CAPITULO 21: Cielo ✓

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El color chocolate de los ojos de Yoongi había adquirido nuevamente ese brillo que dejaba al menor sin aliento,  no quería decir nada al respecto aunque tampoco podría si lo quisiera, esperando con ansias y antelación la promesa en aquellos ojos lujuriosos e insinuantes; el deseo desbordaba innegable de ellos y Jimin adoró la honestidad en la mirada del rubio.

Yoongi dió una mirada alternativa al castaño que a solo le supo a insinuación debido a los ojos intensos y deseosos que rogaban una respuesta afirmativa; los labios rojos y finos del rubio se humedecieron con la misma lengua de Yoongi y Jimin detuvo el promiscuo impulso de abrir sus piernas, asintiendo a la pregunta muda de permitir ser avanzado. Tenía todo el cuerpo caliente y tembloroso con tan poco que se sintió brevemente confundido, recuerdos de simples meses atrás le llegaron cristalizados y filosos, donde hombres que el no conocía ni le gustaban tocaban su piel bruscamente y le hacían marcas dolorosas y poco excitantes.  Entonces no se podía creer tan complacido bajo el cuerpo esbelto y delicioso de Yoongi que se frotaba suavemente, y quizás sin razonamiento, contra su abdomen firme.

Jimin se sonrojo cuando notó conscientemente la erección restregandose perversa sobre su estómago, mirando directo el rostro de Yoongi que sonreía sensual e inalcanzable, relamiéndose nuevamente los labios cuando Jimin aprobó sus caricias y petición.

—  Buen chico - bramó pesado, muy cerca de su oído, acariciando con la punta de su nariz la oreja del moreno -  Seré bueno contigo - besó donde estaba y paseo sus finos dedos por sobre el pecho ajeno.

Era incomprensible y hasta abrumador que el mínimo roce de Yoongi consiguiera estremecer a Jimin, de tal manera que se erizó el vello de sus antebrazos. No quería que fuese así, tan obvio y fácil de controlar para el rubio.

—  No es como si fuera virgen - provocó, moviendo su cadera para hacer saber al otro que el también era un chico y estaba desesperado justo ahora.

Jamás en la vida lo admitiría libremente, pero a Jimin le encantaba ser tomado y poseído, mimado en el sentido de ceder el control para permitirse disfrutar únicamente; más allá de que es el roll que le designaron  en el mundo oscuro y terrible al que pertenecía antes, siendo forzado y participando en la propagación de material pornográfico homo contra su consentimiento, nunca lo disfrutó realmente y por ello tomaban ciertas "medidas" con él. Sin embargo, un cóctel de drogas no le haría falta nunca para estar en el sitio donde estaba justo ahora, esperando ansioso y con lujuria lo que vendría a continuación.

No recuerda haberse sentido tan impaciente y receptivo como en este momento, queriendo ser follado por Yoongi y que éste grave en su piel y recuerdos como es tener una noche a Min Yoongi, con la técnica que lo volvía "el mejor partido" a la hora de ser comercializado. También buscaba quedarse en la memoria de Yoongi, por igual.

—  No - sonrió travieso, la diversion en sus ojos, bailando - pero yo sí lo soy.

Los párpados de Jimin no pudieron abrirse más que en este momento, porque sus ojos escaparían de sus cuentas de ser posible; la confesión le mantuvo estupefacto pequeñas centésimas de segundos hasta que reaccionó, tarde, porque Yoongi ya había eliminado la distancia entre sus bocas, reclamando y adueñándose de los labios redondos y abultados del menor.

La voracidad del beso era tan abrumadora e invasiva que Jimin creía que Yoongi intentaba arrancarle la vida con su sola imponencia y seguridad, tocando donde quería, lamiendo, mordiendo y frotándose todo lo que se le antojaba. Sí, probablemente eso quería hacer.

Los labios de rosados y finos del pálido no rozaron con suavidad y duda los de Jimin, como éste le había hecho a penas entró al cuarto, sino que el contacto que inició Yoongi era uno que ya sabía que sería devuelto con la misma fuerza y calor, avasallando al castaño.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Where stories live. Discover now