CAPITULO 41 El comienzo del fin

1.6K 197 119
                                    

A pesar de tener las manos sudadas, su semblante era el mismo témpano inaccesible de siempre y trató de no felicitarse demasiado por ello, ya que Yoongi regresaría el día siguiente, pero nadie además de él estaba enterado de ello, y así debía continuar eso.

Se dirigió sin muchos preámbulos hacia el vivero de su rubio, esperando recrearse del menor en aquel sitio, deseando verlo observando las rosas con absoluta devoción como siempre que lo encontraba perdido entre esa maraña de ideas y preguntas sin salida ni resolución aparente. Amaba los ojos vivos y enigmáticos de Min, tanto como su personalidad arrabalera y despreocupada, haciendo polvo de los problemas llenos de incógnitas y respuestas terriblemente cerradas.

Sólo una vez cedió ante sus presiones y fue simplemente por el hecho de que el "negro y blanco" se reducían a morir o vivir, y claramente, con el cariño que había cogido por el mocoso pelinegro, el rubio elegiría desde ahora y en adelante la respuesta que él previamente había razonado para alcanzar sus ideales en cuanto a lo que esperaba y deseaba obtener del chico. Era ruin y despiadado, completamente bajadero y de mal gusto forzar la situación de ésta manera; pero Choi conocía a Min desde hace mucho y sólo diría en su defensa que el de ojos color chocolate le forzó a tomar éstas medidas que según él no eran desesperadas, sino oportunas y adecuadas.

Desesperado hubiera sido violarlo sin descanso, hasta que desarrollara síndrome de estocolmo, o hasta que la vista de tenerlo sobre sí mismo follándolo sin sentido fuera tan repugnante que ni siquiera el cariño por su hermana le retendría allí a su lado. Era tan probable que para lo segundo, que el moreno únicamente se dispuso a poner en marcha un plan a largo plazo, uno que dio buenos indicios al forzarlo a tener un compañero con la excusa del odio masivo en el sitio por su nacionalidad, esto acompañado de la conducta de Yoongi no favorecía la estadía segura y tranquila de Jimin, que sólo con dieciocho años debía adaptarse a éste estilo de vida que para nada era el suyo.

Seunghyun sabía que el mocoso Park era homosexual, por eso, además de ser una trampa para Min, era un castigo por haber asesinado su mejor prototipo de sádico en el mercado asiático, con expresiones reales y un apetito sexual excéntrico no fingido. 

Kim Namjoon había sido una joya que no esperó encontrar tan fácil y encarecidamente, pero sucedió y desde que entró al mundo de la pornografía los números subían a montones; ni hablar cuando impuso la temática homo para el muchacho, su aceptación no fue la más pronta, pero al ver que el cuerpo de un chico era más receptivo y duro que el de una chica, sin saber darse una respuesta así mismo sobre sus erecciones sin ayuda alguna de drogas adversas, Namjoon comenzó a repartir azotes sin miramientos o contemplaciones.

Todo un pervertido enfermo, excitado por torturar sexualmente a quien metieran en una misma habitación tras la cámara con él. Sencillamente excepcional.

Por eso, cuando descuidaron a Jimin los imberbes que tuvieron la divertida idea de escucharlo llorar ante las atrocidades que le haría Namjoon sin contenerse de nada, ya que le advirtieron de antemano que el chico era difícil de domar y por ello estaba sedado con la misma dosis que sólo toleraría un caballo, dejando sin esa dosis exagerada a Jimin, quien se harto al sentir el segundo azote y en un arrebato histérico de abstinencia por ese estado de confort que la droga le daba; tomó impulso con todas las de conseguir destruir el espejo delante de su cuerpo, utilizando su codo para conseguir su cometido y saliendo milagrosamente ileso, más o menos, tomó el fragmento más grande que vio y sin duda o titubeo alguno lo enterró en la garganta del moreno estrella.

La noticia le cayó como una patada en la entrepierna a Choi, y quiso matar al puto que descoció uno de sus bolsillos, pero mejor se las cobró con los idiotas aficionados que jugaron o intentaron jugar al verdugo con un chico notoriamente inestable. Y con el chico tomaría una venganza más humillante, con el muchachito que prefería participar de todo acto sexual como el pasivo, debido a que su hostilidad no dejaba otra opción aparte de hacerle un cóctel de éxtasis, cialis y mierda sedante, con las medidas justas tomadas por médico de porquería metidos en toda esa mierda que él comandaba.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Onde histórias criam vida. Descubra agora