Dos Caminos, Un solo Destino.

CAPITULO 20

ANDREA: Estaba tan llena de placer, sus besos, sus caricias me habían hecho perder el control, me encantaba todo él.

Mis manos descubrían y acariciaban su pecho, mientras besaba su cuello con ternura, ya no aguantaba, subí desesperada hasta su oído susurrándole suavemente:-Deseo con toda mi Alma ser completamente tuya Samuel-.

SAMUEL: Podía percibir su agitada respiración, había recorrido con caricias cada parte de su cuerpo mientras mis besos complementaban el juego de conocerla, de sentirla mía.

Con cada caricia podía sentir como se estremecía, sus ojos clavados frente a frente con los míos era lo más maravilloso del mundo. Abrí los ojos cuando me pidió que deseaba ser completamente mía, pero si ya lo era, no necesitaba entrar en ella para hacerla mía.

Mientras besaba sus hombros con pasión empezaron a caer gotas del cielo, miré hacia arriba y una tormenta se estaba aproximando. El cielo se había tornado completamente gris y se escuchaba el sonido de los truenos como si el cielo se nos fuera a caer encima.

Estábamos tan llenos de amor y pasión que habíamos olvidado por completo el resto del mundo, estaba anocheciendo cuando empezó a llover muchísimo más fuerte.

ANDREA: Samuel seguía besándome con mucha intensidad, estaba deseándome tanto como yo a él. Sentí como detuvo sus besos, había olvidado por completo la noción del tiempo, gotas de lluvia empezaron a caer en mi cara y el cielo se había tornado muy oscuro.

Miré a Samuel y dije: -Debemos irnos de aquí lo más pronto posible, cuando el cielo se pone así es porque una gran tormenta eléctrica se aproxima, lloverá con vientos fuertes, tendremos suerte si cada uno llega a casa.-

SAMUEL: Parece que conoces mucho de estas cosas verdad?

ANDREA: En Estos campos me crie, he vivido aquí toda mi vida.

SAMUEL: Entonces vámonos rápido.

ANDREA: Sal tú primero, me da vergüenza que me veas desnuda otra vez.

SAMUEL: Andrea Por Dios no es la primera vez que te veo así. Recuerda la vez de tu apartamento -reí- te veías hermosa, te tengo grabada desde ese día como una fotografía.

ANDREA: Sentí como mi rostro se puso rojo como un tomate de la vergüenza. Ese día entraste a mi casa como un ladrón y fue tu culpa por entrar sin permiso a donde no debes, y ya date vuelta que no es momento de discutir si es la primera vez o no.

SAMUEL: Está bien. Me di media vuelta, después de todo estar desnuda dentro del agua es diferente y la entiendo. Mientras torcía mi camisa que estaba empapada.

ANDREA: Salí de la laguna y empecé a vestirme mientras empezaba a llover cada vez más fuerte. Me había colocado la ropa interior cuando un relámpago fuerte me asustó y rápidamente me abracé a Samuel.

SAMUEL: Andrea me había abrazado por mi torso desnudo como esas niñas pequeñas cuando tienen miedo, estaba temblando y tenía la respiración muy agitada.

Tomé sus manos que abrazaban mi torso diciéndole: -Conmigo siempre estarás protegida Mi Princesa, ya ha pasado-. Me di media vuelta para darle un beso en la frente pero estaba en ropa interior y se veía realmente sexy. No podía dejar de mirarla.

ANDREA: Me estaba mirando de pies a cabeza, me encantó que lo hiciera aunque me comía todita con la mirada. Pero le dije: No me he terminado de vestir Samuel, deja de verme y date vuelta otra vez.

Me terminé de vestir, vi que Samuel se estaba colocando su camisa y pensé: -Si no fuera por la lluvia estarías allí en la laguna haciendo el amor con Samuel porque estabas dispuesta Andrea, luego miré su dorso desnudo mientras caían gotas de agua que le corrían hacia la parte baja de su abdomen, mordiéndome el labio inferior-.