Capítulo 35

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Todos mis recuerdos en blanco y negro.

Luego de desayunar y reírnos de todo lo que a Josh se le ocurre decir, su teléfono vibra en la mesa, al ver el nombre de Guillerme en la pantalla se pone nervioso, entonces se disculpa y se aleja de mi caminando hasta la sala.

—Hola ¿A qué hora? ok allí nos vemos.

Vuelve a la mesa y toma el jugo de naranja, esta pensativo y me da vergüenza preguntar pero al fin me atrevo— ¿Guillerme?

—Darán una fiesta en casa de los Landón, me gustaría que vinieras conmigo, aunque debo advertirte que son un poco pesados cuando están reunidos en pandilla.

—Lo sé —tratándose del sádico de Guillerme creo cierto lo que Josh dice, es un alivio que él no sepa nada de lo que una vez me hicieron Guillerme y su amigo Jordán esa noche en la biblioteca del colegio, no sabría cómo contárselo.

—Tranquilo ve tu— le respondo—aprovechare de llamar a Rose, tengo semanas que no la veo y no se de ella.

—¿Estás Segura?

—Si Josh estoy segura —toma mi cara entre sus manos para que lo vea a los ojos

—Si cambias de opinión me llamarás y yo vendré por ti.

Asiento para tranquilizarlo — de acuerdo, pero ya te he dicho que vayas tranquilo, estaré con Rose y tal vez llamaré a madre para que salga a tomar algo con nosotras, hace mucho que no la veo — al decir aquello me siento terrible, Josh consume mi vida entera hasta el punto de haber descuidado mi amistad con Rose y no he sacado tiempo para ver a mi madre.

Mientras él va a ducharse levanto los platos de la mesa, los lavo y los guardó en el lavavajillas, lo veo bajar las escaleras y me quedo muda, siempre luce tan sexy y tan malo después de ducharse, lleva puesta una sudadera blanca y unos vaqueros oscuros, unos tenis que hacen juego con la sudadera remangada en los brazos, lo que deja visibles algunas figuras de su tatuaje, lleva el cabello aun húmedo lo que hace que se vea muy sexy, se ha dado cuenta que me lo como con la mirada y se ríe. Allí están otra vez esos hoyuelo en sus mejillas que me matan. Se acerca y me da un beso salvaje pero lento, gimo en su boca y él sonríe

—te veo más tarde ¿sí? Si cambias de opinión llámame, vendré por ti.

 —Ya te he dicho que vayas tranquilo, he llamado a Rose y me ha dicho que ya viene en camino.

Nada más lo veo salir corro a ducharme, debo arreglarme pronto, Rose debe estar cerca y quiero estar cómoda.

—Megan — escucho a Rose entrar a la casa y gritar desde abajo.

—Rose — le saludo con un abrazo, se le ve tan radiante, ella me besa en las mejillas y sonríe.

—¿Y bien qué planes tienes?

— No se, me gustaría llamar a madre para que viniese a tomar algo con nosotras.

Parece que lo que he dicho le toma por sorpresa y habla como si le fuese urgente —había olvidado decirte, mamá y Helen se han ido juntas a una convención.

—¿Qué? ¿y por qué soy la última en saberlo?

—Me habían dicho que te avisara pero lo olvide, discúlpame.

—Ya no pasa nada, es solo que se me hace raro que madre no me lo dijese ella misma.

—Fue algo que no espontaneo, mamá a sabiendas que Helen le diría que no, se la ha llevado sin dejarla decidir a rastras— al imaginarme la situación sonrió, se como es madre, siempre quiere estar en casa a la orden de mi padre.

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora