Dos Caminos, Un solo Destino.

CAPITULO 37

Estoy más cerca de lo que crees... 

Andrea se quedó perpleja ante la nota que acaba de recibir, en su corazón se emocionó al pensar que podría tratarse de Samuel, pero negó al recordar que hace algunas horas había estado hablando con él, que se encontraba en Houston justamente.  Aquella nota estaba entre sus manos, sin remitente, pero hubo algo que se le hacía familiar en aquel papel que leía con rareza. Estaba escrita con una letra no común pero sí muy conocida. Los detalles que por un tiempo le llegaron al rancho Del Junco llevaban el mismo ritmo de palabras, era idéntica la escritura. Una duda se sembró en su cabeza, ¿Cómo podría aquel hombre saber donde se encontraban si nunca había sabido de él?. 

Entró a su casa, aún sosteniendo el papel en sus manos y se recostó en el sillón, cansada de caminar, sin siquiera darse cuenta se quedó en un sueño profundo, el estado en el que se encontraba cada día la agotaba más. 

Unas imágenes en forma de sueño entraron en su cabeza, se encontraba en una cascada hermosa, con aguas turquesas como sacado de un cuento de hadas, dentro de su desnudez apreciaba y admiraba cada rincón de aquel mágico lugar, en un santiamén una corriente recorrió todo su cuerpo,  Samuel  la agarró levantándola por la cintura y pegándola hacia su cuerpo, embriagándose con su dulce aroma mientras sus ojos estaban fijos en su boca y sin dificultad saboreó aquellos rojos y carnosos labios, la pasión se apoderaba del lugar mientras sus manos recorrían cada parte de su cuerpo, en el va y ven de aquel seductor instante un trueno la sacó de sus sueños. 

Andrea se levantó de un salto, a punto de caer pasó la mano por la frente y por sus mejillas el sudor corría como gotas de lluvia, aquel caliente y apasionado sueño la hizo morder sus labios deseando algún día poder convertirlo en realidad. De pronto sacándola de sus pensamientos el timbre sonó. 

ANDREA: Que raro, no espero a nadie! -Pensó- 

por  un momento pensé que se trataba de un vago recuerdo que intentaba colarse, pero porqué estaba Samuel dentro de él? Ver sus ojos y sentir que lo conozco de siempre es una de esas sensaciones que me intrigan al estar a su lado. 

Quién es?

---------: Soy yo! Sorpresa

ANDREA: Sentí como mis ojos se abrieron como platos, no lo esperaba, pero verlo hizo saltar a mi corazón, estaba otra vez frente a el que se había adueñado de mis pensamientos desde que lo conocí. 

Hola! Que que demonios haces aquí? Eras la ultima persona del mundo que esperaba ver frente a mi puerta.

SAMUEL: Parece que viste un fantasma... Acaso así recibes en tu humilde morada a tus viejos amigos?

ANDREA: Permiteme reírme, no quiero sonar modesta pero si es humilde... Y que viejos amigos, ni que ocho cuartos, tu y yo no somos viejos amigos, somos conocidos que la casualidad del destino así lo quiso. 

SAMUEL: Segura -- que -- no -- somos -- viejos -- amigos -Entre cada palabra dicha, me acercaba más hacia ella- . 

¿Cómo le llamas a esto que siento cada vez que estas cerca de mi? ¿Acaso tú no puedes sentirlo? Le doy mil gracias al destino, porque has sido mis más bonita casualidad Andrea. 

ANDREA: Yo.... yo.... yo no siento nada, sólo han sido dos veces las que nos hemos visto ¿Cómo quieres que sienta algo por ti? 

SAMUEL: Porque no me miras a los ojos? Acaso tienes miedo? 

ANDREA: Por favor, ya no sigas... 

SAMUEL: -Acercándome más a ella- Quiero sentirte, Déjame darte un beso, necesito besarte 

ANDREA: No Samuel, no lo ha... -Sin terminar la frase sus labios buscaron con desesperación los míos, mientras deseaba no responder a aquel acto la razón simplemente había dejado de tener importancia, fue un beso raro, buscaba algo más; esos labios sabían  mejor a como los imaginaba y por unos segundos subí al cielo y regresé. 

Nuestros cuerpos se rozaban con delicadeza mientras nuestras bocas se movían al ritmo de una hermosa sinfonía, lo agitado de nuestras respiraciones y el suave contacto de nuestros  labios era magistral. -

SAMUEL: Sabía que aún después de tanto tiempo la necesidad  de sus besos era esencial, me sentía como un adicto a su droga, ella lo era todo en mi vida, mientras la besaba mis manos recorrían su cintura y al tocar su vientre me separé de su boca con asombro y mis ojos así lo dieron a saber. 

Andrea tú, tú estás... 

ANDREA: Sí Samuel, EMBARAZADA, estoy embarazada, estoy esperando un bebé. -Bajando la mirada con tristeza- 

SAMUEL: No puedo negar que la noticia me tomó por sorpresa, pero una chispa de felicidad floreció en mi corazón, yo podía ser el papá de aquel pequeño ser que crecía en su vientre.

Hey, -Tomando su barbilla y alzándola para que me mirara-  Nada de tristezas, no tienes porqué avergonzarte de lo que llevas allí, es tu bebé. 

Ahora comprendo todo, aquel día huías verdad?

ANDREA: No conoces nada de mi vida Samuel, no entenderías, lo que más rabia me da es que ni siquiera yo sé nada de mi propia vida. -Mientras una lágrima corría- 

SAMUEL:  Porqué Huiste?

ANDREA: No lo hice, las circunstancias me obligaron a partir a un lugar donde mi bebé pudiera tener un hogar lleno de Amor. 

SAMUEL: Andrea, yo puedo darles mucho amor, sólo déjame ser parte de tu vida, de ser parte de su vida -Tocando su vientre con delicadeza-.

ANDREA: No entiendes Samuel, las cosas no se hacen de esa manera, hay muchas cosas que necesito descubrir, yo no recuerdo nada de mi pasado, no sé quien es el padre de mi hijo, pero no porque yo así lo decidiera, simplemente el destino se ha empeñado en jugarme una mala pasada. 

Yo estoy segura que lo amé con locura, necesito encontrarlo... 

SAMUEL: Yo te juro que quisiera decirte....