El diablo se viste de santo y lo único que queda es pecar con él. Regresa el abogado Rostov. Un hombre cruel, sin escrúpulos, que no tiene debilidad alguna. O eso creía. El abogado más temido de todos se enamora de una mujer cuya apariencia juvenil...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cassian
Miro las llaves del Bugatti en mi mano, intentando procesar lo que acaba de suceder. "Jodida loca," murmuro. Mi coche... mi auto de lujo, ese que me ha costado más que la mayoría de las casas, y ahí está, con un nuevo "look", cortesía de la malcreada . Mavie no tiene frenos, literalmente. Pero en vez de estar furioso, lo único que pasa por mi mente es lo peligrosa que es. y lo adictivo que se está volviendo todo esto. Mis pensamientos se interrumpieron bruscamente por la molesta voz de mi secretaria, llamándome desde la puerta.
—Voy a despedirte Lucia.—le grito harto de su interrupción.
—Soy Aria señor—Puede corregirme todo lo que quiera. No me importa quien sea ni como se llame—Disculpe pero...
—Tienes dos segundos, y ya van contando...
—Señor Rostov, hay una mujer que lo busca.—adiciona de prisa.
—¿Qué mujer?—interrogo.
No he follado con nadie en dias, dudo que alguien me busque. Nunca doy mi número de teléfono, no acordamos una segunda vez. ¿Quién demonios me está buscando?
—La señorita Renée, señor.
¿Renée? ¿Qué demonios quiere ahora? Seguro viene a pedirme algo que no puedo hacer por ella.
—Infórmale que no estoy disponible. Tengo asuntos más importantes que atender que perder el tiempo con sus caprichos.
Permanezco en mi asiento mientras ella entra, observándola con indiferencia. Su atuendo elegante y sofisticado, no logra nada en mi. Para mí, es simplemente otra persona buscando favores o atención. La secretaria se va, dejándome a solas con esta víbora que me devora con los ojos.
—Abogado, necesito una asesoría. ¿Me ayudaría?
—¿Ayuda? ¿Por qué debería ayudarte? No tengo tiempo para tus problemas. Si no puedes manejar tu vida, no es mi responsabilidad solucionarlos por ti.
—¡Aug! Eso dolió ¿porque eres así de cruel?
—No me interesa ser amable.—expresé de manera inequívoca.
—Podemos ser amigos: abogado Rostov.—propone.
—No te confundas conmigo. Solo somos mi sombra y yo, incluso ella está por debajo de mí.
—Entiendo.
—No espero que lo hagas.
—¿Y qué tal si vuelves a ser mi abogado? Necesito ayuda con algunos asuntos legales.
—Fui tu abogado una vez. Creo que una vez es suficiente, ¿no crees? Hay muchos abogados mediocres en el bufete que estarían encantados de ayudarte.