Capítulo cuatro: La mente es como un paracaídas.

112 16 15
                                    



Si el universo es literatura, mi vida es una cita, del libro sobre el que camino.



Caroline y el grupo de chicas estaban actuando de esa manera tan estúpida porque, como ya dije, no es muy usual ver hombres leyendo en donde vivo, casi ningún hombre y menos parecido a ése. El grupo de chicas parecía no animarse a pedirle el número, se empujaban unas a otras y yo entorné los ojos por lo estúpidas que parecían.

-¿Vamos o qué? -Le pregunté a Caroline sacándola de su ensoñación. Me miró como idiota, cosa que me hizo enojar más -. ¿Elegiste los tres libros?

-N-no, ya... -Revolvió una pila de libros y eligió dos más aparte del que ya tenía en la mano -. Me gusta Jhon Green.

-Sé que te gusta Jhon Green, ¿Vamos? -No contestó y todo ése misterio me estaba poniendo los pelos de punta así que le pregunté -. ¿Quieres que vaya a pedirle el número?

-¿Lo harías? -Pareció sorprenderle mi pregunta y empezó a zarandearme para que lo haga.

-Obvio que no, sería raro -Me zarandeó un rato más hasta que acepté a hacerlo.

-Lo hago si pagas los libros de hoy.

-Me parece una condición razonable -Y así fue, ella fue a pagar los libros y yo me dirigí hasta donde estaba el chico buscando libros.

El grupo de chicas posó su mirada en mí unos segundos y después volvieron a mirarle empujándose unas a otras. El chico bajó el libro y me miró con extrañeza, eso me hizo arrepentirme y en vez de detenerme justo en frente suyo, seguí caminando hasta quedar detrás suyo haciendo que inspeccionaba libros. Después de unos incómodos minutos estando detrás de él se volteó a hablarme:

-¿Quieres pedirme algo? -Automáticamente me puse nervioso y pensaba:

Mierda.

Mierda.

Mierda.

¿Por qué accedí a esto?

-Quería tu número... -Y me detuve pensando mejor la respuesta. Él miró con extrañeza -. Digo... No es para mí sino para mí amiga de allá -Señalé a Caroline que terminaba de comprar los libros.

-Okay.

-¿En serio?- Saqué mi celular y anoté mientras me pasaba el número -. Gracias.

No había levantado la mirada hasta que le dije el "gracias", en cuanto lo miré noté algo raro en sus ojos pero decidí ignorarlo e irme lo más rápido posible con Caroline. Él notó que había mirado raro sus ojos e hizo una mueca como sospechando algo.

-Adiós -Le dije mientras me alejaba.

-Adiós -Se volteó para seguir mirando su libro y después de un rato volvió a mirarme -. ¿Cómo se llaman?

-Caroline y Nicholas -No me gustaba gritar en lugares públicos pero me tomó desprevenido.

Corrí a la salida donde estaba Caroline con los libros, caminamos hasta el departamento y ella me invadió a preguntas.

-¿Qué estaba leyendo?

-No miré eso.

-¿Tenía linda voz?

-No sé.

-Sus ojos... ¿Cómo eran sus ojos? -Me quedé pensando un instante.

-Verdes.

Magicians Ashes  #Wattys2016Onde histórias criam vida. Descubra agora