Capítulo 29

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Pobrecilla

Con la ropa interior ya puesta abotonaba mi jeans cuando me fije como Josh perfilaba su barba, revolví mi cabello mordiéndome los labios, se veía tan sexy no podía creer que todo el fuese mío, me apoye en la puerta del baño.

— ¿Puedo ayudarte?

—Me miro de reojos— ¿Puedes?

Me recosté del lavamanos enrollando la punta de mis cabellos, sabía que eso lo volvía loco. 

—Bueno si me enseñas cómo, podré hacerlo.

Me tomo de la cintura —Ven aquí, si lo pides así como negarme.

Tomé la navaja y comencé a pasarla por sus mejillas como él me había dicho que lo hiciera, al principio estaba tenso pero al mirarme a los ojos le sonreí y se calmó.

—¿Sabias que te ves súper sexy así medio vestida?

—No —sonreí ante su jugueteo — no lo sabía.

—Listo — él estaba recién afeitado y olía delicioso, insistió en tener sexo sobre el lavamanos pero yo de verdad anhelaba mi dosis de café de las mañana, salí del baño escuchando sus quejas por habérsela dejado dura, aun así fui a la peinadora y me puse un poco más de brillo en los labios, lo veo aparecer de nuevo frente al espejo y arrodillarse tras de mí colocando una cadena en mi cuello, el dije era una figura de dos partes iguales con una hermosa nota musical, lo toque con mis dedos para ver cómo se veía en mi cuello, al darme la vuelta él se colocó otra cadena con la otra mitad del dije.

—De hoy en adelante tú eres mi otra mitad, no lo dudaré más.

— Josh es... es hermoso ¿dónde lo conseguiste?

— Lo mande a hacer especialmente para ti, no quiero que olvides nunca que siempre estaré en tu vida y tú en la mía, tú marcaste mi vida y yo quiero hacer huella en la tuya.

Lo abrace hablando a mis adentros... si él supiera lo dentro que está de mi piel.

— Vamos por nuestro café, ya sabes cómo nos ponemos sin nuestra porción de cafeína en las mañanas.

Dirigía el auto a la calle 76th y la avenida York — vamos a Le Moulin à Café ¿sí?

— Por supuesto también quiero comida francesa así aprovechamos y tomamos un desayuno - almuerzo— Pedimos nuestros cafés mientras esperábamos el desayuno y frente a nosotros vi acercarse a dos chicas y una señora.

— Hola Josh — él se levantó de la mesa como si lo hubiesen asustado.

— Hola tía — la beso en la mejilla mientras la hermanas mayores de él me mataban con la mirada.

— ¿Así que esta es la chica con quien piensas casarte? —se rieron las tres en forma burlona — ¡pobrecilla! — esperaba a que él me defendiera pero solo agacho la cabeza y luego las miró en silencio — nos vamos no queremos arruinar el desayuno de los prometidos — volvieron a reírse.

Tomó asiento pero no me miraba a la cara, en su lugar comenzó a jugar con una servilleta haciendo añicos con ella, decidí no tocar el tema así que me quedé en silencio, no entendía porque ese comportamiento de su familia y sus amigos, me trataban como si yo fuese insignificante para él, como si yo fuese muy poca cosa para ser parte de su familia ¿Por qué? Él no era mejor que yo en ningún aspecto, lo mire enfurecida esperando a que dijese algo pero no dijo nada.

Mi teléfono sonó, era una alerta de google así que aproveche y le mentí — Josh debo ir donde Rose, creo que no se siente bien, algo le sucede.

Me miró con rabia y tristeza yo tenía los ojos llenos de lágrimas que no salían

Tierna e inocente Dulce Desastre IWhere stories live. Discover now