Capítulo 41

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Eso no existe.

me quedo un rato pensando en la pregunta de Rose -No tengo que hacer nada, No tengo que asumir ninguna decisión al respecto, Alex es solo mi amigo y Josh... Josh es él hombre que se va de mi vida cuando quiere sin saber que somos y que seguimos siendo. Los dos deberán comportarse.

Veo a la mesa de la sala y el nombre de Alex se asoma en la pantalla, abro el sobre del texto y leo. –Sería un honor para mí llevarte a la fiesta de despedida, solo dime que quieres que te acompañe y allí estaré... -dudo un momento en responder, pero entonces lo hago.

-Alex gracias eres muy amable, he quedado en asistir con Rose de igual forma espero verte por allá, Megan.

-Has hecho bien- me suelta Rose al tiempo que vigila mi mensaje.

-Quiero pasarla bien, la verdad será la última fiesta de la fundación donde estemos, no sé si vuelva a ver a Scarleth, a todas las licenciadas y a las chicas que trabajaron allí con nosotras, no quiero ir y sentirme presionada por alguno de los dos.

Subimos a la habitación y Rose me ayuda a recoger mi ropa, puedo ver que se le han salido varias lágrimas en silencio, me vuelvo a abrazarla y le digo que todo estará bien, los cambios son necesarios, hay que seguir adelante.

-Es que... pasamos tantos momentos bonitos aquí Meg.

-Lo sé, y nos esperan tiempos mejores, en otros lugares. Le doy una idea tratando de animarla -¿te parece si quedamos mañana en la mañana para ir a comprar algo para lucirlo en la fiesta? –Sonríe- ¿Cómo en los viejos tiempos? –Si- le devuelvo la sonrisa –Como en los viejos tiempos.

Nos hemos despedido tomando nuestros distintos rumbos, y aquí estoy ocupando mi nuevo apartamento, no tengo hambre, así que voy directo a la ducha, me visto con mis pantalones de algodón y una franela, me tumbo en la cama y no dejo de pensar en todo lo que ha sido el día de hoy... leo una y otra vez el Mensaje de Josh y no sé qué contestarle, no sé si deba hacerlo y en medio de ese dilema me quedo dormida.

-son las 8 am y me despierta una llamada telefónica –Meg, estas lista- es Rose en la línea

–Por favor Rose son las 8:00 de la mañana del dia sábado, podemos ir de compras mas tarde

–No. Meg, me niego rotundamente- la escucho reírse del otro lado.

-recuerda el ritual, vamos al spa, luego a la peluquería, a comer algo y por ultima elegimos nuestros vestidos... un día completo de chicas ¿recuerdas?

–Sigue riéndose, sabe que estoy rodando los ojos –ok dame un segundo y te devuelvo la llamada al estar lista.

Antes de entrar a la ducha, pongo a funcionar la cafetera, enciendo el estéreo y la suave voz de colplay me ayuda a despertar escuchando viva la vida, decido por un jean ajustado, una sudadera gris de mangas rosadas y mis converse blancos, Rose me matara se que querrá que me haga el pedicura, solo deseo molestarla un rato, asi que meto unas sandalias de tiras finas al bolso.

Me ajusto el cinturón de seguridad y pongo el manos libres para llamarla –Rose te veo en Buvette en Greenwich Village ¿te parece? –fantástico, muero de hambre- ok ya estoy a la vuelta, te espero –me atrevo a pedir por Rose, como siempre lo he hecho se que le encantara que le pida un espresso y un croissant, además pido un bocadillo de jamón y queso y un zumo de naranja, ella está entrando con su enorme sonrisa y se sienta ansiosa, va a levantar la mano para llamar a un mesero pero le aviso que ya pedí para las dos.

Me encanta el apetito de Rose, verla devorarse su croissant me abre también el apetito y me saboreo mis bocadillos de jamón y queso, además el jugo de naranja esta frio y fresco es una delicia. Escucho los planes de Rose para el día y ya a apartado la cita en el spa, me encanta ir con ella, el mes pasado fui sola y todas preguntaban por ella, me sentí tan sola a pasar de el trato tan amable de los que allí trabajan.

-No supe que responder al mensaje de Josh. Igual después de eso no escribió más.

-A de estar tranquilo, después de saber que ya no te estás quedando con Alex Fith si no que tienes tu propio apartamento-

Queee!!! ¿Rose cómo pudiste decirle? Razón tenía de no darte la dirección de donde vivo ahora- Ríe a sus adentros lo cual me enfada aun más

–No he sido yo quien la ha contado, ha siso Eliot

–¿Y quien le cuenta a Eliot?

-Vamos Meg está bien darle un poco de tranquilidad al pobre chico, se iba a volver loco de tanto pensar que Alex y tu se estaban enrollando.

-Esto es absurdo Rose, Alex siempre me ha respetado, nunca me tocó, nunca se aprovecho de mí, me cedió su habitación mientras el dormía en el sofá de la sala. Eso es lo que Josh Wetterbergn piensa de mí.

-Son solos celos Meg, celos del muy estúpido y el temor de perderte por completo.

Después de salir del spa, me siento como nueva y mas animada, Rose entra en una tienda y en otra hasta que veo un vestido que me deja boquiabierta. Es un vestido Corte A/Princesa de escote redondo que llega hasta el suelo, su tela es de Chifón color crema, tiene transparencias sobre el pecho hasta la cintura, lo que deja que se marque a la perfección la cintura y caiga natural sobre las caderas. Deja los hombros al descubierto y se abraza en el cuello, es cruzado en la parte alta de la espalda, lo que deja el resto desnuda hasta la parte baja. A rose le brillan los ojos cuando me lo ve puesto y me dice que parezco una princesa, escapada de un cuento de hadas.

Ruedo los ojos –Eso no existe, ni los príncipes, ni las princesas ni los cuentos de hadas- ella obvia mi comentario, sabe que estoy dolida –Estas hermosa, creo que ya he decido escoger mi vestido aquí-

Se anima y escoge un vestido verde esmeralda al igual que el mío pero sin escote en la espalda, tiene piedras doradas alrededor del cuello y la cintura, su vestido también llega hasta el suelo y se ve hermosa. Satisfecha con su elección vamos y al fin pagamos en caja – ¿Meg te parece bien si nos arreglamos juntas en casa? –Me encantaría pero no quiero tratar a con Eliot, aunque yo puedo ir en el coche tras de ustedes- ¿estás hablando en serio? Le diré que nos vemos allá, iré contigo, llegare contigo- le sonrió –Gracias la verdad necesito tu apoyo, para enfrentar lo que sea que se venga.

Terminamos de maquillarnos y las dos nos miramos admiradas la una de la otra –Estas lista- asiento con la cabeza –Estoy lista- entonces que comience la fiesta.

Tierna e inocente Dulce Desastre IWhere stories live. Discover now