Capítulo 31

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 Alex había llegado a mi vida en el momento equivocado  

Domingo... debíamos volver a casa, a la realidad, después del fin de semana que habíamos pasado debíamos volver. Sonreí al ver a Alex y a Rose cantar una de mis canciones favoritas mientras íbamos en el auto y decidí dejar de pensar para unirme al coro.

— ¡Megan fue un fin de semana maravilloso!

— ¡Si!   —me sonroje, Rose entro a la casa para dejarme a solas con Alex 

—Gracias por ser tan atento y por la guitarra, insisto en que no debiste molestarte —Alex se inclina y me besa en la mejilla muy cerca de los labios, trato de alejarme sin brusquedad para no parecer grosera.

—Feliz noche que Descanses.

Mientras lo observo caminar hasta al auto, pienso que todo hubiese sido más fácil si hubiese decidido amarlo a él en vez de amar a Josh, pero ahora sé que nunca se puede usar el amor y la razón al mismo tiempo.

Al entrar a casa veo a Rose de pie a mitad de la sala observándonos —¿Que? —le sonrió al tiempo que le pregunto.

—Eres una chica inteligente Meg, no se que más tendrá que pasar para que abras los ojos, pero cuando eso suceda al fin sabrás lo que es conveniente para ti.

—Entonces así será Rose, abriré los ojos como dices y aprenderé.

Comenzamos nuestra semana de trabajo mas movida como de costumbre, talleres, charlas, acompañamientos para formalizar denuncias y los almuerzos eran veloces dentro de la oficina. A pesar de lo ocupada que estaba, Josh se asomaba por mi mente varias veces al día, mi subconsciente esperaba que el teléfono sonara, mi corazón rogaba por un mensaje, una llamada, una señal de vida de que él también me extrañaba.

La semana transcurría y yo no sabía nada de él, por fortuna llegaba tan cansada a casa que apenas me acostaba no volvía a saber de mi hasta el día siguiente, Alex me escribía entre días, incluso el día jueves envió unas rosas blancas a mi oficina, debo reconocer que fue un lindo detalle, sin embargo Alex había llegado a mi vida en el momento equivocado, era casi perfecto pero no podía verlo a él, mi corazón le pertenecía a Josh y lo amaba.

Por su parte Rose viajaría el fin de semana, iba a un taller por parte de la institución, aún no había decidido si iba a casa de madre o si me quedaría en casa, deseaba hacerme una cura de sueño de esas que me suministraba Rose cuando estuve enferma de insomnio.

—¡Megan por Dios! tengo media hora hablándote y no reaccionas.

—Lo siento Rose.

—Puedo arreglarlo todo para que vayas conmigo.

—Por favor Rose es un viaje de trabajo.

— Pero podríamos salir luego.

—Ni siquiera sabes como será, no te preocupes por mi estaré bien, Alex me invito a salir en fin de semana ¿No crees que debería quedarme?

En seguida una sonrisa se dibujo en su cara emocionada —Por supuesto quédate.

 Mentí para que se fuese tranquila, era cierto que Alex me había invitado a cenar el sábado en la noche, pero yo aún no había aceptado.

—Rose vayamos a tomar un café y a comer algo.

—¿Dulces? cuando comes dulces tu....

—Yo solo quiero pasar una dulce tarde con mi mejor amiga.

Estando sentadas en el restaurante disfrutando nuestro café con vainilla y chocolate, vimos a Josh salir del hotel a donde me había llevado el día de la cena benéfica, se veía abandonado, tenia una barba de unas semanas sin afeitar y un sweaters con capucha como si se estuviese escondiendo de todos, mi corazón se rompió en otros mil pedazos más al verlo así ¿eso era lo que querían todos? ¿verlo solo, verlo acabado, infeliz? Rose me miro pero no dijo nada, terminamos la tarde en silencio.

Mensaje de Texto:

— Megan ¿iremos a cenar hoy?

Maldición debo darle respuesta a Alex.

Mensaje de texto:

— Hola Alex ¿puedo contestar a esa pregunta mas tarde? estoy en el aeropuerto despidiendo a Rose que se va de viaje.

Mensaje de texto:

— Es muy fácil Meg solo tienes que escribir dos letras "SI" y entenderé que sí aceptas ir a cenar conmigo.

Me mordí los labios mientras lo pensé, fue inútil darle vueltas al asunto así que conteste rápidamente — Si — No va a ser tan fácil como él lo menciono pero lo intentare.

Despedí a Rose con un fuerte abrazo— Que te vaya bien Rose, disfruta y trabaja.

— Te quiero Megan cuídate sí.

— Lo haré.

Elíot estaba allí, pero por alguna extraña razón no nos dirigimos la palabra, me marche para que Rose pudiese despedirse de él como era debido.

Muy bien tengo poco tiempo, Alex vendrá por mi en pocas horas.

— ¿Megan? — bajo en un momento Alex — grite desde arriba mientras terminaba de arreglarme 

— Pasa adelante estas en tu casa— baje las escaleras buscándolo — estoy lista.

Se levanto del sofá como en cámara lenta, con los labios entre abiertos sin pestañear — Woo estas hermosa.

— Gracias — me sonroje— tu también te ves bien.

La cena fue especial Alex era un chico que te hacia reír, había momentos en los que se quedaba mirándome a los ojos en silencio, yo solo podía sonreír tímidamente o apartar la mirada a otro lado.

— Hemos llegado, gracias por aceptar Meg — tomo mis manos y sus mejillas se ruborizaban al mismo tiempo— se que esto no debe ser fácil para ti.

— Así es, aun así gracias por invitarme, gracias por estar — me puse de puntillas para alcanzar su mejilla y despedirme, sin mediar palabra me abrazo por la cintura y me planto un gran beso en los labios.

— ¿Alex que crees que haces?

— Megan, disculpa yo...

— Escucha, eres grandioso, eres perfecto, tienes todo lo que una chica puede desear pero no estoy preparada para otra relación en este momento, aún no se si lo mio con Josh se ha terminado, no es tu culpa que hayas llegado tarde a mi vida lo siento, no puedo.

— Yo lo siento más créeme, eres grandiosa, te mereces al mejor hombre de todos, aun así ninguno de nosotros podría estar a tu nivel porque sencillamente eres grandiosa, eres hermosa, inteligente y tienes un hermoso corazón y por ello no me rendiré, voy a estar aquí hasta que me dejes llegar a ti.

Tierna e inocente Dulce Desastre IWhere stories live. Discover now