CAPITULO 3: Hetero & Homo ✓

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— Infiernos - susurro para sí mismo, el castaño - Me han colocado en la misma habitación que un sordo.

— No estoy sordo, mocoso impertinente - salió de su ensoñación y asombro, Yoongi - Y debes salir de mi cama, infeliz, odio que extraños la toquen... Ni siquiera los carceleros aspiran a mirarla.

— Que maldita princesa - le regalo una sonrisa perezosa, con aires de soberbia y altanería - Pues te aguantas hasta dentro una hora, hora y media, a que me quite - desafió sin mayor esfuerzo, volteando a verlo. Su cabello húmedo sobre su almohada.

— Hijo de puta - apretó los puños, Yoongi - no pudiste, siquiera, secarte el puñetero cabello; quitarte tus horribles sandalias, no lo sé. Humildad para tu anfitrión, antes tirarte en MI CAMA - fastidio fulgurante en sus ojos - ¿Qué no te dieron una cucha personal?

— No fue mi idea meterme aquí, precioso - soltó sarcástico - Así que no me toques los huevos.

— Entonces muévete, ordinario.

— No puedo, cabrón, así que cierra la maldita boca, o cuando pueda moverme, te juro que...

— ¿Juras qué? No prometas cosas que no podrás cumplir, crío; y deja de amenazarme, que te encuentras en mis dominios.

Yoongi trato de hacerlo sonar como que la habitación era de su propiedad, pero notablemente se había equivocado cuando el chico continuó revelándose.

— Creí que eran los dominios del chupa pollas de Choi, pero veo que he dado con la suite presidencial de la puta del jefe - sin vérselo venir, una de las pálidas y finas manos de Yoongi, prohibía el paso del aire a Jimin. Aun así, el menor no se mostraba intimidado por eso - Su-suéltame.. Pu..

— Escúchame bien, pendejo sin educación alguna, porque esta será la única vez que te lo aclare - dijo zamarreando al moreno por el pescuezo - Yo no soy un maldito homosexual - le escupió en la cara, con toda la cólera del mundo - Y mucho menos la puta de nadie ¿Me entiendes? Hijo de la gran puta.

Luego de su aclaración, Yoongi soltó despectivamente, y sin el menor cuidado, al mas joven; le regaló una mirada cargada de odio, alejándose la misma cantidad de centímetros que se había acercado para su "amistosa declaración".

Jimin chasqueó la lengua y apartó su mirada de la chocolatosa ajena, esto desconcertó por un momento al pálido, pero luego, como un relámpago, sus especulaciones lo azotaron, recordando las malditas palabras de Choi. Esas que le daban poco margen a la imaginación, sobre la clase de trabajos que el moreno debía realizar, y que no serían otros, más que ser violado, para posar frente a una cámara de vídeo.

Min recorrió suavemente el lado izquierdo de su garganta, con la punta de sus falanges, justo por donde pasaba la carótida, llenando su mente de impotencia, recordándose nuevamente cuánto odiaba a los homosexuales. Más allá de esto, debía convivir con Jimin desde ahora, y no podía darse el lujo de echar a ese revoltoso y desbocado crío, a la habitación de otro de sus compañeros, porque sería la acción menos humana del año, que haya echo.

Fácilmente puede deducir que Jimin no saldrá mejor parado, de ninguna de esas habitaciones. Quizás sí de tres o cuatro, pero no quería jugar con la suerte del muchacho.

Era convivir con él o dejarlo a su suerte, con los lobos.

— Mira, lo siento ¿bien? - dijo lo más seco que pudo y luego le dio la espalda a Park - No soy la persona más sociable, y no es una gran hazaña sacarme de quicio o alterar mi humor, porque es algo que esta en mí, y tiendo a perder el control con facilidad - mordió la esquina de su labio. Cuanto detestaba humillarse - Pero tuviste gran parte de la culpa, así que, lamento aprovecharme de tu estado de... ¿Eres así de perezoso siempre? - cuestionó algo desorientado, una vez entró en razones.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Where stories live. Discover now