CAPITULO 38: Inútil ✓.

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Pasos y objetos moviéndose se oían lejanamente, se removió entre las sábanas y apretó los ojos sin ganas de abrirlos, estaba tan malditamente exhausto. Cansado pero aliviado, arrugó la nariz con una sonrisa rara en los labios al reconocer el dolor en su espalda y la molestia en el hombro derecho, si se lo hubiese dislocado también estaría bien para él porque serían signos de realidad; el se acostó con Yoongi de nuevo.

— Qué cara de mogolico que tenés - entendió a las justas en español.

Y si tenía cara de tonto ¿Qué?. Giró dentro de su espacio para lateralizar su cuerpo, sintió la ropa de cama sobre él y por ende no se preocupó de estar desnudo aunque sintió también la tela de la ropa interior, las sábanas debajo ligeramente húmedas. Se avergonzó porque tocó sus muslos y entre pierna, todo estaba limpio, o sea  que el rubio lo limpió.

Se quedó varios minutos así rememorando cada caricia, palabra y beso durante el acto, estaba flotando en una nube de algodón cuando se sentó de golpe y la punzante consecuencia del vigor ajeno golpeó sus caderas; tenía ganas de quejarse con el ejecutor de su molestia pero no lo encontró a primera vista, lo dejó pasar porque si no fue un sueño acaba de escuchar a Calleri hablar su idioma y Yoongi en ningún término se quedaría. Jimin pensó que Min todavía creía que el aceptar el sexo con otro hombre degrada su masculinidad o valor humano, de otro modo no entiende por qué no está ahí, cumpliendo la fantasía de verlo y ser visto apenas despierta, rostro hinchado, labios rojos, ojos pesados, actitud caprichosa y mimada tal vez o posesiva como cuando follaban, el cabello enmarañado, ¿Sería del tipo que mima o quiere otra ronda?

Se desilusionó brevemente pero remontó al vislumbrar una segunda vez para esta partida, una tercera vez, cuarta, muchas, Jimin quería una confesión, maldita sea, ellos eran el uno para el otro pese a la discusión previa al sexo. Cobarde y convenientemente, ni quería pensar en todas las estupideces que se dijeron, no valía la pena cuando hicieron lo que hicieron y Yoongi se lo dijo...

"Entonces te haré mío."

Suyo, maldita sea. El estómago se revolvió y mordió la sonrisa animada, se retiró las mantas y pensó en limpiar rápidamente todo y ventilar el cuarto, si fue Jonathan quién entró y no se quejó a primera hora del  olor a sexo y sudor, entonces no lo notó, porque nunca dejaba pasar una oportunidad para burlarse de él.

JiMin se apresuró para ingresar al sanitario, con dolores y todo, si se quedaba de perezoso en la cama jamás se acostumbraría a la punzada en su espalda; lo sorprendió la regadera encendida...

«Quizas soñé a Calleri y él sí se quedó»

Todo en su abdomen se contrajo y respiró plumas porque acariciaron todo el camino hasta su pecho, no era sólo deseo por verlo desnudo e inmaculado, eran estás estúpidas "mariposas" que te ponían el cuerpo estúpido y flojo, esa emoción y anticipación de ver al chico que te gusta, ¿Hace cuánto él no siente esto? Y en vez de adrenalina buena y sana, solía sentirse enfermo cuando encontraba otra persona en la habitación, después de que las drogas le devolvieran la fuerza y consciencia.

«Esta vez sí quiero verlo. Sé que me acosté con Yoongi»

Tenía catorce años la última vez que se sintió tan tonto e inocente, aunque los planes no lo eran tanto, la expectativa le ganó cuando la lluvia al otro lado de la mampara dejó de caer.

«Tiene que ser Yoongi»

— ¿Qué mierda, te le vas a meter al argen? Y el dale que niega comerse tu dona. Sabía que joteaban.

— ¿Briseño? - se giró y avergonzó tan repentinamente que reconoció despistado al mexicano ahí, asustandose de exponer a Yoongi - Sólo vine por una toalla.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt