CAPITULO 6

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Me tiro en la cama a descansar cuando de repente veo cómo se abre la ventana de mi habitación y allí estaba él, todo estaba oscuro, no podía ver su rostro, por la luz de la luna solo podía ver sus movimientos cuando de pronto se fue acercando más y más hacia mi cama, me sentía agitada pero tranquila; subió a mi cama, tapó mis ojos con las sabanas y me susurró al oído: -déjate llevar- .

Tomó mis brazos, me los puso hacia arriba y con suaves movimientos rozaba su cara junto a la mía, hacía que mi piel se erizara y que mi cuerpo temblara. Sentí como sus suaves y mojados labios besaban con ternura todo mi cuello, rozaba sus labios hasta mi oreja y podía sentir como tiernamente besaba mis mejillas, lentamente fue bajando hasta mis labios, que pedían a gritos sus besos. En ese momento sentí una necesidad, con cada roce de sus labios con mi piel se estremecía mi cuerpo; esta sensación jamás la había sentido.

Pude sentir una electricidad que recorrió todo mi cuerpo cuando nuestros labios se fundieron en un beso tan profundo, pasional y con mucha necesidad y desesperación. De un momento a otro fue desabotonando mi pijama y sus suaves manos acariciaban mi piel, una de sus manos subía por mi muslo lentamente, el momento se estaba tornando apasionado, no sé por qué sentí la necesidad de ser suya por un instante, cuando de repente sonó mi celular y casi caigo de la cama -Todo era un sueño-.

Había despertado de un sueño tan intenso y apasionado, estaba agitada y sudada. Me levanté de la cama y fui por un vaso de agua, y en mi mente me decía -Te estas volviendo loca Andrea? Sueñas que estas a punto de hacer el amor con alguien a quien nunca has visto, con alguien de quien solo conoces el sabor de sus labios; que te está pasando Andrea? No puedes enamorarte de unos labios y una voz solamente. Reacciona por favor, te estás dando cuenta de todo lo que soñaste...

Con una sonrisa pícara en mi rostro volví a la cama para tratar de dormir otra vez.

SAMUEL: Decidí salir a caminar porque sus labios han estado todo el tiempo en mi mente, su olor y toda ella me hacen suspirar. Necesito encontrar la manera de acercarme a ella de una manera sutil; ella me debe estar odiando desde la primera vez que arruiné su pintura. Es tarde así que tomo un taxi para que me lleve a casa.

NARRADOR

Andrea no podía dejar de pensar en quien habría sido aquel que se atrevió a besarla, estaba confundida nunca había sentido algo así que le estremeciera el cuerpo. Nunca se había enamorado, su tiempo se lo había dedicado al rancho y juró nunca enamorarse. Samuel no podía dejar de pensar en esos ojos hermosos y en los suaves labios de Andrea. La única diferencia es que Samuel conoce a Andrea y ella solo suspira por unos besos que le llegaron al alma. Ambos se quedaron dormidos pensando el uno en el otro.

AL DIA SIGUIENTE

Andrea se despertó muy contenta, por fin era el primer día de clases. A las 9 de la mañana empezaba su primera clase de danzas modernas, a ella le encanta bailar. Samuel se había quedado dormido hasta que su alarma sonó por tercera vez, se paró casi corriendo de la cama y apenas pudo tomar un baño rapidito. Ni siquiera recordaba su clase de danzas modernas.

ANDREA: llegué temprano a la universidad, fui a la cafetería por algo de desayunar para esperar la hora de clases. Compré un café y un croissant cuando de repente alguien me habló.

ALEXANDER: Hola, me puedo sentar aquí?

ANDREA: Hola! Claro, no hay problema.

ALEXANDER: Mucho Gusto, me llamo Alexander y soy de Madrid.

ANDREA: Que tal, soy Andrea de Houston. El gusto es mío.

ALEXANDER: Perdona que me haya sentado aquí, es que no había lugares disponibles en otras mesas, te vi y me dije: esta señorita tan hermosa y sin nadie que la acompañé.

ANDREA: No lo escuché, Solo pensé -Será que fue él quien me besó ayer, pero no le puedo preguntar eso, como se te ocurre Andrea Del Junco-

ALEXANDER: Hey! Hola me estas prestando atención?

ANDREA: Pero por supuesto. Que cosas dices. Bueno me tengo que ir es hora de ir a clases. Adiós! Tomé mi bolso y mi libreta; estaba lista para ir a clases.

SAMUEL: Llegué apenas para entrar a clases, habían muchos compañeros, eramos unos 30 más o menos; cuando mi deseo de verla se estaba cumpliendo, hoy se veía más hermosa que de costumbre, usaba un labial rojo que resaltaban con el color negro de su cabello, miró para atrás y me sonrió, le devolví la sonrisa cuando me percaté que no era a mi a quien sonreía, sino a un joven que estaba sentado en la fila de atrás. Sentí como mi cara se tornaba roja de la vergüenza.

ANDREA: Miré para atrás y estaba aquel chico de la cafetería así que le sonreí para no parecer grosera. El profesor llegó e impartió las reglas dentro del grupo. Nuestra primera prueba era buscar una pareja y al ritmo de la música intercambiar de parejas hasta llegar a nuestra pareja escogida. Empecé a bailar con Alexander quien me sonreía como un tonto a cada instante y no podía entender el porqué.

SAMUEL: No sabía lo que me estaba pasando, sentía algo recorrer mi cuerpo, odiaba verla con él. Seguimos las instrucciones del profesor, tomé mi pareja y la música empezó. El maestro indicaba cada cuanto cambiar de pareja y así pasó el tiempo hasta que llegó a mis brazos, en ese instante el tiempo se detuvo para mí, sus ojos, sus labios, su rostro, es realmente hermosa. No me atreví a hablarle, estaba seguro que reconocería mi voz.

ANDREA: Empezamos a intercambiar de parejas hasta que me tocó llegar donde un joven que me miraba con cara de tonto, luego recordé aquel rostro. Ese rostro que nunca olvidaré... Una sensación extraña se fue apoderando de mi cuerpo, abrí mis ojos muy grandes haciéndole entender que lo había reconocido. Cuando de repente habló y el mundo cambió en un instante...

Dos Caminos, Un solo Destino.Where stories live. Discover now