veintinueve

1.1K 92 149
                                    

Xia, 2022

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Xia, 2022

No noté, en ninguno de los siete días que pasé en Finlandia junto a Skylar, ese frío del que todo el mundo hablaba y, sin embargo, en cuanto puse un pie en el apartamento de Kavan, me eché a temblar como si todavía estuviera rodeada de nieve pisoteada y lagos congelados.

Fue como si el peso de todo por lo que había pasado en esa semana tan larga hubiera decidido que era el momento idóneo para comprimirme los hombros y hacerme volver a esa realidad de la que tanto había tratado de escapar, poniendo kilómetros de distancia y aislándome de las redes sociales para no caer en la misma rutina de siempre.

Entrar en mi perfil y leer los comentarios había pasado de ser algo que hacía para animarme y ver el apoyo de esos fans incondicionales que llevaban meses pendientes de cualquier tipo de noticia, a una tortura a la que yo misma me exponía para descubrir si de verdad era tan fuerte como creía y si tenía esa fortaleza de la que tanto solía alardear.

Aunque ya no había apenas comentarios negativos —y los pocos que había contaban con un séquito de personas que me defendían a capa y espada, silenciando todos esos insultos dirigidos hacia mí y mi trabajo—, pesaban demasiado. Eran como losas y losas que se apilaban una sobre otra hasta taparme por completo, sin dejarme un solo resquicio por el que poder respirar y llenarme los pulmones.

Antes de contárselo a Skylar y de abrirme en canal como nunca lo había hecho con nadie, me había planteado rescindir todos los contratos que tenía apalabrados, borrarme todas las cuentas públicas con las que contaba y simplemente desaparecer del mapa. Volver a China para trabajar en una de las tiendas de cerámica de mi madre o retomar las clases de baile que había sacrificado para priorizar y seguir forjando mi carrera como actriz.

Hacer como si nunca hubiera existido.

Después de explicarle las cosas con todo lujo de detalles, me di cuenta de que eso no era lo que de verdad deseaba. No quería tener que llamar a diferentes empresas y deshacerme de lo que tanto me había esforzado para conseguir, tampoco hacer saltar las alarmas de quienes me seguían desde que todo había comenzado. Y, sobre todo, no quería regresar a mi país con el rabo entre las piernas y una maleta cargada de frustraciones y sueños rotos.

Aunque tomar las riendas de mi vida tampoco sonaba algo del todo apetecible, no cuando llevaba tanto tiempo acostumbrada a que los demás decidieran cada aspecto de mi día a día, sabía que era lo que debía hacer. Había tolerado demasiadas cosas a las que debería haberle puesto freno antes de que se me escaparan de las manos.

Era consciente de que no sería nada fácil.

Pero, por una vez, no iba a dejar que aquello me detuviera.

—¿Te importa si me doy una ducha antes? —le pregunté a Kavan después de deshacer el equipaje y meter la ropa en la zona del armario que había denominado como la mía.

Tréboles para KavanWhere stories live. Discover now