediatamente sus rizos se empapan, ella sonríe al observarme—, ¿que?

—Eres tan grandote—dice recorriendo mi cuerpo con su mirada, no paso desapercibido que su vista se detiene varios segundos en mi excitado miembro, eso me prende mas.

—Si soy grande—digo vanidoso, dejo un beso en su frente.

—Me gustaría ayudarte, ¿puedo enjabonarte?—asiento de inmediato.

Ella toma una barra de jabón de la repisa llenando sus manos de espuma, poco a poco comienza a recorrerlas por mi pecho y hombros, su toque arde demasiado sobre mi.

—Irisha...—gimo al sentir como sus manos se pasean por la V de mi abdomen.

—¿Pu-puedo tocarte?—pregunta, se a lo que se refiere, puedo ver el deseo brillar en sus ojos.

Asiento porque no se como hablar y mucho menos cuando sus manos bajan a mi miembro y aprietan con suavidad.

¡Maldición!

Coloco mis manos contra la pared acorralándola mientras ella acaricia mi miembro en un vaivén suave pero excitante, cierro mis ojos al sentir como sus manos suben y bajan masajeando toda la longitud, incluso no se detiene allí ya que poco a poco acaricia mis bolas.

—¿Te gusta?—pregunta con voz ronca mientras deja un beso sobre mi tatuaje, asiento.

—Me encanta—digo atreviéndome a pellizcar sus pezones—, ¿vas a dejarme entrar en ti? por que no lo soporto ni un segundo mas bonita.

Jadeo al sentir mis pellizcos.

—S-si—susurra dejando de tocar mi miembro duro.

—Hoy no será como la primera vez—le digo mientras paseo mis dedos por su intimidad para asegurarme de que se encuentra lo suficientemente húmeda para mi, el agua que nos empapa ayuda en el proceso.

—¿No?—pregunta sonrojada.

—Hoy será duro bonita—es lo único que digo antes de tomar su trasero y pegarla a mi para besarla. Sus labios me responden con rapidez acompañándome en este momento de lujuria en donde lo único que buscamos es el placer, nos besamos de una forma desmedida y sin control en donde ella muerde mis labios con rudeza.

—Esta bien—sonrió ante su voz ansiosa.

En un fácil movimiento paso mis manos bajo sus muslos y la levanto dejando su rostro al mismo nivel que el mío, ella se sujeta a mi cuello con fuerza.

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